La sonrisa de Liverpool contrastó con la bronca de River Plate en el Saroldi. El negriazul ganó 2:1 y conquistó tres puntos valiosos. Sorprendió desde los veinte segundos, en el primer gol de Ezequiel Escobar. El factor más táctico de todos asomó en el avance de Martín Correa, el centro–pase desde la izquierda y el gol de Ezequiel Escobar entrando por la derecha. El visitante se sintió como en casa en los primeros 45’. Se adelantó y, cuando asoció el juego a la velocidad, simplificó el ataque. Figueredo desde la organización, Ocampo, Correa, Ramírez y Escobar se conectaron con la gran ofensiva. La pelota de Escobar en el palo derecho en el cierre de la primera parte evidenció el dominio.

Después, el equipo entró en zona de riesgo. Sin embargo, el penal que sancionó Diego Riveiro le dio respiro. No hubo falta de Maximiliano Calzada al juvenil Fabricio Díaz. La pelota para la derecha de Juan Ignacio Ramírez tuvo destino inevitable en la red. El delantero, a lo goleador, hizo el 2:1 que le permitió retomar el control.

La rotación se notó en el darsenero. River Plate no llegó al arco de Lentinelly en la primera parte. Fue vulnerable cuando defendió y no pudo asistir a los  delanteros. El equipo de Jorge Fossati volvió a la cancha con una postura diferente. Llegó con Facundo Vigo liderando el ataque. Recargó la presión con Matías Arezo y con Juan Manuel Olivera arriba. Arriesgó, empató en el gol de Ribair Rodríguez –Liverpool  reclamó una falta técnica-, y lo cierto es que parecía seguir de largo. Pero el segundo gol cayó como un mazazo que terminaría definiendo el partido.