3 millones con Juan Jacinto Rodríguez: “desde afuera el fútbol uruguayo se ve más fácil de lo que es”
El actual técnico de Cerro Largo, que va de menos a más, acumulando puntos para sumar en la tabla del descenso, trabajó cinco años en el exterior, con Jorge Fossati, y asegura que en Uruguay “cuando te metés en Primera División, es todo muy difícil, contra cualquier rival. En otros países no es así, tenés rivales menores que sabés que se te van a cerrar y a contragolpear, pero son menores. Acá son partidos cerradísimos, que generalmente terminan en la paridad de ida y vuelta o juego agresivo, que marca bien, juega bien -que no es jugar lindo-, termina siendo todo muy parejo. Le podés ganar a cualquiera pero cualquiera te puede ganar”.
¿Cuándo y por qué decidiste ser entrenador?
En el final de mi carrera, jugando en Huracán Buceo, empecé a hacer el curso, por la experiencia que tenía y por mi vocación para trabajar con niños, pero empecé a hacer el curso más que nada por curiosidad. Inmediatamente que dejé de jugar, ya recibido, me dieron la chance de trabajar en las inferiores de Cerro y ahí comencé. Dejé de jugar en Diciembre y en Enero ya estaba trabajando como entrenador.
¿Qué entrenadores influyeron más en tu formación profesional?
Unos cuantos, cada uno con situaciones diferentes, pero lo que más me marcó fue lo último con el Flaco Fossati, que me moldeó y me animó a volver a Uruguay y agarrar Primera División. Antes aprendí mucho con Víctor Púa, en mis comienzos como entrenador, con las selecciones juveniles y de mi época de jugador me queda mucho el recuerdo de Voltaire García, en Cerro, que recién vuelto de Europa, ya por el año 85, empezó con los trabajos en espacio reducido y con más dinámica, otro tipo de entrenamiento.
¿Qué diferencias encontraste en los entrenamientos de los distintos momentos de tu carrera de futbolista?
Recuerdo las pretemporadas de tres semanas sin tocar la pelota, con mucha arena, con mucho médano, con cubiertas, que a los veintiún días cuando agarrabas la pelota era una enemiga, se complicaba mucho. Eso evolucionó hasta que ahora, en las pretemporadas tenemos la posibilidad de jugar hasta amistosos en la primera semana de trabajo. También cambiaron mucho los trabajos de resistencia. Ahora los espacios reducidos ya se adaptan a los trabajos de resistencia. Todo ha evolucionado. Ahora se adapta todo a cómo querés jugar.
¿Existe una escuela de fútbol uruguayo? ¿Varias?
Nosotros tenemos, principalmente a nivel de Selección y de equipos grandes, una forma con la que se ha conseguido cosas. Yo creo que tenemos una forma de jugar que nos caracteriza, que es básicamente lo que trasciende en la Selección de Uruguay hoy: el estar ordenados, con jugadores desnivelantes arriba. Es nuestra escuela y va a ser difícil cambiarla. Tenemos entrenadores que se preocupan por jugar cada día mejor, por jugar bien, que es diferente a jugar lindo y tenemos una escuela en un mundo que también exige otras cosas.
¿Qué importancia le das a la parte teórica de tu trabajo?
La justa. La charla del comienzo de la semana, las de los trabajos tácticos que nos gusta más hacerlos en el campo que en un pizarrón. Todo es importante, pero usamos más la cancha que el pizarrón, aunque usamos las dos cosas.
¿Cuáles son en tu opinión los aspectos más importantes de la práctica?
Apuntar en los trabajos a cómo querés jugar. Acá las canchas no ayudan y todos los partidos son muy complicados. A veces lo que uno más trabaja no sale, porque acá son todos partidos cerradísimos. Yo tuve la suerte de estar con Fossati cinco años afuera del país y afuera uno tiene una visión del fútbol uruguayo que no corresponde, que parece más fácil, y después, cuando estás trabajando, cuando te metés en Primera División, es todo muy difícil, contra cualquier rival. En otros países no es así, tenés rivales menores que sabés que se te van a cerrar y a contragolpear, pero son menores. Acá generalmente termina en la paridad de ida y vuelta o juego agresivo, que marca bien, juega bien, termina siendo todo muy parejo. Le podés ganar a cualquiera pero cualquiera te puede ganar.
El “sistema” o la “figura” táctica, ¿qué importancia tienen en el conjunto del entrenamiento de fútbol?
A este nivel se supone que todos los jugadores se pueden adaptar mejor a una idea que a otra. En este cortito período, yo venía con la idea de un sistema y en los dos últimos partidos, donde mejor anduvo el equipo, cambiamos el sistema. Creo que los jugadores en sus trabajos dentro del campo te van marcando el sistema al que mejor se adaptan. Para mí son más importantes los jugadores que el sistema.
¿Acostumbrás leer sobre fútbol?
Sí, frases y reportajes a entrenadores, por Internet, pero la paciencia no me da para leer libros completos. Leo notas de todo tipo de entrenadores, porque a veces uno saca un concepto o una frase de algún entrenador que de repente no es de los más nombrados o de los más de moda -como Guardiola o como Mourinho-, pero leyendo de todos, siempre quedan cosas y uno trata de ver si está pensando parecido a ellos, trata de estar un poquito al día. No copiar pero sí comparar si las ideas de uno, alguien más las tiene.
¿Trabajás con videos? ¿En qué aspectos?
Es complicado en esta situación conseguir videos de los equipos que no han jugado contra los grandes, pero me gusta trabajar con videos, con Fossati trabajábamos con programas que te desmenuzan el rival. No es lo que determina que vayas a ganar un partido, pero cuanta más información tenés, más posibilidades de mostrarles a tus jugadores y explicarles cómo juega el rival. De repente no hacemos mucho hincapié en los videos porque en el equipo donde estás no se puede, pero todo suma.
¿Qué modelos o espejos, de equipos y de entrenadores encontraste y encontrás en el ámbito mundial?
Está lo que nos gusta ver: un equipo balanceado que juegue bien -para jugar bien hay que tener la pelota, para tenerla hay que trabajar para recuperarla, entonces me gustan los equipos balanceados-. Ahora: si es para ver exclusivamente, los modelos que nos gustan son el Barcelona de hace un tiempito, lo que hizo el Bayern Munich, pero después tenemos que tener un modelo para donde estamos trabajando, para las características del país y de los jugadores que tenés.
¿Qué momentos propios te quedaron más grabados como entrenador?
Mi primer trabajo como entrenador, una Cuarta de Cerro que llegó a una final con River, en un Campeonato Uruguayo que en aquel momento era a dos ruedas, en el año 95. Después tuve la chance de trabajar cinco años en selecciones con Víctor Púa, después de ir con Passarella a México, después de trabajar en las inferiores de Nacional, después cinco años con Fossati, La Copa Sudamericana, La Recopa, pero la que más me marcó fue aquella campaña con una Cuarta de Cerro que siempre la tengo muy grabada. Y actualmente este desafío en la ciudad donde uno nació, con un equipo que está muy complicado en el tema de descenso, pero lo difícil del desafío fue lo que me decidió a aceptarlo y me siento muy cómodo. La gente me apoya, sabe que es difícil y que hay que sumar con el crecimiento del grupo partido a partido.