Exclusivo: paso a paso los líos entre Tigre y San Pablo
(Enviado especial). ¡Todo lo que ocurrió desde el lunes de noche hasta la madrugada de hoy, jueves, con el partido San Pablo-Tigre! Lo que no podrá leer en ningún otro lado, está aquí, en este informe exclusivo.
-“Allá le dimos todo lo que nos pidieron. Acá no nos dan nada de lo que prometieron…”
La queja del dirigente de Tigre, Ricardo Guerra, en la mañana del martes en el Hotel Maksoud donde se llevó a cabo la conferencia de prensa de presentación de la final, aludía a los problemas que –inesperadamente–, comenzaron a vivir después de la primera final que se disputó en la Bombonera el miércoles 5 de diciembre.
PRIMER PROBLEMA: LAS ENTRADAS
-“Hablamos con los dirigentes de San Pablo antes que comenzaran las finales. Ellos decían que iban a llevar mucha gente a Buenos Aires –continuó Guerra–, y quedamos que nosotros les habilitábamos toda la tribuna que Boca destinó a los visitantes en la Bombonera. Es la que está atrás del arco con capacidad para 4.500 hinchas. Nosotros les pedimos comprar 1.500 entradas. Nos dijeron que sí, que no había problema. Queríamos mandar a San Pablo un dirigente el jueves pasado, después de la primera final, para buscar las entradas, pagarlas y llevarlas a Tigre, así los hinchas se venían con la entrada. Nos dijeron que no hacía falta que cuando llegáramos a San Pablo, el lunes, las íbamos a tener. Creíamos en ellos. A cada hincha nuestro que quería entrada le dimos una especial de voucher que le íbamos a canjear acá en San Pablo, el lunes de noche. Sin embargo, cuando llegamos el lunes de tarde, no apareció nadie de San Pablo. Los llamamos por teléfono y comenzaron las evasivas. Que ya se las llevamos, que quédense tranquilo, que mañana por la mañana las tienen. No aparecieron. Fuimos a la conferencia de prensa, al mediodía. Nuestro Presidente Roberto Molinos habló allí con el Vicepresidente de Fútbol del San Pablo, Joao Paulo Lópes. No hay problemas, yo me ocupo, nos dijo. No aparecieron las entradas. En la reunión técnica, a las 18.00 horas en el Hotel Maksoud, en presencia del Secretario Ejecutivo de la Confederación, Figueredo Brites, de su hijo y de los árbitros, le planteamos el tema al Director Deportivo del San Pablo, Zé Carlos. Inventó cualquier cosa como justificativo. Quedó que en la noche nos entregaba 500 y a la mañana, ya del del miércoles día del partido, nos daba otra 500. ¿Se imagina nuestro estado? Los hinchas en la puerta del hotel reclamando cambiar el voucher, y nosotros tratando de explicarles lo que pasaba. Los del San Pablo no cumplieron. Generaron un clima de violencia en nuestra gente. Los jugadores no estaban al margen de lo que ocurría. Muchos familiares de ellos querían las entradas. Al final, al mediodía, nos trajeron algunas entradas que no alcanzaron para todos los hinchas que vinieron desde Tigre sin entrada y con la promesa nuestra que aquí las iban a tener”.
SEGUNDO PROBLEMA: LES NEGARON LA CANCHA
El segundo plato informativo que recibieron los dirigentes de Tigre al llegar el lunes a San Pablo, resultó otro motivo de irritación.
-“No le podemos prestar la cancha de Morumbi para entrenar. Quedó muy mal después de los dos show de Madonna y estamos realizando trabajos de recuperación”, le comunicó un funcionario de San Pablo, de menor jerarquía. Les dijeron que les iban a prestar otra.
-“Pero allá, en Buenos Aires, le dimos la Bombonera una hora y media, y no era la cancha nuestra. La tuvimos que alquilar…” respondió el Presidente Molinos.
