Un cero de preocupación
Peñarol y Fénix igualaron 0:0 en el Estadio Campeón del Siglo, por la cuarta fecha de la Serie A del Torneo Intermedio.
Matías Aguirregaray se toma la cabeza. Peñarol, en crisis.
En un karma se transformó el Intermedio para Peñarol. Empató con Fénix y dejó dos puntos por el camino, que lo alejan cada vez más de la punta de la trascendente Tabla Anual. Se ubica diez unidades por detrás de su tradicional adversario, y fuera de la zona de clasificación a la próxima Copa Libertadores. Ni hablar de la Serie B del presente torneo, en el que apenas sumó cuatro de doce puntos posibles, lo cual prácticamente lo despiden de la posibilidad de clasificar a la final. Preocupante presente deportivo.
Falta de puntería. En la primera mitad, el aurinegro cumplió la mejor producción futbolística en lo que va del certamen: jugó bien y solo le faltó el gol. Volvió a encontrar su juego de manejo de balón, dominio territorial y desborde por banda, generando seis situaciones netas de peligro. Superó en todos los aspectos a un tibio conjunto albivioleta, pero su repetida falta de efectividad la pagó con un enorme cero.
Nervios y bronca. El dueño de casa fue de mayor a menor en el complemento. Protagonizó un buen arranque, posicionándose en ataque, aunque reiterando su alarmante falta de contundencia. El paso de los minutos y el no poder romper el cero en el tanteador comenzaron a jugarle en contra. Hasta que el equipo de Larriera se convirtió en un manojo de nervios. Perdió todo peso en elaboración ofensiva y se sumergió en un pozo de imprecisiones. No cejó en su intención de atacar y, en el último minuto de descuento, el juvenil Agustín Da Silveira empujó la pelota al fondo del arco albivioleta. Gol y explosión de alegría que, no obstante, se transformó en enojo y en desazón, cuando desde el VAR, y por posición adelantada, se determinó anular la conquista. Profundización, entonces, de una palabra repetida últimamente en Peñarol: “crisis”.
