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Crónica de viaje: Historias de radio con Gorzy,el Toto, Kesman y Víctor Hugo




Sergio Gorzy.


10 octubre, 2013
Pelota al medio Selección

Primera entrega de las acostumbradas crónicas de viaje. En el vuelo que unió Montevideo con Guayaquil, surgieron historias de la radiotelefonía del Uruguay de fines de la década del setenta y también del comienzo de los ochenta, contadas por sus protagonistas famosos.

Sergio Gorzy contó sus inicios en la radiotelefonía del Uruguay en el programa "Rumbo a la cancha" liderado por Dalton Rosas Riolfo y Carlitos Penino.

Sergio Gorzy contó durante el vuelo a Guayaquil, sus inicios en la radiotelefonía del Uruguay en el programa “Rumbo a la cancha” liderado por Dalton Rosas Riolfo y Carlitos Penino.

Fernando Riva de Geánt Travel, sonriente porque no hubo problemas.

Fernando Riva de Geánt Travel, sonriente porque no hubo problemas.

Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (desde Guayaquil)

¡Otra vez la linyera al hombro para seguir el pique de la globa en en el Atahualpa de Quito, allá arriba, a dos mil y pico metros de altura con la Cordillera de los Andes y sus picos nevados recortándose en el cielo! Los vuelos chárter de la selección los realiza desde hace un tiempo la agencia Geánt Travel que tiene a su frente, como cara visible para solucionar todos los problemas a un muchacho con pinta de actor de cine. Se llama Fernando Riva y tiene ese temperamento apropiado, diez puntos, para ponerle paños fríos cuando llegan los reclamos de los siempre ansiosos viajeros. Una sonrisita permanente, un jopo como aquel de Elvis Presley y la calma. Siempre la calma… El avión contratado, una vez más, pertenece a la Fuerza Aérea Boliviana. Se identifica como TAM, pintada en azul, que nada tiene que ver con la poderosa empresa brasileña de la misma sigla, pero de color rojo. El avión de Transporte Aéreo Militar de Bolivia salió en hora, con precisión de relojería, a las dos y media de la tarde. Cuando la tropa de hinchas, periodistas y ainda más ocuparon sus lugares en las primeras butacas, llegaron los integrantes de la delegación Uruguay vestidos con simples bucitos blancos y bermudas. La indumentaria adecuada para soportar la andanada de calor sofocante que nos espera en la escala en San Cruz de la Sierra y en Guayaquil, el destino final de la primera parte del viaje.

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El destino quiso que compartiera la primera fila del avión con Sergio Gorzy. Y así, entre chismes y rumores, el hilo de la cometa de la charla se nos fue para la noche callada, allá lejos en el tiempo, cuando Sergio revuelve en su computadora y aparece la imagen de Carlitos Penino, en el momento de realizar un informe para “Subrayado” desde el Estadio Centenario, dando la espalda a la Ámsterdam, donde aparecen los viejos carteles gigantescos de la publicidad de casi dos metros de alto, que se colocaban pegados a la pared del talud de la cual sale el tejido para contener las ansias de los hinchas que antiguamente asistían al gallinero, cuando los taludes eran –realmente- una montaña de tierra. Sergio me cuenta que Carlitos anda con problemas de salud. Mientras la vista se le pierde por la ventanilla, su mente se inunda de recuerdos y la voz se afloja cuando se reconoce gurí radioescucha fanático de “Rumbo a la cancha”, el problema que se emitía por radio “El Tiempo” y que tenía a Dalton Rosas Riolfo y a Penino como los puntos altos.