No hubo caso. El entrenador Gorosito se molestó, los jugadores también, y no tuvieron éxitos los reclamos que el Presidente Molinos, en la noche del martes en el Hotel Maksoud le formuló a los dirigentes de la Confederación Sudamericana. “Nos pasearon por todos lados para entrenar”, se quejó el entrenador Gorosito después del partido aludiendo al trayecto que tuvieron que recorrer, el martes, para llegar al campo que finalmente les puso a disposición San Pablo.
La realidad que presencié el mismo lunes de mañana al pisar la cancha de Moroumbi coincidía con la información que suministró San Pablo. El área donde San Pablo convirtió los dos goles estaba en mal estado, con el césped quemado. Sin embargo, no se realizaron trabajos para recuperarlo. Solamente, durante la mañana del miércoles, día del partido, dos funcionarios utilizando unos aparatos para fumigar, se limitar a pintar la cancha con una pintura especial. En suma, bien pudo haber practicado Tigre en la noche del martes.
TERCER PROBLEMA: APEDREARON EL ÓMNIBUS Y ENCERRARON A TIGRE EN EL VESTUARIO
El miércoles de noche la delegación de Tigre partió ilusionada del Hotel. No por la posibilidad de concretar una hazaña. Para nada. Estaban contentos con “disfrutar haber llegado acá. Ahora si ganamos bárbaro, pero si perdemos, queremos vivir esto que nunca soñamos”, comentaba el Presidente Molinos a quién quería escucharlo. Prontamente la fiesta se convirtió en una tortura. Cuando estaban llegando a Morumbi varios hinchas reconocieron el ómnibus y lo apedrearon, rompiendo varios vidrios. En ese estado llegaron al estadio, ingresaron a los vestuarios y salieron a reconocer la cancha que no conocían.
Jugadores y dirigentes salieron al campo para pisarla, observarla y deleitarse con la fiesta que se vivía en las tribunas, donde el puñado de hinchas de Tigre que consiguieron entradas, los saludó con fervor.
Retornaron al vestuario para prepararse con la finalidad de realizar el calentamiento en el campo. En ese momento, un funcionario del San Pablo cerró la puerta con llave del lado de afuera. Adentro, los técnicos y jugadores de Tigre quedaron encerrados. ¿Se imaginan el malestar y la bronca que se generó dentro del recinto? Comentan que el técnico Gorosito y varios jugadores comenzaron a patear la puerta. Pasados varios minutos la puerta se abrió desde afuera… A las apuradas y en medio de ese clima, los jugadores salieron al campo tardíamente para hacer el calentamiento, ocasionando que el comienzo del encuentro se atrasara un cuarto de hora.
CUARTO PROBLEMA: LOS EQUIPOS NO SALIERON JUNTOS
En la ya citada reunión técnica del martes a la tarde, encuentro habitual donde se planifica la organización del partido, los clubes muestran la indumentaria que van a utilizar para que los jueces determinen si hay similitud de colores y se analicen todos los temas, quedó claramente establecido que el árbitro y los dos equipos salían junto a la cancha por el túnel del medio.
El Director Deportivo de San Pablo, el ya mencionado Ze Carlos, asintió, tomó conocimiento y quedó en cumplir lo establecido oficialmente.
Al acercarse la hora de la salida de los equipos al campo, Ze Carlos no apareció. Los guardaespaldas enormes que tiene contratados San Pablo, ni siquiera respondían cuando los organizadores del encuentro les indicaban que el equipo tenía que salir junto con los jueces y Tigre. El cuarto árbitro, Julio Bascuñan, pretendió entrar al camarín de San Pablo. Sin hablarle una palabra, los guardaespaldas le negaron olímpicamente el paso. Bascuñan no tuvo más remedio que darse vuelta e irse.
OTROS PROBLEMAS MENORES
-“Para los dirigentes y allegados nos dan un palco con 15 butacas. ¡Nosotros somos cuarenta! ¡Allá les dimos los palcos que quisieron para sus dirigentes”, fue otra de las quejas de Ricardo Guerra antes el partido.
El propio dirigente tuvo que buscar a gente de la organización para que a un fotógrafo del club, de la revista partidaria, le entregaran el chaleco amarillo que lo habilitaba para permanecer en el terreno de juego. El profesional había cumplido todos los requisitos, enviado la carta para acreditarse y su fotografía, pero… lo trancaron. Al final, ante la intervención de los organizadores, el problema se zanjó.
