Ithurralde y su experiencia en la altura
Ignacio Ithurralde y su experiencia en la altura de La Paz.
Ignacio Ithurralde y su experiencia en la altura de La Paz.
Ignacio Ithurralde, actual zaguero de Racing, jugó 31 partido oficiales con el Bolívar de La Paz y 37 con el Millonarios de Bogotá, tiene bastante experiencia de jugar en la altura.
-Después de haber estado en La Paz, la altura de Bogotá (2.600 metros) yo no la sentí -nos dice-, no tuve ni que adaptarme. En La Paz es bastante jodido. La adaptación consta de perder los síntomas y no sentirte mal, pero el ahogo lo seguís sintiendo, te seguís ahogando de la misma manera. Empezás a convivir con el ahogo y prácticamente te acostumbrás a jugar ahogado. Yo la primera semana no pude ni siquiera entrenar, porque tenía un dolor de cabeza que no era una migraña común, sino un dolor de cabeza demasiado fuerte que no se me iba hasta que tuve que decirles a los dirigentes que me iba y me dijeron que no, que me tranquilizara, que los síntomas iban a desaparecer y a los seis días desaparecieron y empecé a entrenar normal con el equipo pero desde el punto de vista físico era bastante jodido.
-¿Vos hubieras hecho un equipo para aclimatarse allá?
-No. Creo que lo que están haciendo está bien. Estar en el llano, en Santa Cruz y subir solamente para jugar, porque el cuerpo demora seis horas en asimilar que realmente está en la altura. Si vos subís y bajás antes de las seis horas, el físico sufre lo menos posible. Obviamente la falta de oxígeno la sentís como es lógico porque hay menos oxígeno, pero los síntomas no llegan a molestar porque el físico no se da cuenta todavía de que está en la altura.
“La primera semana en La Paz, ni siquiera pude entrenar”.
-¿Y cómo ves a Uruguay para el partido?
Son partidos complicados, sobre todo lo que estamos hablando, la altura y el técnico de ellos, que es Baldivieso, un técnico que está dirigiendo hace tiempo en el medio boliviano y por lo que dijo va a jugar con bastantes jugadores que están acostumbrados a la altura. Creo que a los exterior no los va a tener en cuenta, porque el que permanece un tiempo en el llano tiene que volver a aclimatarse. En ese sentido sacan ventaja, pero también sabemos que la Selección Boliviana viene con una cantidad de problemas políticos y ajenos al fútbol que los puede perturbar un poco, pero es muy jodido para Uruguay.
-Contanos de este lugar: El Relámpago…
-La cancha de Baby Fútbol donde me inicié, El Relámpago, de Malvín, yo vivía enfrente a esta cancha y desde los cinco años estaba siempre mirando que jugaban hasta que un día crucé por la mías, pregunté y empecé a entrenar los martes y jueves…
-¿Cómo viene la mano para Racing?
-Bien. No se nos han dado todos los resultados que hemos querido. Hemos merecido muchísimo más en esos cuatro partidos donde hemos generado muchísimas chances de gol y no hemos podido concretarlas y por momentos nos llegaban tres veces y nos hacían uno o dos goles y nos costaba muchos puntos. Ahora la defensa ha mejorado muchísimo, hemos logrado que no nos conviertan goles y nos está costando un poco concretar la cantidad de chances que generamos. Mismo con Peñarol generamos muchísimas situaciones pero nos cuesta concretar.
-¿Creés que existe una escuela de fútbol uruguayo?
-Creo que tenemos una idiosincrasia, una forma de jugar. ¿Viste que la gente siempre dice: “¿por qué Uruguay con los jugadores que tiene no juega un poquito más al fútbol?”? Creo que es bastante difícil eso porque ya ves esta cancha. Estamos acostumbrados desde chiquitos a jugar en terrenos muy malos, entonces nunca estamos acostumbrados a jugar la pelota al piso, de pasar la pelota. Siempre tratamos de tener un fútbol sobre todo muy vertical y valoramos mucho más la entrega, el empuje, el marcar, que el jugar. Desde chico te inculcan eso y entonces de grande se hace muy difícil poder cambiar esa mentalidad, pero Uruguay con esa mentalidad ha logrado cosas muy importantes, entonces no me parece que esté mal que se sea fiel al estilo.
Ignacio Ithurrade tiene una larga trayectoria: de Defensor Sporting se fue a México, al Monterrey, de ahí fue a préstamo a la Argentina, a Olimpo de Bahía Blanca y a Rosario Central, volvió a Uruguay, a Peñarol, donde estuvo un año y se fue al Bolívar, jugó un año entero y pasó a Guaraní de Paraguay, luego al Audax Italiano de Chile, luego a Millonarios de Colombia, donde estuvo dos años. Volvió a Uruguay, a Rentistas, jugó seis meses y se fue al Blooming con el Chavo Díaz, volvió a Rentistas donde jugó un año y pasó a Racing. Tres años los jugó en la altura y asegura que lo mejor es subir sobre la hora, pero “obviamente, la falta de oxígeno la vamos a sentir”.
“Lo que están haciendo está bien. Estar en el llano, en Santa Cruz y subir solamente para jugar”.
