En Nacional se mueve el sismógrafo de las decisiones
La conmoción sacude desde el cimiento. Momento de reflexión en la interna de Nacional. Una semana que provocó huella profunda, porque limitó absolutamente casi todos los puntos de mira que Nacional tenía fijados. Queda pendiente la lucha por clasificar a la Copa Libertadores, con alternativa más cerca la serie preclasificatoria.
Consulados algunos dirigentes son coincidentes en sentenciar: “Hay que hacer un profundo análisis de la situación y actuar en consecuencia”. Pero también se es compatible con que hay que tomarse el tiempo prudencial que necesita el momento. Están estas tres fechas que restan para terminar el Torneo Clausura y allí empezar a poner sobre la mesa las decisiones.
Obviamente que serán analizadas a partir de este momento, con la clara intención que cuando llegue el momento, todo esté digerido, desde plantel, cuerpo técnico y estrategia de futuro. Lo que está claro es que nadie le saca el cuerpo a decisiones firmes que pauten el futuro. “A partir de agosto tenemos que comenzar a jugar una revancha, pero con el tratamiento interno que se necesita hacer”, afirmó uno de los consultados.
Se apunta a todos los frentes. Al plantel en principio, al cuerpo técnico como segunda alternativa. Los tres partidos que restan estarán marcando el futuro de Rodolfo Arruabarrena. Acá hay una cosa que queda flotando y es que más allá de decisiones de la dirigencia, el entrenador argentino sabe que si no muestra un cambio significativo su continuidad es prácticamente imposible, comenzando por su propia decisión, ya que ha dejado sobrevolar, en forma susceptible, la claridad que el profesional tiene frente a la circunstancia que se vive.
En lo que tiene que ver con el plantel, también se es coincidente en que debe conformarse un grupo acorde a las necesidades y punto. Hay varios jugadores a los que se le vence el contrato a mitad de año, como son los casos de Jorge Bava, Christian Núñez, Andrés Scotti, Juan Ramón Curbelo, Juan Albín, Vicente Sánchez y Adrián Luna.
Pero la focalización no está en los que terminan el vínculo, sino en los que continúan y que, en algunos casos, no han satisfechos las expectativas creadas. Otro tema pasa por la cantidad de jugadores mayores que hay en el plantel. Pero allí habrá que negociar posibles desvinculaciones.
Todo este enjambre de situaciones comienza a estar sobre la mesa de decisiones en Nacional. Tres semanas para evolucionar en determinaciones que pautarán lo que será Nacional a partir de agosto.
“Si empezamos a poner exclusas no estamos haciéndole frente a la realidad”, fue frase que marca este quiebre. Se vienen firmes movimientos en el sismógrafo que imaginariamente está instalado bajo la mesa donde se reúne la directiva de Nacional.