Como si se viviera hoy en los años sesenta y setenta cuando los partidos de la Copa Libertadores eran una guerra, después que Lucas convirtió el primer gol, inmediatamente desaparecieron las pelotas que se utilizan para no demorar el juego. En la cancha, los dirigentes de Tigre se dirigieron al cuarto árbitro y a Figueredo Brites para señalarle el problema, en procura de solucionarlo. No pasó nada…
En ese sentido, los “niños alcanzapelotas” (acá los llaman “gandulas”), eran atletas musculosos, de gran porte, con puntos de contacto con boxeadores y judocas. Estaban preparados para todo…
EL PRIMER TIEMPO Y LA “SOBRADA” DEL FINAL
Como era lógico Tigre salió a defenderse. Se abroqueló atrás apostando a la suerte en alguna pelota quieta a favor o una escapada fortuita acaudillada por nuestro compatriota Ferreira. La estrategia de contención iba funcionando bien. San Pablo no podía llegar al arco rival. A mi lado, sentado al costado del campo de juego, Nelson Daniel Gutiérrez, miraba el partido. En un momento, cuando el reloj marcaba un cuarto de hora, me dice:
–“Este partido no termina bien…”
-¿Por qué?, le pregunté.
-“Fijate como llegan a marcar en cada pelota los de Tigre. Están muy tensionado. No lo hacen naturalmente…”
Sin ningún tipo de adolonería y comprendiéndome las generales de la ley, ya en la madrugada de hoy y después que había pasado todo, felicité al “Tano”. Por algo, los que fueron grandes jugadores, no pierden nunca esa “otra cosa” que los lleva a ver, entender y comprender mejor el juego que todos los demás mortales. Justicia es decir, también, que a poco de comenzar el partido, sentados juntos a metros del largo de la cancha, junto al Cr. Mastroianni, miré al “Tano” y tenía un reflejo especial en los ojos. Fue entonces que le dije:
-“Me parece que te estás viendo ahí adentro, destilando adrenalina…”
-“Y… eso nunca se pierde. Es emocionante….”
En estos diálogos estábamos cuando, en la primera vez que San Pablo hilvanó una jugada y llegó al arco de Tigre, convirtió el primer tanto. El partido, en ese momento, estaba terminado. Resultaba muy evidente y notoria la diferencia entre uno y otro equipo.
En el segundo ataque, un error del golero Albil que salió muy lejos de su arco sin sentido, terminó con el segundo gol marcado por Osvaldo.
Los brasileños sacaron a relucir “la pizarra”. La tribuna acompañó con el clásico “oooleeeeeee” y los ánimos se caldearon. Poco antes del final, por el carril derecho, un brasileño se mandó una “sobrada”. Dominó la pelota y llamó a los rivales para que se la sacaran…
Casi en ese mismo momento terminó el primer tiempo. Varios jugadores de Tigre no aguantaron la “cargada” y corrieron a buscar al “sobrador”. Lo que el “Tano” Gutiérrez había vaticinado, esa “cosa” escondida que sólo él podía apreciar, salió a relucir. Empujones, intervención de la policía militar con esos llamativos cascos blancos y, poco a poco, los jugadores del San Pablo se metieron en el túnel que ellos ocupan. Los de Tigre querían seguir increpando a los brasileños. Los integrantes del cuerpo técnico procuraron calmarlos. De este modo, paulatinamente se restableció la calma y los jugadores de Tigre se metieron en el túnel junto con los integrantes del cuerpo técnico.
Unos segundos después se observó que una dotación de unos seis agentes de la Policía Militar con sus cascos blancos, a paso rápido se metieron en mismo túnel.
LA CRISIS: EXPLOTA TODO
El Jefe de Prensa de Tigre (un señor de alta estatura) y un auxiliar (algo bajo y gordo), emergieron del túnel expresando que los guardaespaldas de San Pablo les habían dado una paliza a los jugadores de Tigre.
-“Es terrible. ¡Sacaron un revólver! Les pegaron a los jugadores, le hicieron cortes… ¡No vamos a seguir jugando!, comentaron rodeados de periodistas.
