Exclusivo: “Cacha”, de OJ a Makelele
Por Atilio Garrido / Fotografías: Atilio Garrido
Hoy es el gran día. Uruguay enfrente a Ecuador en la altura de Quito. Una parada siempre difícil, desde la primera vez que los celestes jugaron en el Estadio Olímpico. Fue en 1973 por las eliminatorias para la Copa del Mundo de Alemania. Uruguay arrancó en pérdida y logró dar vuelta el partido para llevarse la victoria 2:1 con goles en el segundo tiempo.
¿Qué nota realizar para esperar el partido? Un mano a mano íntimo, lejos de las conferencias de prensa a las que le tengo odio ancestral, porque –como decía El Veco, un maestro del periodismo uruguayo- “igualan para abajo, atentan contra la creatividad, premian al mediocre”. Entonces… la buena onda de ese tractor 4 x 4 que es Egidio Arévalo Ríos, permitió que armáramos una nota con sus recuerdos en el fútbol, justamente hoy, que retorna a la media cancha celeste. Y aquí está el resultado.
-¿Tu mejor recuerdo de la niñez?
-“El estar corriendo siempre atrás de una pelota. El estar con mis padres, con mis hermanos, con amigos todavía que frecuentamos de vez en cuando al estar en Uruguay o charlamos por teléfono. También ver fútbol de niño con la familia y amigos”
-¿El recuerdo del fútbol de Paysandú?
-“Haber hecho todas las divisiones inferiores en Bella Vista de Paysandú. El debut a nivel amateur fue lo más lindo que me pasó. Hacer todas las juveniles en ese equipo y llegar a primera división no es para cualquiera. Al margen de ser del vecindario, en Paysandú nos quedaba todo cerca y es un club que aprecio demasiado por todo lo que nos brindó a mí y a nuestra familia en ese momento. Estoy muy agradecido por todo eso”.
-Vivir en Paysandú es decir pescar en el río Uruguay. ¿Qué recuerdo tenés de lo mejor que pescaste en el río?
-“Compartíamos con mi padre. Íbamos a pescar bastante con él y con familiares. Salíamos a pescar, pero más allá de un bagre o un doradito, no se pescaba. Así que lo importante era compartir el momento o el trayecto que hacíamos para ir al lugar donde pescábamos siempre, así que hacíamos muchas paradas, cazando también en la época de la niñez”.
-¿Postre Chajá o Norteña?
-“Postre Chajá. La verdad que sí. Es lo más rico hasta hoy, porque cuando vamos a Montevideo tratamos de que mis padres lleven para la capital o que nos llevan algo de Paysandú para recordar”.
-¿Franco con Los Iracundos o cumbia?
-“Cumbias… Cumbias. Eso sí, salíamos en el momento de la niñez mucho a bailar en el club social. Compartíamos las salidas con mis hermanos que eran mayores que yo. Salía con ellos. Fue un momento muy bueno porque compartíamos la salida juntos o no los dos nos quedábamos en casa!
-¿Cuándo mirabas la televisión y jugaba Uruguay, cómo quién querías ser?
-“La selección era lo más importante. Se paralizaba el país para ver a Uruguay. Los miraba todos”.
-¿Cómo quién querías ser?
-“Tengo distintas épocas. Desde que empecé a jugar en esta posición, siempre me queda el recuerdo de Ojota Morales. Quería jugar como él o ser parecido a él en aquel momento. Era un gran elemento de contención y lo sigue siendo hoy todavía. Se lo respeta por todo lo que ha logrado, por todo lo que brindó a él país. También me gustaba mucho ‘Chicho’ Serna en Boca y Makelele. Pero por encima de todo estaba Ojota, seguí sus pasos, incluso hemos compartido momentos y cambiamos camisetas. Incluso cuando estoy en Uruguay, cuando puedo me acerco a él o le mando un mensaje una vez cada tanto. La verdad que me queda una buena amistad con él, más allá de que haya estado en Nacional. Eso no importa porque la amistad tiene que estar y tengo un gran recuerdo de él”.
-¿De qué te acordás cuando tuviste por primera vez la camiseta celeste para en las manos para debutar en la selección?
-“Fue impresionante. Impresionante. Todavía recuerdo la primera convocatoria estando en Bella Vista. Tenía que ir al Estadio. No tenía auto en ese momento y los ómnibus no paraban. El 185 iba lleno para el Estadio. No paraban nunca. Fueron dos periodistas de “El Observador” que estaban haciendo un seguimiento, yo no llegaba y ellos me llevaron al Estadio que era donde partía el ómnibus para el Complejo. De ahí en más, ya salía más temprano por las dudas. Cuando debuté quedé sorprendido porque fue algo inolvidable para mí. La primera vez que tuve la camiseta en las manos y cuando me la puse fue lo mejor de todo, porque siempre de niño soñás que vas a defender a tu país. Pero los sueños a veces no se cumplen y la verdad que cuando pude debutar fue algo muy importante para mí”.