Exclusivo: El Profesor Bengoechea

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Sonriente, Pablo Bengoechea en lo alto de la barranca, con Lima a sus pies, bañada por el océano Pacífico.

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Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González

“El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos”, escribió al cantautor cubano Pablo Milanés en su tema “Años”. Destinado al amor en los versos siguientes, el comienzo se identifica con la descripción que el poeta español, Antonio Machado realizó de la vida, y que Joan Manuel Serrat eternizó en el disco: “Todo pasa y todo queda / pasaras siendo camino / camino sobre la mar”.

El comienzo viene como anillo al dedo para reflejar las sensaciones que experimentaba camino al apartamento donde habita Pablo Bengoechea en Lima, en la rambla de cara al Océano Pacífico. Treinta y un años atrás, el 16 de febrero de 1985, la selección uruguaya dirigida por el Prof. Borrás, enfrentó en el estadio Centenario a Polonia. No estaban las estrellas celestes que actuaban en clubes del exterior. Preparando un equipo nuevo para concurrir a Miami a disputar un cuadrangular y luego a la Copa del Mundo de México 1986, el entrenador recurrió a los mejores jugadores locales del momento. Entre ellos a Pablo Bengoechea. El partido terminó 2 a 2 gracias al ingreso del jugador de Wanderers, autor del primer empate y también del segundo al rematar un tiro libre contra el arco de la Ámsterdam. La potencia del disparo determinó que el golero polaco diera rebote y lo tomara Zalazar, para vencerlo con toque corto. Además, redondeó una excelente actuación.

Al otro día, Pablo accedió a concurrir al estadio Centenario para realizar una nota amplia, vestido con la indumentaria de Wanderers, posando debajo de ese mismo arco de la Ámsterdam dónde tuvo su gran bautismo celeste, detrás de un escritorio de escuela y un pizarrón. Así nació El Profesor. En ese tiempo Pablo ocupaba un pequeño apartamento humilde, en la calle lindera con el zoológico de Villa Dolores, que compartía con su compañero de Wanderers, el fraybentino Gonzalo Díaz, lateral derecho del equipo.

Desde aquella tarde de verano donde nació El Profesor, “Todo pasa y todo queda / pasaras siendo camino / camino sobre la mar”. El camino que abrió y construyó Pablo Bengoechea con su capacidad, traducida en títulos: dos veces campeón de América y figura clave del recordato Quinquenio de Oro de Peñarol.

-Hoy, sentado frente a mí, con Sergio Gorzy como testigo de la entrevista, el protagonista cuenta que está “muy contento de cómo empezó el año por lo deportivo, por la oportunidad  que me dio Alianza de trabajar aquí nuevamente. Vivo con una hija aquí en Lima. Está todo muy bien”. Es la introducción que abrió el dialogado.

PEÑAROL, DAMIANI Y EL PROYECTO QUE BENGOECHEA QUERÍA DESARROLLAR

-Alianza, el equipo de la Victoria, el más popular de Lima, normalmente el de los jugadores negros desde los tiempos de Manguera Lavalle, ¿tiene puntos de contacto con Peñarol?

-Sí, sí, e muy similar en eso, con la misma presión que existe en todos lados en los equipos grandes. Aquí, en todos lados con la urgencia que tiene Alianza de ganar un título. Lo ganó en 2006 cuando nuestro compatriota Pelusso era el entrenador y jugaba Martín Liguera. Desde esa época no le ha tocado salir campeón, por lo que la institución tiene bastante urgencia en retornar a la conquistar la esa gloria. Actualmente se está disputando un torneo cuyo campeón se asegura el número 3 en la Copa Libertadores de América del próximo año y el 6 de mayo comienzo el campeonato más importante. Hoy estamos peleando en los primeros lugares. Está Luis Aguiar en nuestro equipo, es el goleador del torneo con siete goles en seis partidos.

-¿Se enteró de lo que afirmó el presidente Damiani? Que fue un error haber prescindido de sus servicios.

-Sí. Ya me lo había manifestado en los primeros días de este año Juan Pedro. Siempre es lindo escuchar algún elogio y reconocimiento. Y, bueno, la vida continúa”.

¿Cuál era el proyecto  que Vd. no pudo concretar y quedó trunco por su salida?

-Yo tengo una idea, sobre el fútbol uruguayo, que es la que tiene mucha gente. Somos un país exportador de futbolistas y tenemos que agradecer eso a la suerte. Peñarol ha exportado a grandes mercados a jugadores adolescentes como Valverde y Bueno. En consecuencia, soy partidario de que hay que darle mucha más vida a las divisiones inferiores. Hay que cuidar ese aspecto y para que eso siga aconteciendo hay que contratar pocos jugadores de afuera. Hay que elegir bien al que llega al club en las posiciones donde realmente hacen falta y, luego, darle credibilidad al proyecto de juveniles, brindándoles oportunidades y confianza a los chicos jóvenes.