Los dos se dirigieron hasta la mitad de la cancha donde estaba el veedor del partido, Francisco Figueredo Brites. Los escuchó. Nada podía hacer. De todos modos el Secretario Ejecutivo de la CSF retornó caminando con ellos hacia el vestuario de Tigre.
Luego salió del camarín y llegó hasta la misma boca de la cancha, el entrenador Gorosito para realizar declaraciones exclusivamente para la cadena Fox Sport. Y acusó: “Al llegar al vestuario nos estaban esperando los guardaespaldas de San Pablo. Nos dieron una paliza. Sacaron un revólver para amenazarnos. Esto es San Pablo. Son unos cagones, porque mano a mano a mano, en la cancha, los jugadores no quisieron nada. Y acá abajo, nos mandaron los guardaespaldas. Está todo filmado…” terminó Gorosito y se fue.
Cuando terminó el tiempo reglamentario del intervalo, los jueces chilenos salieron a la cancha y se dirigeron a la mitad del campo. Ya estaban los 10 futbolistas del San Pablo en el campo de juego. El que faltaba había sido expulsado por el juez en medio de los incidentes, junto otro futbolista de Tigre. No tenían idea de lo que había ocurrido. Me acerqué a ellos y les informé de lo que estaba ocurriendo. De la denuncia de Néstor Gorosito y de la afirmación de los dirigentes que salieron a informar a Figueredo Brites que no salían a jugar el segundo tiempo. Transcurridos unos minutos, el cuarto árbitro Bascuñan, se dirigió hasta el vestuario de Tigre, permaneciendo dentro por un rato.
Los minutos comenzaron a pasar. Bajó a la cancha el Vicepresidente de la CSF, Eugenio Figueredo. Los periodistas brasileños le pedían opinión. El dirigente uruguayo se negó a hablar. Dentro del vestuarios, con los jugadores de Tigre, continuaba el Secretario Ejecutivo de la Conmebol, Figueredo Briste y su hijo, funcionario de la CSF, Hugo. También el ejecutivo de Fox, Jorge Antico.
El otro Figueredo, Eugenio, el Vicepresidente de la CSF, en un momento llamó a los jueces quienes se acercaron desde la mitad de la cancha a la línea de cal. Hubo un diálogo breve donde Figueredo llevó la voz cantante. ¿Cuál fue el tenor del cambio de palabras? Sólo ellos lo saben. A esa altura ya estaba en la cancha el Tesorero de la CSF, el boliviano Romer Osuna.
A los pocos minutos de ese encuentro, el juez del partidos Enrique Osses, pitó bien fuerte tres veces determinando la culminación del partido ante la ausencia de Tigre en el campo de juego. Inmediatamente, miles de aficionados saltaron la débil oposición que separa la tribuna de la cancha y se sumaron al festejo de los jugadores.
Después el caos de la premiación con los dirigentes de San Pablo que no respetaban lo que se había establecido en la reunión técnica, para lograr una culminación civilizada de la fiesta. Todo fue un caos que continuó cuando los jugadores, acompañado de esos miles de aficionados que invadieron el campo y otros que continuaron ingresando de la misma forma sin que la policía realizara ningún intento para evitarlo.
¿QUE PASÓ EN EL VESTUARIO?
Cuando el San Pablo festejaba con una desordenada vuelta olímpica empañada por la presencia de miles de hinchas, la cadena Fox recogió las impresiones de Ruben Pasquini, Jefe de seguridad de Tigre, quién contó con un claro golpe en el rostro, lo que pasó en el vestuario. “Nos emboscaron, nos estaban esperando, en la primera escaramuza le pusieron una pistola en el pecho a Albil. Hay varios jugadores cortados. Yo me puse a separar y me pegaron en la cara. Eran patovicas y dirigentes pegándonos. Le pegaban a todo lo que se movía. Queríamos salir por la gente, pero los jugadores lesionados no podían salir. Botta tenía un ojo cerrado por un golpe.”
