Goles son amores
Liverpool ganó un partido intenso en Belvedere, 2:1 a Danubio. Jugó para obtener una mayor ventaja, pero terminó sufriendo en el último tramo.
Liverpool recuperó la sonrisa en Belvedere y le ganó 2:1 a Danubio. Jugó para lograr una mayor ventaja en buena parte del partido, y pasó por la cornisa en el tramo final. Los goles de Juan Ignacio Ramírez, de penal –goleador en el festejo especial-, y el segundo de Agustín Ocampo luego del remate de Martín Correa, signaron el triunfo.
Ramírez, Correa, Ocampo y Figueredo se asociaron a lo mejor del equipo para marcar el dominio. Los goles fueron, así, consecuencia de la producción colectiva. En el cierre, el equipo cayó en desatenciones de fondo y rondó el lamento, aunque también apareció la posibilidad abierta del tercero en el contragolpe, como ocurrió en el cabezazo de Figueredo que atajó Ichazo.
Danubio se despertó en los últimos minutos. Los cambios lo reanimaron de su faceta apagada y desconectada. Acortó con el gran cabezazo de Santiago Mederos, y Leandro Paiva estuvo muy cerca del empate. Liverpool celebró por su fútbol de ataque. Goles son amores. Y los tres puntos quedaron en casa.