El paraíso terrenal
Que Uruguay es exportador de jugadores solo no hay quien lo dude sino que también desde el extranjero se imaginan algo que es diferente a nuestra realidad.
Cuando viajé a dirigir en China el primer año allí, al Yuyuan de Shanghai en 1997, una de las cosas primeras que me dijeron en un español muy mal pronunciado pero entendible y que englobaba su visión acerca de nuestro país; fueron las palabras del Presidente del club al recibirme en el aeropuerto (sin traductor mediante) fueron ……”Lonco (en clara alusión a mi apellido), Pinerol, Nacianal, Frenchescoli, she-she (que es gracias en mandarín) y juntó las dos manos e hizo una reverencia. Luego el traductor, que estaba a su lado, me dice que él Presidente me agradecía por ser el primer latino en ir a China, y a su club, viniendo de un país donde simbolizaba en los nombres que me dijo; la grandeza reconocida mundialmente nuestra, y por venir a un país subdesarrollado en futbol y a su club. Yo sentí claramente esas 5 palabras pero el traductor en su traducción supongo que englobó algo que deben de haber hablado previamente y el Presidente me imagino que quiso hacer gala de hablar español en señal de bienvenida.
En Honduras y Guatemala me ha sucedido lo mismo en cuanto a la visión de ellos con respecto al futbol nuestro; reflejado en la conquista de nuestra selección mayor, juveniles en su tiempo y las conquistas inmensas de nuestros grandes en América y el mundo.
Ellos ven que aquí todo es para el futbol. Según la trascendencia mundial que tiene el nombre de Uruguay, se imaginan que acá al ser exportadores y campeones es una causa nacional. Todos viajan a sus prácticas en auto, tienen sus cuentas bancarias activas, en “inda mais”. Siguiendo el hilo conductor del pensamiento y visión de ellos; los clubes viven de sus recaudaciones y ventas de jugadores, los árbitros son profesionales 100 por 100, sumándoles canchas, luz artificial, concentraciones y mucho más. Ya que ellos las cuentas las sacan por los resultados a la vista, cuando llega a cada país un jugador, un entrenador, profesor de educación física, y hasta masajistas uruguayos a sus países; demostrando la calidad por lo que son contratados.
La realidad nuestra, todos sabemos que es diferente.
El surgimiento de futbolistas tiene varias vías a saber; futbol infantil en la “rama” que sea (Baby futbol-Onfi-Aufi), OFI y sus diferentes categorías, la Liga Universitaria y su gran obra, los equipos profesionales con sus divisiones juveniles a las cuales las simbolizo al estilo “viejo”; A-B-C, y los primeros equipos de la B y C, mas la principal “atención” y difusión, en la A.
Los jugadores que pasan por la B y C, luego de “hacer” el escalón juvenil son de una cantidad inimaginable y que luego recaen en la A o van “derecho” al extranjero, sin pasar por la máxima categoría, razón por eso que a algunos la gente que sigue generalmente a los de A, no conocen a jugadores que son verdaderas estrellas en otros países no importando el “Status” del mismo, empezando a “ser noticia” para nuestro Uruguay por triunfar en el extranjero.
¿Cuál es la razón de restarle importancia a la B-C o juveniles? Como toda regla tiene excepciones y que son de digno reconocimiento.
Hablemos de difusión y apoyo. Porque salen de ahí, de bien “abajo”. Y esos de “abajo” también existen y dan sus frutos, que después hacen enorgullecer al país en muchas ocasiones.
Por suerte algunas leyes de protección han estado apareciendo desde “afuera” como lo que “quedó” de la ultima venta de Cavani a sus clubes que los “criaron” en su Salto natal, el Salto Uruguay y Ferrocarril mas la Liga Infantil de ese Departamento que también defendió. Pero de “acá” todavía no hay ley de protección para que se “pueda fabricar mejor”.
Celso Otero, hoy entrenador alterno de la Selección Mayor y mundialista como futbolista en 1986 salió de las juveniles de Racing, pero saltó al profesionalismo desde el muy querido Alto Peru 1979 en la C, donde compartimos la alegría de ser campeones, y luego posibilito su salto a Wanderers y seguir hacia arriba.
Darío Rodríguez, con 15 años lo fichamos y lo dirigí en la 5ª de Sud América en 1990, para luego hacer sus escalones conocidos y muy exitosos, hasta ser mundialista en el 2002 además de referente en Peñarol y su capitán.
Luis “Lucho” Romero apareció en la IASA desde Barros Blancos, donde pude valorar sus condiciones, para luego pasar por Basañez y llegar a Italia; habiendo jugando nada menos que en los dos grandes nuestros.
Y hay miles y miles de casos con respecto a los “chicos” o los “pobres” sin difusión o apoyo.
El “Mariscal” Nasazzi sale del hoy apartado del profesionalismo; Bella Vista, y aparece en Deportivo Juventud, en la C; que era la B de ahora, el gran Obdulio Varela pasando a Wanderers hasta llegar a la cúspide mundial en 1950 ya en Peñarol; y del mismo club sale Enzo Francescoli que se transforma en el principal referente en la década del 90 de nuestro futbol sin jugar en ningún grande nuestro, haciendo su camino de glorias en el extranjero.
Reitero que no darían las páginas para poner ejemplos de la “cantera inagotable” de jugadores y también de clubes que con mucho sacrificio y “sin bulla” le dan a este país para que desde el extranjero “crean” que aquí es el “Paraíso terrenal” de futbol y que todo Uruguay vive para que sea lo que los ojos de otros países ven de nosotros, que no coinciden con la visión y realidad nuestra. Pero de cualquier manera no quita que estamos muy orgullosos de lo nuestro en donde quizás algún día las “visiones” de afuera sean las mismas que las nuestras porque “despertamos”.