-¿Uno o dos crack por año, de alto precio, estrellas y no seis o siete al comienzo de cada campeonato?

-Efectivamente. El tema de Peñarol es el siguiente. Hay chicos jóvenes que se fueron al exterior y a los cuales hay que abrirle las puertas para que vuelvan. El sueño que tenía Forlán de vestir la camiseta de Peñarol, por ejemplo, hay que decirle que sí, que vengan. A parte, ellos son un espejo para todos los jóvenes. Yo le preguntaba a Valverde, a Bueno y a otros chicos cuando subían, ¿qué sentían entrenar con Pacheco, Zalayeta, Forlán, Valdez, Guillermo Rodríguez? Y para ellos, me decían, era una experiencia impresionante. Ver a chicos cambiándose al lado de jugadores como Forlán, que triunfó en todas partes del mundo y es un ejemplo en todos los aspectos, creo que la aporta mucho a esos muchachos, mucho más que lo que puede aportarle un técnico. Creo que Peñarol tenía en los muchachos experimentados una mina de oro a la que le tenía que sacar provecho.

-También desarrolló algo que era muy común en los tiempos en que Vd. era niño y que con el paso de los años quedó en desuso. Me refiero a llevar a Peñarol al interior del país.

-Sí, nosotros teníamos planificado realizar esto en todas las pretemporadas. En la primera que me tocó planificar a mí, fuimos a Rivera, Tacuarembó, Salto y Paysandú, en una experiencia muy linda. Creó que en nuestro país, en una semana se pueden recorrer seis o siete departamentos sin ningún problema, hay mucha comodidad, las ciudades están muy cerca y le damos la alegría al hincha de Peñarol que no puede venir a Montevideo. Asimismo, al plantel le sirve para convivir, compartir cosas y experiencias. Eran ideas que quedaron en el camino.

LA ACTUALIDAD DEL FÚTBOL PERUANO 

-Le cambio de tema. ¿Por qué hace tanto que el fútbol peruano no logra llegar al primer plano en el continente? Desde la generación de Chumpitaz, Teófilo Cubilla, Baylón, Perico León no logra clasificar a la Copa del Mundo. Después de haber trabajado con Markarian y de dirigir a la selección de Perú, que puede aportar como pensamiento sobre esta situación.

-Nosotros, los uruguayos, todos tenemos pasaporte comunitaria y vamos a jugar a mercados muy importantes. El peruano ocupa plaza de extranjero en todos lados. El campeonato local es muy difícil, porque hay siete u ocho clubes radicados en ciudades de altura y cuando nosotros vamos a jugar con Alianza, llevamos la consigna de que el fútbol tenga poco ritmo. Cuando esos equipos de provincia vienen al llano, buscar lo mismo. Que se juegue sin ritmo, sin dinámica. Esto determina que la competencia local otorgue mucha ventaja en cuando a la dinámica y el ritmo que tienen que desplegar los equipos. Pero es lo que tiene que ocurrir. Cuando Uruguay va a La Paz tratamos de que el partido se juegue lo más lento posible. Esta situación le dificulta a Perú cuando tiene que competir con otros mercados. Ahora han salido algunos chicos jóvenes que tienen la oportunidad de irse a Europa y creo que si eso lo pueden hacer con más muchachos, va a ayudar para que a nivel internacional los ayude a competir.

-¿Cómo es el trabajo con los muchachos, en las divisiones juveniles?

-Me estoy informa del tema. Los equipos de Lima trabajan bien. Lo que veo en Alianza hay muchas obras, canchas sintéticas donde los chicos desde las siete de la mañana hasta que llega la noche, están entrenando en las diferentes categorías. Hay más dificultades en las provincias. Pero, bueno, si uno piensa que Uruguay tiene tres millones de habitantes y Lima tiene diez, es de suponer que esto debería alcanzar. Ocurre que hay muy pocos equipos en Lima para la población que tiene. Tan sólo hay cuatro o cinco equipos en la capital. Es decir tienen pocas oportunidades. Se escapan muchos chicos. Hay adolescentes que no juegan al fútbol, cosa que en Uruguay es imposible que un niño no juegue al baby fútbol, que no intente jugar al fútbol algún día. Entonces, en Uruguay se aprovecha el cien por ciento de las posibilidades y de las personas. Aquí muchos se quedan por el camino.

BRASIL, NEYMAR Y EL PARTIDO DE LOS CELESTES ANTE PERÚ

-¿Vio el partido Uruguay – Brasil?

