“Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así”
Recordando la primera estrofa de la estimulante canción de Juan Manuel Serrat, lanzamos algunas reflexiones que consideramos oportunas al iniciar la cobertura desde el Estadio “Hernando Siles” de La Paz, donde Uruguay disputará tres puntos de real valía ante el dueño de casa
Escribe: Atilio Garrido / Foto: Fernando González
“Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así”, cantó Juan Manuel Serrat. Con esa letra positiva en los oídos subo a La Paz para ser testigo de un nuevo partido entre Bolivia y Uruguay en el “techo de América”. El de hoy será un encuentro muy, pero muy difícil, como todos los que he observado aquí, desde nuestra primera llegada al aeropuerto de El Alto, en 1989, con aquel gran equipo que comandaban Enzo Francescoli, Rubén Sosa y Nelson Gutiérrez. Perdió Uruguay pero, gracias a un gol de tiro libre de “El Poeta del Gol” que acortó las diferencias en el tanteador, al final de la llave –que compartíamos con Perú–, los celestes lograron la clasificación para Italia 1990. ¡Cosas del destino! Oscar Tabárez era el entrenador de Uruguay.
El enfrentamiento de hoy será igual de difícil a todos los anteriores, desde aquella primera vez que celestes y bolitas se enfrentaron en 1961 por las Eliminatorias para la Copa del Mundo de Chile 1962. Quedaron como testimonio las fotografías de los tubos de oxígeno en el entretiempo, con el “Chongo” Escalada destruido por la falta de aire en sus pulmones. Al retornar, el Dr. Homero Benavídez fue terminante. “En La Paz no se puede jugar al fútbol”, fue la categórica expresión que mereció el titular, a toda página, de “El Diario” de la noche.
Estas condiciones extremadamente adversas de la geografía, no han cambiado. El sábado, en “El Día” de Santa Cruz, un médico cruceño escribió una nota donde señaló que “En la altura los seres humanos juegan al límite de su capacidad aeróbica, con peligro de vida”. A 51 años de aquel cotejo inicial y de las palabras del Dr. Benavídez, lo siguen afirmando ellos, los propios bolivianos.
Desde aquel lejano 1961 hasta el presente, Uruguay nunca pudo ganar jugando en La Paz. Luego de aquel primer empate hubo una sucesión de derrotas consecutivas, hasta los tres empates en los últimos encuentros, con técnicos diferentes en cada ocasión (Daniel Passarella, Jorge Fossatti y el mismo Oscar Tabárez de hoy). Fueron encuentros durísimos donde los jugadores se entregaron al límite exponiéndose físicamente.
Entonces… ¿Por qué hoy “puede ser un gran día”? ¿En qué me baso para “colgar” en el sitio esta corazonada? ¿Qué elementos pueden resultar alentadores en medio del panorama negativo que muestra la selección como resultado de los últimos tres cotejos disputados? Trataré de explicarlo.
Los días transcurridos en Santa Cruz de la Sierra fueron sacudidos por las declaraciones que me brindó el Presidente de la AUF, Dr. Sebastián Bauzá, el sábado de mañana en el estadio “Malvinas Argentinas” de Mendoza. Habló de fútbol. Sinceramente dijo lo que piensa sobre el actual momento de la selección. Opiniones que son compartidas por una gran cantidad de entrenadores, periodistas y aficionados. Sin embargo, sus expresiones generaron en el Capitán Lugano la necesidad de un encuentro mano a mano con el Dr. Bauzá objetando las mismas porque, según trascendió, “invadió un campo que no es el suyo”.
Curiosa interpretación de la tesis de aquellos que sostienen la necesidad de una sola voz, una sola opinión y una sola verdad. Si el Presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol no puede hablar de fútbol… ¿de qué va a hablar? ¿De tenis de mesa? Más aún, como cuando como en éste caso, quién se expresó sobre la selección y su rendimiento, es una persona que jugó al fútbol a nivel universitario con cierta relevancia; que fundó el club Bella Vista Universitario; que se crió en un vestuario de la mano de su padre y de escudero, Aníbal Tacón, dos seres humanos no sólo queribles, sino que sabían un “camión” de fútbol…
Sin embargo, pocos repararon en lo más positivo de las expresiones del Dr. Bauzá. El final de las mismas, cuando aseguró que aunque se pierde en La Paz, “el proceso de la Selección seguirá en marcha, con total apoyo al técnico Tabárez”.
¿Hacia dónde voy? Muy simple. En el fútbol como en cualquier actividad de la vida, los seres humanos llegan a un momento en que se dejan conquistar por la chatura de la laguna. Adocenamiento, es la palabra exacta que existe en el diccionario para describir esta situación. En esos momentos, en esas circunstancias, se necesita algo –una actitud, un gesto, una palabra–, que rompa ese dejarse estar y se convierta en revulsivo que produzca la esperada reacción.
“El Pulpa” Etchamendi fue un humanista que metió Universidad de la calle adentro del fútbol. Técnico del Nacional Campeón de América y del Mundo de 1971, era un filósofo de la vida, que dejó mil anécdotas convertidas hoy en un manual para conducir grupos. En las vísperas de los grandes partidos, cuando observaba que la vida interior de aquel gran equipo de Nacional se “achachanba” por los éxitos que venían conquistando, provocaba un conflicto. Se convertía en juez en las prácticas y cobraba todo a favor de los titulares. Inclusive las jugadas fuertes. Eso generaba polémicas entre los futbolistas. Y también algún empujón y palabras duras. “El Pulpa”, desde la mitad de la cancha, observaba la situación sonriente y le decía al Prof. Gioscia –en aquel tiempo los entrenadores no tenían ayudantes, ayudantes de arquero, etc.–, “Julio, ahora el equipo está bárbaro. Siempre tienen que provocarse un lío para que reacciones…”
Por todas estas cosas –que en definitiva son tan solo una corazonada–, apelamos al catalán Serrat para reflexionar con el título de una de sus canciones. !Ojalá que –sin haberlo querido, ni provocado–, lo ocurrido con las declaraciones del Dr. Bauzá sea similar a aquellas cosas que provocaba el querido y siempre recordado “Pulpa”. Por eso mismo, “Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así…”