Entre Barizzoni, Pérez Bigot y Rodríguez Benítez
Seguramente me resulta imposible disimular las decenas de defectos que forman parte de mi personalidad. No obstante ello y como consecuencia de estas limitantes siempre nos hemos inclinado a escuchar; a saber escuchar. Con Raúl el legado de opinar exclusivamente lo que uno piensa, no acomodarse en función de pasajeros resultados o estados de ánimo de los oyentes. En buen romance un NO rotundo al estilo oportunista y panqueque de darnos vuelta conceptualmente algún punto más de sintonía. Con el Negro Pérez Bigot con su acendrada convicción de que debemos levantar banderas apuntando a la limpieza del juego sin abdicar de nuestras queribles raíces temperamentales; y manejarnos críticamente ante los masivos masazos y vertricalazos de los medios masivos de comunicación, información y desinformación. Con el bayano Rodríguez el mensaje de nunca estar conformes pero a su vez señalando siempre una luz en el camino. Si no nos entienden el problema ya no es nuestro. Esto que parece arrogante es simplemente un grito desesperado de impotencia.
TABAREZ
De pronto hay mejores técnicos uruguayos, pero el es excelente en casi todos los rubros
profesionales que uno pueda manejar e imaginar; y esto por encima de si clasificamos o no al Mundial, o por ejemplo que no nos conformó el ingreso de Alvaro González para luego con Eguren tener demasiados volantes de las mismas características dejar venir a una inoperante selección de Venezuela.
PLANTEL
Noble en victorias y derrotas que debe soportar la mediocre insolencia del pedido de jugadores que por ahora, no se igualan a ellos. Con la única autoridad de haberlo expresado antes en HORA 25 me confirmó en la idea de que Uruguay puso en Pto. Ordaz al mejor equipo que se dispone. Y si perdíamos no se trataba de que faltaran jugadores
VOLVER A CREER
NO estamos clasificados a nada. Pero si habilitados para pelear hasta los últimos suspiros de la última fecha la chance directa o indirecta de clasificar Este proyecto merece pelear hasta el final por más que varios sepultureros ya estaban prontos en Venezuela y Uruguay. No se trata de Buenos o de malos; si se trata de coherencia aún cuando sea en el error o el deseo indisimulable de que todo termine mal.