La alegría estética y el Nacional de hoy
Pertenecen a Danubio, a Nacional, al Zaragoza, al Borussia Dortmund, a la Lazio, al Inter de Milán y a la Celeste las inolvidables sonrisas que, primero desde su rostro y después desde sus pies, ha estampado en el público Rubén Sosa Ardaiz (Montevideo, 1966), ídolo inoxidable de los europeos, de los albos pero, sobre todo, y sin distinciones, de los uruguayos.
Ganador de la Bundesliga, de la Copa de la UEFA, del Campeonato Uruguayo y de la Copa del Rey, goleador oriental pero, también, máximo artillero de las Eliminatorias y de la Libertadores, Sosa fue elegido mejor jugador de la Copa América, torneo que ganó dos veces con el seleccionado.
Dueño de una pegada extraordinaria, de una velocidad impresionante y de una jerarquía poco frecuente tanto para pasar como para definir, el ex compañero de delantera de Dennis Bergkamp habló con Tenfield.com TV de su carrera, de su pasión por enseñarles el oficio a los chicos de su academia, y de Nacional, el club al que su corazón estará unido por siempre.
