“Embajadores de use y tire”
Conversando en el momento preciso del último adiós a Luis Cubilla con Jorge Fossati coincidimos en que “NADIE” de las autoridades gubernamentales estaban presentes en ese momento como tampoco en el de Ladislao Mazurkiewicz y de tantos otros. Entendiendo que ese reclamo es para nuestras glorias futbolísticas; ya que han sido “EMBAJADORES” para el país.
¿Qué son jugadores y entrenadores glorias de nuestro país; para las autoridades?
A lo largo de la historia y en los momentos de gloria para la celeste o para los grandes de nuestro fútbol; se han entregado banderas patrias o recibido trofeos de manos de autoridades ya sea de clubes o representantes gubernamentales y en otros casos de los propios presidentes de la república, posterior a una conquista.
Los grandes tienen dentro y fuera de sus clubes a quienes los pusieron en los más altos podios del mundo futbolístico. Por nombrar algunos y no olvidándome de los otros; por ahí anda Luis “Peta” Ubiña con sus recuerdos de lo que le ofreció a Nacional y a Rampla. Néstor “Tito” Goncalvez con la esperanza de un pueblo carbonero esperando verlo en un reconocimiento más que merecido.
Estoy escribiendo de algo que perpetúa, lo individual; no alcanza simplemente con nombrarlos. Consiente estoy y por razón de espacio que detrás de ellos están todos (que son muchos por suerte) sus compañeros de gestas mundiales y de América también esperando turno. Muchas glorias están “archivadas y en el anonimato”. Los mediáticos nos han invadido. Y las autoridades de turno no han despertado.
En América del sur si se recorre internet; se verá en los clubes de futbol en un porcentaje aproximado al 30% de dichos clubes a los entrenadores en su cronología histórica de sus registros. Sin embargo en un 95% de los clubes se verán a todos los presidentes. Y me parece muy justo con los directivos. Pero sumamente injusto con los conductores técnicos.
Ahora nos toco que un Embajador héroe; de la épica epopeya mundial de 1950, el inmenso Aníbal Paz nos dejara para siempre. Pude concurrir a estar en su velatorio; no así por razones particulares insalvables en su último adiós. Sucedió según versiones de familiares directos que autoridades gubernamentales que siempre están en el momento de la Copa o el festejo; en ese preciso momento de despedir a un Héroe de nuestra historia futbolística, en el cual se reflejaron otras autoridades (no pretendiendo que el que los recibió en su momento (Luis Batlle Berres); lo despidiera, pero sí que se le despidiera, con la gloria que nos dio y el honor que merecía. Hago la salvedad que se vio al representante nacional Gustavo Borsari en ese adiós; pero de Gobierno; no. Estos “monstruos sagrados” son nuestros Embajadores históricos del pueblo para el mundo.
Cuando toca la gloria, “baña” a todos en su momento. Pero algunos “se secan más rápido”.
En un momento del sepelio de Cubilla me acerque al Presidente de la Asociación Uruguaya de Futbol; Dr. Sebastián Bauza y le hable que en la lucha contra la violencia había ahí una imagen inolvidable y que sería un buen bálsamo a esta circunstancia angustiante actual. Luis Cubilla pudo unir en su féretro las banderas de Nacional y Peñarol. No es para cualquiera esta imagen y muy representativa.
Hay discursos de bienvenida triunfal que son perpetuadas para la TV y en las fotos. Hay despedidas a “EMBAJADORES” donde “falta gente”.