El peligro de la ausencia de “presión”
Los jugadores uruguayos han manifestado que el de esta tarde es un partido de “vida o muerte”. Es una realidad. Sin embargo, diversas decisiones han contribuido para que el ambiente del público, los hinchas y los medios de comunicación, no hayan aportado para crear ese clima indispensable y necesario para los muchachos celestes sientan en su interior ese “cosquilleo” que se transforma en presión a partir que la pelota comienza a rodar.
Dialogando con Nelson Gutiérrez en su escritorio de la oficina de Tenfield SA, sobre diversos temas, surgió el inevitable de estos días sobre el partido de esta tarde entre Uruguay y Paraguay.
-“¿Cómo lo ves?”, me preguntó.
-¿Qué te voy a decir a vos, Nelson? Sos vos el que tendrás mucho para decir. El que sabés del tema sos tú. El que como jugador de elite estuviste en cientos de ocasiones como estas, es quien puede opinar con conocimiento de causa.
Acto seguido, con esa calma que siempre logra mantener, tan alejada de aquella vehemencia fiera que exhibía en la cancha, hilvanamos un pequeño ping-pong.
-“Es una final. Un partido de vida o muerte”, me dijo.
-Sí. Los jugadores lo saben, lo anuncian en sus declaraciones, le respondí.
-“Pero no hay ambiente en la gente. No hay presión. Vos como jugador podés estar convencido que es un partido final. Pero si cuando entrás a la cancha no tenés la presión de las tribuna repletas, los gritos, la emoción, algo te falta. Quedás vacío. Y se pierde esa sensación de vida o muerte…”
-En eso no había pensado. Claro, vos lo sabés porque fuiste protagonista.
-“Además, no suspendieron la fecha del Clausura. Entonces hay muchas noticias. Hablan de Peñarol, de Nacional, de la fecha del sábado y domingo, del torneo de la B. Si sólo se hablara de Uruguay-Paraguay eso hubiera venido bien para crear el clima…”
Sin duda alguna que estas palabras del “Tano” Gutiérrez volcadas sin ninguna intención de difusión ya que fueron fruto de una charla informal entre los mates matutinos, encierran una gran verdad que surge de la realidad que tenemos hoy. Escasa venta de entradas. Ausencia en el público, hinchas y fanáticos, de esa sensación de partido decisivo, casi una final entre uruguayos y paraguayos. Carencia total de ese estado de ánimo que se advierte en los pueblos y ciudades del país cuando “se para” para y se inmoviliza ante un partido de “vida o muerte” de la celeste.
Y el “Tanto” reveló en la confidencia algo que sólo ellos –los jugadores de élite que vivieron antes esta experiencia-, reconocen y pueden contar. La falta de la presión que el futbolista tiene que sentir cuando sale a la cancha. La ausencia de ese “cosquilleo” que recorre todo el interior del ser humano, en ese corto pero interminable camino desde el túnel hasta el centro del campo. La necesidad de no fallarle al “sabremos cumplir” que los futbolistas comenzaron a sentir como obligación a partir del momento que por primera vez cantaron el Himno en el patio de la escuela…
¡Ojalá que la legión que comanda el capitán Lugano supere este clima tan diferente a los de cotejos anteriores en instancia más sencillas que la de esta tarde!