-“Yo era uno de esos muchachos como los que hoy me esperan a mí a la salida de la radio –recuerda Sergio-. Era fanático del programa que se emitía de una a dos de la tarde. Un día dicen que se iban al mundial de España. Aunque Uruguay no participaba yo también viajaba al torneo. Y me fui a la puerta de la radio a esperar que salieran. Cuando veo a Dalton que viene con Penino, Guido Baztarrica, Mungay y Enrique Yanuzzi que –creo- también había comenzado en esos meses- quienes lo acompañaban en el programa. Me presento, le digo que soy fanático de ‘Rumbo a la cancha’, que lo escucho todos los días, que voy al mundial y le pregunto cómo podría hacer verlos allá. ¡Yo era un mosca! Y Dalton, me acuerdo, me apunta la dirección y el teléfono donde se quedaban en la primer parada. Me sumé a ellos y así nació una amistad que al retorno, el destino me abrió el futuro junto a ellos. Yo hacía unas saliditas en “Sarandí fútbol” que se emitía en C X 8, el programa que compartían en la noche Néstor Moreno Medero, Raúl Barizzoni, Rodolfo Larrea y Ariel Delbono. Estando en España el dueño de Sarandí que era Jorge Nelson Mulins resolvió levantar el fútbol. Le comento esto a Dalton en España y con aquel desprendimiento y cariño que tenía, me abre las puertas del programa que en ese momento pasó a la hermana mayor de “El Tiempo”, o sea Radio Carve. Se emitía de ocho a nueve de la noche. Yo tenía 23 años…”

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En ese mundial al que concurrí como enviado especial de “El Diario” y Radio Carve, una tarde en la tribuna de prensa del Nou Camp de Barcelona, después de un partido, se me acerca un muchacho de ojos celestes, con sonrisa pícara y cero timidez.

-“Vd. es Garrido. ¿Cómo le va?”. Entrador como el cuchillo caliente en la manteca, empezamos a charlar. Conocía vida y milagros de todos los periodistas deportivos uruguayos de aquel momento –incluida la mía- y se sabía de memoria la integración de todos los equipos. A las pocas horas estábamos todos juntos con Dalton y Penino, a quiénes se sumaron Rubén Pellicer y Antonio Auffe. Estos dos últimos, amigos entrañables, conocían de memoria a Dalton de la “Criolla de Bella Vista” y “El Jardín de la Mutual”.

Así comenzó Sergio quién, indudablemente, tenía uñas para guitarrero, porque llevaba metido hasta los tuétanos ese bichito que el periodista de raza como él, debe tener para arrancar su trayectoria y llegar la cima. Indiscutiblemente hoy Sergio dejó de ser sólo un periodista. Es mucho más. Es el único showman del micrófono y la cámara, al que jocosamente llamo el Nóvel Valentini de estos tiempos, para emparentar aquel amor que tenía quién aparece atrás del arco en el gol de Ghiggia en Maracaná, levantándose para gritarlo, con este Sergio de la “cámara celeste” que tuvo la virtud de abrazar la causa a muerte y jugarse positivamente por la Uruguay anunciando que “sólo le faltan 7 partidos para ganar la Copa del Mundo”, cuando nadie daba dos mangos por la celeste de Tabárez. ¡Y bien ganado que tiene el sitial que hoy ocupa!

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Alberto Kesman y sus recuerdos de los 41 años en Universal, junto a Enrique Yanuzzi recordado por Gorzy cuando trabajaron juntos con Dalton Rosas Riolfo en "Rumbo al Deporte".

Alberto Kesman y sus recuerdos de los 41 años en Universal, junto a Enrique Yanuzzi recordado por Gorzy cuando trabajaron juntos con Dalton Rosas Riolfo en “Rumbo al Deporte”.

