La sede de Full Play Group, la empresa uruguaya de los imputados Jinkis
¿Quiénes son Hugo y Mariano Jinkis, los empresarios argentinos imputados por soborno en el escándalo FIFA? ¿Por qué su empresa, Full Play Group S.A., desde la cual negocian millonarios contratos con las asociaciones de fútbol de los países de Sudamérica, y con la propia Conmebol, está en Uruguay, si sus dueños son argentinos y ninguno reside en este país?
En el coqueto barrio de Carrasco, al final de la Avenida Italia hacia el este, en el número 7159 está emplazado el lujoso complejo de oficinas Art Carrasco Business. Sus oficinas se ofrecen a la venta a precios que rondan entre los U$S 5.000 y U$S 6.000 por metro cuadrado. La puerta de la oficina 104, que figura como domicilio de Full Play Group S.A., no tiene ningún cartel indicativo de que allí funcione la empresa, ni nada hace parecer que una empresa de la envergadura de Full Play Group tenga su sede principal funcionando allí.
Evidentemente, la audaz jugada política de Loretta Lynch no procura acabar solamente con la corrupción en las más altas esferas de la FIFA, sino que intenta también acabar con el lastre que las conductas irregulares trajeron en la asignación de contratos televisivos. Es en ese ámbito que el nombre de Jinkis cobra relevancia.
Lo que sucederá con los negocios que realizó el argentino que durante estos años ha operado en el Uruguay a su antojo es una incógnita, pero todo puede suceder. Es que el panorama actual luce tal como fue descrito por el prestigioso periodista argentino Sebastián Fest, quien escribió en el diario La Nación: “Lo sucedido hoy en Zúrich no tiene precedentes. Supera por lejos, muy lejos, la peor de las pesadillas de Joseph Blatter”.
Pero lo que podría complicar sobremanera el futuro de Hugo Jinkis es mucho más grave que el posible deterioro de los compromisos internaciones de televisión que contrajo. Porque, como explicó el Departamento de Estado de los Estados Unidos, Hugo y Mariano Jinkis, así como Alejandro Burzaco, CEO de Torneos y Competencias, serán juzgados por “haber pagado sistemáticamente y haber aceptado pagar más de 150 millones de dólares en sobornos para obtener lucrativos derechos mediáticos y de marketing en torneos de fútbol internacional“.
Pero aparentemente Jinkis no solamente fue poco transparente a la hora de operar en Uruguay y de negociar los derechos televisivos: también tuvo problemas con su socio norteamericano, pues, como subrayó el portal Clarín.com, “para la implicación de los tres argentinos fue clave la confesión del brasileño José Hawilla, el dueño y fundador de Traffic Group, la empresa multinacional de marketing deportivo con sede principal en Brasil y con dos adyacentes en Florida”.
Full Play tiene un 33% de de la empresa Datisa, acusada de pagar sobornos de 100 millones de dólares por los derechos de televisación de las Copa América 2015, 2016, 2019 y 2013.
También tienen los derechos internacionales de todos los países sudamericanos para las eliminatorias de 2018, y la opción para el Mundial 2022.
Organizan partidos internacionales amistosos como el Superclásico de las Américas entre Brasil y Argentina.
Además, compran y revenden derechos relacionados al fútbol y otros deportes.