Consideraciones previas
El enfrentamiento entre Uruguay y Paraguay, en esta fea noche, a mi juicio adquiere para los celestes el carácter de bisagra. ¿Por qué? Porque el resultado –siempre determinante del futuro en el fútbol de todas las épocas- afectará más que en otras oportunidades, según sea uno u otro, la posibilidad de que el técnico Oscar Tabárez lleve a nuestro país a participar por tercera vez consecutiva en las finales de la Copa del Mundo.
Para que ello ocurra, para que no se afecte en grado importante ese deseo colectivo de todos los habitantes del país, es imprescindible que Uruguay esta noche no pierda. Lo sustancial hoy ante los guaraníes es mantener el cero en el arco propio.
Realizo esta contundente afirmación por varios motivos. Porque el rival es un enemigo directo en la lucha por la anhelada plaza para Rusia 2018. Porque perder y estancarse en los 13 puntos -¡ese número maldito, por más que para el “Loco” Abreu sea el de la suerte!-, generaría una desazón colectiva al ver la tabla de posiciones con el retorno de Uruguay a los puestos de la pelea por el repechaje. Y esa situación, agregaría nubarrones al panorama de la selección, la opinión pública y los juicios periodísticos.
Corresponde señalarlo y dejarlo en claro. Una derrota, esta noche, para nada alterará el famoso “proceso” y la continuidad del cuerpo técnico liderado por Oscar Tabárez a su frente. Pero, se iniciarán una serie de cuestionamientos inevitables, hijos siempre de los contrastes, que hacen realidad la excelencia sentencia Napoleón: “la derrota es huérfana, la victoria tiene mil padres”.
Escuchando las declaraciones del entrenador Tabárez –única forma que en el ambiente global del fútbol tienen todos de conocer su opinión, ya que el conductor está alejado del tradicional trato mano a mano con dirigentes y periodistas-, surge el deseo de “salir a ganar”, según la expresó.
De ser así, de plantear un partido de propuesta según la terminología de los modernos, para quienes ahora hay que “leer bien los partidos” -¡por favor, basta de tanta tontería-, Uruguay desplegaría sus acciones de ataque constante en procura de someter a su adversario y conseguir la victoria. Actuar de esta forma, plantear el encuentro ante Paraguay con esta característica, sería exponer a la defensa a lo que mejor saben hacer los guaraníes: el contragolpe. Que lo lanzan con velocidad y contundencia. Con un agregado. En esta ocasión, el pésimo estado de la cancha favorecería al rival en la ejecución y definición de los contragolpes. Sería repetir el esquema que se intentó ante Perú, donde el equipo compatriota pasó más sofocones que en los demás encuentros y el rival arañó el empate.
¿Cómo debería plantarse Uruguay a mi juicio? Como lo hizo ante los fuertes equipos de Chile y Colombia. Arropándose atrás. Jugar de local como si estuviera haciéndolo de visitante. Sin regalarle. Sin abrir claros que siempre son proclives para cometer errores propios o facilitan al adversario para forzarlos. Y cuando se consigue la pelota, intentar el contragolpe, también sin regalarse, sin exponerse, compenetrados de que lo principal –esta noche negra- es no perder.
Existe un elemento más que, sugiero a los cibernautas que observarán el partido tengan en cuenta. La actuación del juez brasileño Sampaio. Espero y creo suponer que el cuerpo técnico de Uruguay, siempre tan preocupados por todos los detalles que rodean a un partido de la selección, habrán tomado recaudo de conversar de este tema con los jugadores. Mirar con atención la labor del juez, dejarlo actuar y no recriminarle los errores que va a cometer, exigirá una gran concentración para evitar no sólo tarjetas amarillas, sino rojas, que puede dejar al equipo celeste con menos futbolistas en el campo.
Se viven horas cruciales, decisivas, definitorias. Para sobrellevar el futuro con éxito y acercarnos a Rusia 2018, que le plantea a Uruguay otro tipo de partido ante Venezuela –el próximo en Montevideo-, lo imprescindible es que el equipo sume puntos en la noche de hoy. De no ocurrir así; de no salir al campo imbuidos de este mentalidad, puede generar tembladerales futuros que se evitarían sumando punto esta noche. Mucho mejor los tres del triunfo. Pero la unidad que reportaría el empate, no es un mal resultado.
Finalmente, es dable recordar para aquellos que han lazando en lo previo la afirmación de que Uruguay es favorito, que en este tipo de partidos por eliminatorias Paraguay lleva una clara ventaja sobre Uruguay: 7 triunfos albirrojos tan solo tres de los celestes. Uno de ellos, en le lejano 1957 cuando Paraguay perdió en Montevideo 2:0, en una tarde tan inhóspita como la de hoy, pero ya había eliminado a Uruguay con la goleada 5:0 en Uruguay y clasificado ´para el Mundial de Suecioa 1958.