El avión aterrizó en el aeropuerto “Biru-Biru” de Santa Cruz de la Sierra. La bocanada de calor húmedo invadió el avión. Atinadamente la delegación de Uruguay prefirió no descender del aparato, para ganar minutos que acorten el largo traslado hasta Guayaquil. Algunos pasajeros salimos a estirar las piernas en el comienzo de la manga apoyada contra el fuselaje. Se me acercó Álvaro Chijane que tiene la misma voz de su hermano, Jorgito, pero con mayor estatura. El tema de Fénix resultó inevitable. Hablamos de su presente y sus futuros 100 años. Recordamos a Adalberto Rodríguez, aquel jugador al que apodaban “El negro humo”. Salió inevitablemente la figura del “Pulpa” Etchamendi y sus cuentos referidos a los “afrodescencientes”. En eso se arribó a la rueda Alberto Kesman…

-Una pregunta Alberto. En 1969 estabas en Radio Ariel. Viajamos juntos en el ómnibus a la final de la Copa Libertadores entre Nacional y Estudiantes, desde Buenos Aires a La Plata. ¿Cómo fue el pase con Tommy Hofftater a Radio Universal? Luego de mi pregunta le costó acomodar las ideas de aquellos hechos pedidos en el tiempo…

-“Sí, me acuerdo que fuimos con Carlos Solé en ese viaje –comenzó Alberto narrando el comienzo de sus 41 años que recién cumplió en Radio Universal-. Después se armó el ‘Clan 10 de Radio Ariel’ y trajeron a Víctor Hugo Morales. Yo quería ser relator principal como lo era en la emisora. Seguí un tiempo allí, hasta que en 1972, como tu decís, aparece Tommy Hofftater como productor y me ofrece armar un equipo con mi relato. Así llegamos a Radio Universal con el Esc. Nelson Filosi en los comentarios. Transcurrieron 41 años que festejé el mes pasado”.

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La orden de volver al avión inició el vuelo hacia Guayaquil. El calor abrazador se mantuvo en la cabina del aparato durante un tiempo. Cuando se habilitó la orden de desabrochar los cinturones, para matar el tiempo se generaron esos inevitables comentarios de pasillo. El “Gallego” González que anda con los achaques de la vejez que lo persigue, empezó a embromar pronunciando en voz alta la palabra “alopurinol,” en la cercanía de los asientos que compartían en la misma fila Kesman y Yanuzzi.

-¿Qué es eso? preguntó Alberto que no conocía esa palabra que identifica al nombre del medicamento para combatir el ácido úrico. Una vez que el “Gallego” le develó la incógnita, Alberto agregó:

-“A mí me duele un hombro, pero no es ácido úrico porque el otro no me duele”.

Las risas y la promesa de Alberto de realizarse un chequeo médico cerraron la escena. Los que tenemos ácido úrico -la llaman la enfermedad de los Reyes-, sabemos que cuando te viene el ataque, te duele cualquier articulación ósea, pero de a una…

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El "Toto" y sus recuerdos del "Clan 10" y la traída de Víctor Hugo al relato.

El “Toto” y sus recuerdos del “Clan 10” y la traída de Víctor Hugo al relato.

Kesman recordó “El Clan 10 de Radio Ariel”. Para completar estos recuerdos que sirven para construir la verdad histórica de un tiempo de la radiotelefonía de nuestro país, allí estaba el Dr. Jorge Da Silveira para ponerle punto final a la nota.

-“En octubre de 1968 nos fuimos de Radio Sarandí con un grupo de compañeros (el relator Horacio Vicco, Amadeo Ottati, Rubén Casco y Edgardo Nogareda) para CX 32 Radio Sur. En diciembre de 1969 fui a buscar a Víctor Hugo Morales que se desempeñaba como segundo relator en Radio Colonia, detrás del titular que era Juan Carlos Rousselot, que después fue Intendente de Morón. A Víctor Hugo me lo recomendó el comentarista de Radio Colonia, el ‘Gordo’ Calvo, que me dijo que tenía un compatriota que se parecía al hombre de las nieves y que era un fenómeno. Así empezó Víctor Hugo con nosotros en Radio Sur. Al año siguiente, en 1970, le ponemos el nombre de ‘El Clan’ y nos vamos a Radio Ariel que era CX 10, número que le agregamos para componer un nombre con pegada”.

Mañana la seguimos.