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El “traje” del entrenador




Ariel Longo. Columnista.


23 agosto, 2015
Columnistas

Sobre gustos no hay nada escrito.

Tocaremos algo personal, y es solo una opinión, sabiendo que cada cual tiene en este tema un enfoque diferente. De la misma manera que se escuchan opiniones, daré la mía, y no es una verdad, sino una óptica más.

Entiendo que el “Traje” del Entrenador es lo que refleja el equipo que uno dirige en el campo de juego, en un aeropuerto, en un hotel, en una concentración, en las declaraciones de sus futbolistas y cuerpo técnico, en su vida privada, en sus declaraciones, en lo que  trasmite, y habría muchos ejemplos del “Traje” de un entrenador.

Hay tradiciones de usar el Traje y corbata, siempre, de equipo deportivo, siempre, de sport, siempre. Dentro de una misma temporada y en el mismo club variar entre las 3 opciones.

Cambiar de “pilchas” según el club, también es otra opción, como pasar del traje al sport o deportivo, o viceversa. Todas son validas.

En las décadas de 1920 y 30 se utilizaba el Traje como “uniforme”, en la mayoría de los entrenadores, ya en los 40 y 50 se empezó a “mezclar” la indumentaria con el famoso “equipo buzo” (denominación de la época al equipo deportivo). Volvió el Traje en los 60 y se abrió al “libre albedrío” de los 70 para adelante.

Las pautas eran dadas por los entrenadores  europeos y a pesar de que el futbol, al menos, por estas latitudes sale de los espectros más pobres, incluir el traje era algo que no reflejaba, la verdadera esencia  del balompié de aquí.

 Washington “Pulpa” Etchamendi.

Washington “Pulpa” Etchamendi.

Nunca en ningún aspecto nuestra idiosincrasia hace que haya otro símil a los “charrúas” en el mundo, por todo, desde el Baby futbol hasta llegar a nuestro profesionalismo. Sin embargo este tema de la indumentaria del entrenador es algo que siempre está presente.  El futbol es algo popular, es un deporte, y la coherencia es este “ítem” es algo que deberíamos cuidar, a pesar de que reiteramos que “sobre gustos no hay nada escrito”. Solo estamos historiando, de la evolución en este tema, que de repente muchos jóvenes podrían creer que el “Traje” apareció solo hace unos años, para darle más “marketing” al responsable técnico. Y esto no es así, como dije desde los lejanos años de principios del siglo pasado el “Traje” era la vestimenta que identificaba al entrenador.

Somos los entrenadores; el eslabón que sigue y prolonga la estadía del futbolista en este deporte;  volcando la capacidad que se pueda tener para dirigir desde fuera de la cancha, haciendo también la salvedad que aunque no se haya “pisado” o solo incursionando poco en juveniles usando “los cortos”, es muy  válido ser entrenador de futbol, aun para los que no se los pusieron. Todos tenemos derecho a intentarlo, igual que a  vestirse de la manera que se crea conveniente, siguiendo la coherencia que cada camino particular indique.

También hay historias con respecto a este tema, como  es el  ser alguien dentro del futbol y con meritos suficientes. Esto  no debería condicionar a la vestimenta y a su coherencia. La humildad es otro “Traje” que siempre hay que ponerse, se esté donde esté, y se haya visitado los podios mejores del mundo, ya que el mismo no nos va a cambiar nuestra actitud ni conducta, ni tampoco las variantes en cuanto a vestimenta.

En otra nota anterior, de hace mucho tiempo,  relaté una anécdota que viene para este tema; “como anillo al dedo”, Washington “Pulpa” Etchamendi, entrenador campeón de América y del mundo en 1971 es el protagonista de lo que sigue:

Luego de ser campeón de América y del mundo con Nacional el entrenador uruguayo Washington “Pulpa” Etchamendi,  y de haber dirigido a Uruguay en 1972 en un torneo internacional  mundial llamado la “Minicopa”, realizado en Brasil, donde participaron 15 países de primer nivel de América y Europa, de dirigir la selección de Paraguay en una eliminatoria, podríamos decir que era figura mundial reconocida. El emigra a dirigir el Deportivo Cali donde lamentablemente a causa de un infarto muere el 30 de mayo de 1976 a los 55 años de edad, en pleno partido de su equipo contra el Santa Fé.

En esa temporada y dentro de las tantas notas realizadas a él como figura destacada mundial; un periodista para la cadena Caracol finalizando un extenso reportaje; lo culmina con una pregunta incomoda; para lo cual el “Pulpa” hace aflorar su humildad, picardía y gran sentido del humor, donde no hace pesar ese reflejo de persona mundialmente reconocida, además de campeón .

“Profesor, ¿Por qué se viste tan mal?” le preguntó el periodista;  El “Pulpa” lo miró y le contesto en seco con una picara sonrisa:

“Yo no me visto; me tapo”.

Reflejando que a pesar de que “el Oro”  había premiado y adornado  su carrera, reflejaba lo que él entendía que como entrenador era una pieza complementaria en un equipo y que el futbolista era lo principal y cuanto más desapercibido el pasara;  el “Traje” que lo “vistiera”, era su equipo.