El “Pep” de Chucarro
Hace un tiempo me tocó ir a ver a Trouville como espectador, dejé mi lugar de periodista y me senté con un amigo de toda la vida para ver al equipo que es sensación en la Liga. Claro que su fanatismo por el “rojo” se hace sentir en las buenas y en las malas y como buen hincha (un común denominador en todos los equipos) es extremista de un lado y del otro. Antes de empezar el partido, me tiró una frase que me quedó resonando y que con el correr de los días me ha dado para pensar: “Vengo a ver el equipo del Pep de Chucarro”, me dijo entre sonrisas y convicción. Luego el desenlace del juego se fue dando para pasar por todas las instancias ya que Trouville comenzó perdiendo por 10 y terminó ganando por 15. Pero esa frase seguía en mi cabeza.
A las 2 semanas Trouville, de la mano de Mateo Rubio Díaz alcanzó el record de 14 victorias consecutivas y quedó como único puntero de la Liga. Un equipo que no había comenzado bien la temporada, pero que de la mano del Catalán se hizo fuerte y ganó 17 de los 20 partidos que le tocó dirigir.
Un plantel sin estrellas, con una figura rutilante como la de Justin Keenan pero con otros 10 jugadores que rotan sin importar los nombres. Quizá una de las mayores virtudes del entrenador sea la de darle confianza a todos por igual. El quinteto inicial cambia de un partido al otro, hasta rompiendo con la famosa frase de “equipo que gana no se toca”. Eso a Rubio Díaz poco le importa, de hecho por momentos da la sensación que Trouville se adapta a su rival para jugar y dependiendo del basquetbol que despliegue el otro, encuentra las armas para ganar y muchas veces gustar.
El equipo se fue ganando al público, claro que también el hecho de ver jugadores de la “cantera” en la primera llama la atención. Un pibe de la casa como Bascou es el corazón, Romero y Álvarez que venían jugando poco, se ganaron su lugar en base a muy buenos minutos, Aguilera y Acosta empezaron a retomar su nivel, Fay es otro extranjero con relación al que comenzó jugando, Cáceres ahora entra en la rotación, Keenan es exuberante y en los finales cerrados aparece y define. Quizá en el debe aún está lo de Kanis y Tornaría, que de todas formas han aportado su cuota en defensa fundamentalmente. Rubio Díaz rota el plantel casi a la perfección, maximizando los minutos y dándole la mayor calidad posible a sus jugadores en cancha.
Recuerdo uno de los pocos partidos que le tocó perder a Trouville por paliza y fue ante Aguada. Esa noche el español decidió dejar en cancha a los de más renombre y cuando fue consultado respondió: “A los juveniles los utilizo cuando los partidos están parejos. No voy a poner a los más jóvenes para que paguen los que otros hicieron mal” y hasta en eso es diferente. Y los más jóvenes luego fueron teniendo participación y en base a sus rendimientos ampliaron el plantel.
Es claro que Rubio Díaz no es mago, ni tiene una varita mágica para hacer ganar, pero algo hay… lo que ningún entrenador ni equipo de mucho mayor presupuesto que este Trouville puso en 10 años de Liga, el Catalán lo consiguió en apenas 2 meses y es ganar 13 partidos seguidos y cosechar una mentalidad ganadora que no es fácil encontrar.
Esa frase de mi amigo, me quedó dando vueltas en la cabeza y decidí “robársela”. El Pep Guardiola en Barcelona consiguió lo que nadie en cuanto a títulos, pero sobre todo le impuso una mentalidad de siempre ir a más a un equipo que parece imbatible, hoy Rubio Díaz pone a este Trouville en primera plana, hasta en los portales españoles hablan de este presente, y la mentalidad ganadora está; ahora para que lleguen los títulos es claro que se necesita un proceso de trabajo que ojalá que por el bien de nuestro basquetbol pueda tener y sin trabas en el medio. Está en el entrenador quedarse en nuestro país, a pesar que no es fácil vivir lejos de la familia, pero seguramente si lo logran retener un par de temporadas dejará su huella y no sólo en Chucarro, donde hoy algunos lo llaman el “Pep”.