Los brasileños del San Pablo no pronunciaron ninguna declaración. El dirigente a quién acusa Pasquini, es Ze Carlos, el Director de Deportes –un joven enorme de tamaño que domina el fútbol del club–, quién había estado en la reunión técnica el martes por la tarde.
Los árbitros no observaron nada ya que su vestuario no tiene conexión con el del club visitante. La filmación a la que alude Néstor Gorosito, aparentemente, pertenece a un camarógrafo de Brasil. ¿Aparecerá? Sería el único documento que permitiría llegar a la verdad. Más allá de las declaraciones de los jugadores de Tigre, el entrenador y los funcionarios, quedan dudas y preguntas. ¿Por qué motivo los patovicas del San Pablo –que estaban en la zona, eran enormes, los vi personalmente y a ellos recurrí cuando San Pablo incumplió la orden para que los dos equipos salieran juntos–, necesitaban emprenderla a golpes de puño contra los jugadores de Tigre cuando el partido ya estaba liquidado? ¿Una represalia por las escaramuzas con las que terminó el primer tiempo? ¿No habrá ocurrido algún resfriegue pequeño amplificado por Tigre para tomar lad ecisión de no salir a jugar el segundo tiempo, convencido que el partido podía terminar en goleada catastrófica? Pero, a su vez, ¿ningún dirigente de Tigre pensó o alertó sobre las sanciones que ahora pueden caer sobre el club?
En la madrugada de hoy, el ejecutivo de Fox, Jorge Antico, contó en el Hotel Maksoud, con cara de consternación, lo que vio en el vestuario de Tigre, cuando ingresó al recinto junto con Figueredo Brites y Hugo Figueredo, después que los episodios denunciados se habían producido: “Fue duro. Varios jugadores con cortes, sangrando de las heridas. Las paredes con manchas de sangre. Algunos futbolistas estaban realmente mal por la paliza que recibieron”.
¿Aparecerá el video esclarecedo? ¿Realizarán declaraciones los dirigentes del San Pablo o quienes, como Ze Carlos, estaban en la zona de los problemas?
EL FUTURO Y LO QUE QUEDA EN EL TINTERO
Calmados los ánimos y serenada la pasión, llega la hora de los abogados. Los reglamentos son claros. Tigre se expone a una grave sanción, por más que pueda tener el justificativo de la provocación de que fue objeto y la acumulación de episodios generados por San Pablo para intranquilizar a sus dirigentes y jugadores.
También queda la comprobación de que los brasileños siguen practicando la tradicional diplomacia que nació en Itamaraty. A todo dicen que sí. Luego hacen lo que ellos quieren y, olímpicamente, incumplen lo acordado y establecido. Como la utilización de esas prácticas para amedrantar y molestar al rival que parecían ya superadas en el fútbol sudamericano.
¿Habrá sanciones para Tigre? ¿Suspenderán la cancha al San Pablo, clausurando Morumbi? Nada puede imaginarse. ¡Es la hora de los abogados!
Lo ocurrido no le hace bien a Brasil, organizador de la Copa del Mundo de 2014. El episodio deja muchas cosas fuera de lugar que, seguramente, serán utilizados por aquellos que todavía siguen anhelando que el mundial no se dispute en tierra brasileña. Habrá más noticias para este boletín…
Néstor Gorosito también habló sobre lo que pasó en el vestuario. “Esto es la consecuencia de todo lo que han venido haciendo. y para venir al estadio. Un negro grandote vino con un revólver y con una pelotita de las que se alarga y le empezó a pegar a los jugadores. Una locura. El Pato está cocido en el brazo y a Albil le apuntaron con un arma.”
El golero de Tigre, Damián Albil, mostró la marca de un golpe en el pecho y también habló sobre lo que pasó en el entretiempo. “Estuvimos quince minutos peleando con gente de Sao Paulo. Vinieron sin mediar palabra y empezaron a pegar. Cuando vino la policía nos empezó a pegar a nosotros. A mí me dieron un culatazo con un arma. No entendemos por qué un club tan grande como Sao Paulo hizo esto. Nos iban ganando bien. Cuando los primeros llegaron al vestuario les empezaron a pegar con unos látigos.”