Cerro Largo apuntó alto
Cerro Largo hizo gala de su fútbol ofensivo y le ganó 4:1 a Fénix en el Parque Capurro. Leandro Onetto abrió la gran victoria, y Leandro Otormín marcó tres goles para alcanzar la punta del Clausura.
Cerro Largo recargó al máximo su mejor versión en ataque con un demoledor 4:1 a Fénix en el Parque Capurro. El arachán mantuvo el invicto del Clausura y llegó a lo más alto. El equipo de Danielo Núñez ofreció su fútbol dinámico y, a pesar de la turbulencia del arranque de atrás por el gol de Nicolás Ramos, tomó la iniciativa y vulneró a su rival. Se adelantó con decisión, volcó a los laterales a la ofensiva y desplegó su juego veloz por las bandas -Leandro Onetto aceleró por izquierda-, anticipó en el mediocampo y controló la pelota con precisión. La diferencia de dos goles en el tiempo inicial y a partir del segundo, en simultáneo a la expulsión del zaguero Jonathan Toledo, reafirmó el dominio de quien resultara vencedor incuestionable con autoridad. Es que el equipo convirtió cuatro y elaboró para concretar más con Leandro Otormín, de rendimiento superlativo, y artífice de tres tantos para llevarse la pelota.
Los goles reflejaron la tendencia de sus llegadas, con explosión por afuera como en la pelota de Emanuel Beltrán que dio en el palo y la arremetida de Onetto a la red. Luego, el desequilibrio a través de Leandro Otormín, de penal, transformó el partido porque coincidió con la roja a Toledo –codazo a Martín Bueno- y entonces potenció al máximo la distancia a favor. Once contra diez, el visitante hizo gala de todas sus virtudes. La movilidad y la opción de pase permanente originaron situaciones y exigieron al límite al arquero Luis Mejía. El golazo de Leandro Otormin, con impactante derechazo, en el cierre de los 45’ resultó implacable.
Fénix exhibió la cara contraria de la moneda. Sorprendió en una jugada de pelota quieta en la que Amaral conectó a Vega, para que el remate de zurda cruzado impulsara a Nicolás Ramos a alcanzar la ventaja. Sin embargo, el albivioleta luego se cayó y la roja a Toledo lo condicionó. No encontró solución para corregir su inestabilidad defensiva. Y en el complemento arriesgó con Ignacio Pereira y se adelantó, aunque también se expuso a una diferencia abultada. Mientras tanto, Cerro Largo siguió con su ambición y acumuló avances. El palo izquierdo de Mejía devolvió un tiro de Bueno, y otro de Leandro Onetto.
La fantástica reacción del arquero ecuatoriano Alexander Domínguez en el penal que le atajó a Rodrigo Amaral -debido a una falta a Estoyanoff- evitó el 3:2. Fénix se ilusionó con acortar, pero no hubo caso. Cerro Largo continuó desplegando su intensidad, y Otormín completó un domingo inolvidable para soñar a lo grande.