Héctor Sena Puricelli (Ettore Puricelli) el único en Italia
El 14 de enero de 1987, comencé a investigar a un gran maestro que tuvimos en Uruguay; el entrenador de fútbol Don Ondino Viera.
Esa investigación fue abriendo una infinidad de caminos que me llevarían a otros entrenadores uruguayos. Esos otros conductores técnicos fueron poniendo sobre la mesa de investigaciones grandes triunfos tanto en lo internacional con Uruguay o clubes nuestros, como glorias en el extranjero, algunos cambiando de país y siguiendo con éxito, mientras que otros echaban raíces fuera del “paisito”.
Buscando reivindicar al entrenador uruguayo, desde ese momento fui juntando glorias de todo tipo con un entrenador uruguayo a su lado, en todo el mundo.
Esa búsqueda y hallazgo fue transformándose en 3 libros de una avasallante cantidad de títulos y glorias de los coach orientales, el génesis de la función, su evolución y el reconocimiento recogido por infinidad de países.
Ese reconocimiento no era lo mismo en nuestro país, siguiendo la frase célebre de “no hay profeta en su tierra”. Paralelamente en mi función de presidente de A.U.D.E.F, donde fui formado no solo como entrenador en una “Universidad no reconocida”, sino como persona, defendiendo al entrenador uruguayo, hicieron que buscar el reconocimiento de los colegas se hiciera cotidiano.
Hace poco en una nota en esta columnas escribí bajo el título de “Reconocimiento a Pablo Correa”, la trayectoria de nuestro compatriota; sobre todo en Francia, como jugador y entrenador; en el club Nancy Lorraine, donde tiene una trayectoria que la resaltan medios internacionales y aquí no era considerada. Si; son consideradas las trayectorias de otros entrenadores extranjeros, en desmedro de los orientales. Está dentro de los entrenadores records en cuanto a permanencia en un club, ya que lleva entre jugador y entrenador 22 años.
El eco en cuanto al reconocimiento hacia los uruguayos entrenadores está llegando y cristalizando el deseo que comenzó en 1987.
El excelente periodista Luis Eduardo Inzaurralde en el diario El Observador del día 16 de abril pasado, le hizo una extensa nota (“Pablo Correa, el conquistador de Nancy”) además de brillante al conceptuado entrenador radicado en Francia, que hasta ahora había sido resaltado en mis 3 publicaciones.
La alegría de ver plasmado en reconocimiento a un entrenador uruguayo desde mi país, es llegar un poco a la meta perseguida desde hace 30 años.
Como aporte al título de la nota y con el fin de poder seguir resaltando a los uruguayos; marco otro record en Europa como permanencia de entrenador, de quien ya he escrito desde hace años.
Héctor Sena Puricelli (en Italia fue conocido como Ettore Puricelli) fue un jugador y entrenador uruguayo que comenzó en Liverpool, pasando a River Plate y desde Central pasa al Bologna logrando ser campeón y goleador del torneo italiano (1938-1939 repitiendo en 1940-1941), pasando luego al poderoso A.C Milán y culminando en el A.C.D Legnano (1950-52) donde ya ejerce como jugador-entrenador y asciende al club a la serie principal de Italia (1952-1953) donde comienza la carrera de entrenador ascendiendo al equipo.
Llegó a jugar en la selección italiana en 1939.
Pasa el Milan dirigiendo las juveniles y llega al primer equipo; es el entrenador que lleva a Juan Alberto Schiaffino al glorioso equipo italiano; consagrándose campeón italiano bajo su mando en la temporada 1954-1955 y es campeón de la Copa de Europa en 1956 (en la precursora Copa Latina). Tiene el record de subir al Varese en 2 años seguidos de tercera división a primera. Ascendiendo a Foggia en 1979-1980.
Dirigió 12 equipos en Italia, algunos más de una vez, (Legnano-Milan-Palermo-Salernitana-Varese-Atalanta-Alessandria-Cagliari-Lanerossi Vicenza (2 veces) -Foggia (4 veces)- Brindisi-Genova) y 1 de Portugal; el F.C Porto).
Si contamos que llegó a Italia en 1938 como jugador; donde lo hizo hasta 1951; comenzando su tarea de entrenador en 1952; la que culminó en 1984; nos da que jugó 13 años y dirigió 32 años.
Sus fotos y su figura se encuentran en el Hall de la Fama de A.C Milán.
Su permanencia en “la bota” fue de 45 años de actividad permanente. Un verdadero record.
Agradezco enormemente el “eco” de Luis Eduardo Inzaurralde en reconocer a un legitimo embajador como es el entrenador uruguayo Pablo Correa.