-Sí.

-¿Qué le pareció?

-Me pareció ver un muy buen partido de Uruguay que se encontró con una noche de la selección brasileña perfecta. Vi a un Brasil jugar muy bien colectivamente y observé, tal vez, la mejor expresión de Neymar. Las grandes figuras de otros países que ha habido en otras épocas del fútbol, no sé si han tenido una noche como la Neymar. Me pareció algo extraordinario lo que hizo.

-¿O lo hizo porque contó con mucha ventajas de la defensa uruguaya?

-Yo creo que Uruguay hizo un desgaste físico tremendo. Los muchachos intentaron permanentemente presionar para que Brasil no tuviera espacios. Lo que ocurrió fue que los muchachos encontraron una noche notable de Neymar, contra lo que nada pudo hacerse. Uruguay lo marcó bien, lo que pasa que Neymar los dribleaba a todos. Tuvo un cambio de ritmo que no lo tiene siempre. Desarrolló una noche soñada en medio de un Brasil de rendimiento perfecto. La historia dice que a Brasil los uruguayos no le ganamos muchas veces, pero que le ganamos muchas veces los partidos importantes. Creo que en esta ocasión se dio ese caso normal de triunfo brasileño.

-¿Vio Venezuela ante Perú?

-Sí. Perú hizo un primer tiempo donde no le salieron las cosas, perdía bien ante Venezuela, incluso tuvo alguna chance de gol más. En el segundo tiempo reaccionó, hizo un gran trabajo, logró empatar y estuvo a punto de ganarlo. Incluso tuvo situaciones de gol muy claras. Fueron dos tiempos muy distintos, uno claramente a favor de Venezuela y el otro para Perú. Para el martes, Uruguay se encuentra en una posición donde tiene que concretar la clasificación y Perú tiene la desesperación de concretar las ilusiones en las últimas cuatro fechas. Se da un partido donde los países tienen objetivos o viven momento diferentes. Uruguay  casi clasificado y Perú por mantener la ilusión de pelear hasta el final.

-¿Cómo plantearía Vd., si fuera el técnico de Uruguay, el partido ante Perú?

-Creo que Uruguay juega en forma similar todos los partidos. No cambia donde juegue. Aquí en Perú no hay altura, el clima es bueno. No hay nada que haga pensar que Uruguay tenga que tener un cuidado especial. Con los delanteros que tiene Uruguay, con el trabajo de equipo que posee, creo que va a salir a ganar tres puntos que nos dejen muy bien ubicados, y Perú con la desesperación de que para mantener la ilusión está obligado a ganar. En algún momento se va a desesperar en la búsqueda de ese resultado.

-¿Conoce los cambios que se realizarán en el equipo uruguayo?

-Sí, he leído, no tengo la confirmación. Al maestro, todo lo que ha hecho le salió muy bien.

EL GOL ERRADO EN 1997 Y EL CONQUISTADO EN 1987

-¿Sigue pensando que el gol más imposible de errar en su vida fue aquel de 1997, aquí mismo ante Perú, por las eliminatorias para la Copa del Mundo de Francia?

-Sí, sí… Lo erré desde adentro del arco. Me acuerdo perfecto. Estábamos cero a cero, estoy adentro del arco de Perú, había visto que en los carteles de la tribuna había uno de la marca Fany, que son productos de alimentación. Es también el nombre de mi señora. Entonces, quisé pegarle fuerte, convertir el gol, agarrar la pelota e ir a gritarlo a frente a ese cartel como homenaje a mi esposa. Y bueno, cuando fui a buscar la pelota, no estaba adentro del arco. Es increíble, además de una vergüenza enorme con don Roque, que era el entrenador. Nos dirigía un campeón del mundo, con hazañas increíbles y fallé. Ese era un día muy importante porque si lográbamos ganar nos metíamos en la pelea, teníamos una visita a Argentina que siempre es difícil, pero ante quién Uruguay –o al menos a nuestra generación- nos había ido bien. Bueno, fue una vergüenza la que pasé, especialmente con don Roque.

-Ya que recordó ese feo momento y cómo mencionó a Argentina, recuerde el gol que le dio a Uruguay el título de Campeón de América en el monumental de Núñez en la final ante Chile, después de eliminar a los argentinos.

-También fue un gol raro. Normalmente yo tiraba el córner o esperaba un rebote. Y en esa ocasión no sé qué hacía dentro del área. Pateó el Chueco (Perdomo), el golero dio rebote y, yo con todo el arco a mi disposición le pegué mal a la pelota, con el talón practicante, pero como estaba tan dentro del arco la jugada terminó en gol.

 

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