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El Rey Suárez superó a Diego Maradona con “juego limpio”




Luis Suárez.


20 junio, 2014
Pelota al medio

Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviado especiales)

"El Rey de Inglaterra" levanta sus brazos en señal de triunfo. A su pies quedó una nación que hunde su nacimiento en la noche de los tiempos...

“El Rey de Inglaterra” levanta sus brazos en señal de triunfo. A su pies quedó una nación que hunde su nacimiento en la noche de los tiempos…

El Reino Unido, del cual Inglaterra es el principal componente, hunde sus raíces fundacionales en la noche de los tiempos. Salieron de sus Islas Británicas para conquistar los mares del mundo dando vida al más poderoso imperio de ultramar. Tierra de Reyes y Reinas, de grandes marinos, así como también de piratas y corsarios. A tanto llegó su poder que al despuntar el siglo XXI dominaban un territorio de 30 millones de quilómetros cuadrados habitados por 450 millones de seres humanos.

Sus ansias de conquistas llegaron a Buenos Aires en 1806. La invadieron apoderándose de la ciudad. Los orientales de Montevideo se organizaron, cruzaron el Río de la Plata y a punta de coraje, expulsaron a los ingleses liberando la urbe porteña. Fue tan enorme la acción bélica de los orientales, que el Reino de España del cuál dependían estas tierras, le otorgó a Montevideo un título honorífico de gran significado. Pasó a denominarse oficialmente “La Muy Fiel y Reconquistadora ciudad de San Felipe y Santiago de Montevideo”.

Los ingleses, nunca se dan por vencidos. Son conscientes que la única lucha que se pierde es la que se abandona. Al año siguiente (1807) invadieron Maldonado y luego tomaron Montevideo. La incurisión inglesa otra vez fue rechazada, abandonando nuestro territorio.

Como no pudieron por la fuerza, llegaron por la vía del mercado, de los negocios, cuando pusieron en marcha la más grande transformación que cambió al mundo en el siglo XVIII. La Revolución Industrial reveló la otra faceta de la Inglaterra Imperial. Mucho más humana, más solidaria, más querible…

Mantenían su condición de imperialistas, pero llegaban a los diversos confines del mundo, para quedarse. Desarrollaron el ferrocarril. Explotaban el negocio. Pero se aferraban a la tierra clavando durmientes, tirando vías, construyendo estaciones. Explotaban el agua corriente generando construcciones, planificando obras de largo alcance. Iniciaron la expansión de la energía eléctrica extendiendo miles de quilómetros de cables. Sí, claro, también eran dueños de los bancos y las compañías de seguros.

Durante la Revolución Industrial todos los ingleses emigrantes que inundaron el mundo para enseñar a trabajar en las colonias, desparramaron el deporte para llenar las horas de ocio. Los bates para el cricket, los remos para los botes de carrera, la pelota ovalada para el rugby y, como cuarto deporte, la pelota de football. En ese orden…

En el Río de la Plata la escala se dio vuelta. La práctica del football se inició en los Colegio Británicos. Los jugaban los hijos de los ingleses con los muchachos de las familias patricias acaudaladas. Poco a poco llegó al pueblo. Se “acriolló”. Se desparramó en el pueblo de Montevideo y Buenos Aires, convirtiéndose en pasión incontenible.

Inventores del “fútbol moderno” nacido en la Taberna Freemasons en 1863, le impusieron reglas de juego estrictas que aún hoy manejan y dominan por intermedio de la International Board. Los ingleses lograron trasladar al fútbol su forma de ser. El espíritu del juego que definen con el supremo lema del “Fair Play”, entendido como el comportamiento leal y sincero de los jugadores. Fraterno con el adversario, respetuoso de las reglas y las decisiones del árbitro. En el rugby lograron mantener el “tercer tiempo”, para beber y confraternizar con los rivales con los que, minutos antes, se molieron a golpes. En el fútbol, increíblemente más visceral a pesar de existir menor contacto entre los rivales, mantener en alto esas banderas no resultó tan fácil.

Por violar estos códigos, los ingleses nunca pudieron tragar a Diego Maradona, por lo que para ellos fue una desleal acción, anti reglamentaria y violatoria del código del “Fair Play”. Aquella mano derecha tocando la pelota ante la salida del golero Peter Shilton convirtiendo el primer gol en México’86 en el partido de Argentina ante Inglaterra, los británicos siempre la consideraron una traición al espíritu del juego. Aún hoy, mantienen ese concepto radical. Para ellos Diego traicionó el “juego limpio”. Claro que, obviamente, la forma de ser tan particular y transgresora de Maradona, agregó elementos para que en Inglaterra no tenga adeptos y sea resistido.

Un "nuevo" Suárez, tallado por la experiencia, se tornó un ser querible.

Un “nuevo” Suárez, tallado por la experiencia, se tornó un ser querible.

Luisito Suárez demostró estar tallado en otra madera. Llegó al Liverpool a comienzos de la temporada 2010/2011en estado puro. Siendo como siempre fue. Un botija de barrio al que le gusta jugar al fútbol por el fútbol mismo. Exponiendo su rebeldía y su forma de ser, sin cortapisas. No sabía que muchas de sus aristas chocaban contra ese espíritu del “Fair Play”. Su gran virtud, su viveza innata que trae desde la cuna, que nadie le enseñó, lo llevó a cambiar, a modificar su actitud. A cometer errores, que le sirvieron de experiencia. ¡Ese es su gran mérito! Por eso mismo, al advertir que este Suárez versión 2013/2014 ha evolucionado en ese tránsito por el fútbol inglés aceptando sus códigos, hoy, los principales diarios británicos no escatimaron elogios- “Nosotros no tenemos a Luis Suárez. Esa es la diferencia”, tituló “The Mirror”. Y ayer, en la cancha, aunque al principio cuando tomada contacto con la pelota se escucharon abucheos de los hinchas británicos -aunque no atronadores como oímos en los Juegos Olímpicos-, al final del partido los aficionados ingleses se sumaron a los aplausos que partieron como ofrenda de los hinchas celestes.

En estos tiempos, tanto en sus presentaciones en el Liverpool, como con la Selección Uruguaya, el salteño Suárez es un ejemplo de comportamiento. Moderó sus reacciones. Disminuyó sus protestas y se convirtió en “Rey de Inglaterra”. El comienzo de esta nota sirve, justamente, para que el nuevo Rey vaya tomando dimensión de lo que logró con sus golazos. De lo que significa esta Inglaterra que ahora tiene rendida a sus pies.

 

Después del éxtasis de la consagración de Suárez como "Rey de Inglaterra!, cayó tendido llorando sobre el césped mientra sus compañeros corren para abrazarlo.

Después del éxtasis de la consagración de Suárez como “Rey de Inglaterra!, cayó tendido llorando sobre el césped mientra sus compañeros corren para abrazarlo.

 


Etiquetas: Selección uruguaya