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“El Pistolero” Luis Suárez, “Don Pepe” Batlle y Luis Batlle Berres




Vista del sector del escaparate de la Biblioteca Nacional de Montevideo, donde se observa, en la parte inferior, el el libro en cuya tapa aparecen José Batlle y Ordóñez y su sobrino Luis Batlle Berres y encima, en posición más destacada, el de Luis Suárez.


5 marzo, 2015
Columnistas Pelota al medio

 

Vista del sector del escaparate de la Biblioteca Nacional de Montevideo, donde se observa, en la parte inferior, el libro en cuya tapa aparecen José Batlle y Ordóñez y su sobrino Luis Batlle Berres y encima, en posición más destacada, el de Luis Suárez.

Vista del sector del escaparate de la Biblioteca Nacional de Montevideo, donde se observa, en la parte inferior, el el libro en cuya tapa aparecen José Batlle y Ordóñez y su sobrino Luis Batlle Berres y encima, en posición más destacada, el de Luis Suárez.

 

En la Biblioteca Nacional de Montevideo, en una extensa vitrina ubicada en la pared donde está la puerta de ingreso lateral a la sala de lectura, se colocan las últimas novedades de los libros editados, puestos a circulación comercial en nuestro país. En algunas ocasiones se destina una parte de ella a temas puntuales –en estos momentos el carnaval-, reuniéndose los textos que contienen esa temática. En la otra parte de la referida vitrina, se exhiben libros de los más variados gustos. Los mismos están identificados en una pequeña tarjeta con el nombre del autor y el número de archivo.

En la actualidad en esta última se encuentra colocado en forma plana sobre la repisa, el libro que escribió el Dr. Julio María Sanguinetti al cumplirse –en julio del año pasado- el centenario del nacimiento de Luis Batlle Berres, quien desde la Presidencia de la República condujo entre agosto de 1947 y marzo de 1951, lo que el autor define como “El Uruguay del optimismo”, título de la obra. En la fotografía de la tapa se observa parado al joven “Luisito” –como popularmente se le denominaría después-, al lado de su tío, “Don Pepe”, como se le llamaba a la altura del momento en se captó la imagen, a José Batlle y Ordóñez.

Encima y pegado a ese volúmen donde predomina el blanco y negro de la imagen registrada en tiempos donde la policromía no había llegado a la fotografía, resalta y sobresale el grito de gol de Luis Suárez con la camiseta celeste, quedando detrás, fuera de foco, el colorido de los eufóricos hinchas.

Contemplar la escena movió en mi mente una serie de reflexiones sobre el poder y la fuerza del fútbol. Principalmente, el que reúnen las grandes estrellas que, como Suárez, ocupan el primer escaparate de la fama mundial.

Nunca pensó Suárez, allá lejos, en los arrabales salteños donde nació y vivió hasta los cinco años; como tampoco lo soñó cuando su madre se afincó con los críos desamparados en la orilla de La Blanqueada, donde Luisito comenzó a jugar al fútbol en la canchita del Urreta, que llegaría a tocar el cielo con las manos a fuerza de taponazos y goles, cubriéndose de popularidad y bonanza. Menos aún pudo imaginar, cuando empezó a transitar el fútbol en las divisiones juveniles de Nacional, que llegaría el día en que tendría un libro con su propia biografía –de la cual aún resta mucho por escribirse-, colocado junto y por encima de otro en cuya portada luce desafiante la presencia de “Don Pepe”, figura protagónica de la construcción del Uruguay que legó a las generaciones futuras. Como tampoco pudo pensar Suárez ,que allí estaría él, “El Pistolero”, apuntando con sus manos en el festejo del gol, a la imagen de otro “Luisito”, también referente inevitable de un tiempo muy particular de la historia, de transformaciones institucionales del país “del optimismo”, según la definición del Dr. Sanguinetti.

Se me ocurrió que esta imagen era una representación perfecta de lo que es la vida. Una suma donde –generalmente- dos más dos son… cinco. Dios, el destino, la suerte o como quiera llamárselo, traza el camino de los seres humanos de manera tal que al trascender a la fama, llegan por distintos rumbos a un lugar donde los libros duermen el sueño de la eternidad. Sueño que cuando“ todo pasa” y la fama de hoy cumple la sentencia cruel de que “es puro cuento”, en el caso de estos dos “Luises”, se interrumpirá cuando algún investigador  los despierte para bucear en sus páginas en procura de encontrar algún dato que hoy es de dominio público, pero que el inevitable transcurrir del tiempo  lo convertirá en “cosa nueva” para las futuras generaciones…