El mozo y el cocinero
Cada vez que se compite por algo (por puntos o por clasificación) en nuestro país; el resultado final del o de los eventos es: Fracaso o éxito; no hay un; “se jugó bien aunque perdimos” “se jugó mal pero igual se ganó”.
Cuando la historia manda, y la misma está parada sobre nuestro mapa haciendo pesar las copas, las medallas, las clasificaciones, los triunfos épicos (que no fue uno solo, tanto de selección como de los 2 grandes).
Entonces “hay obligaciones” y un concepto generalizado que siempre nos impulsa a llegar a una de las dos conclusiones. Pero SIEMPRE “atado” a ese éxito hay “una figura” clave.
Siempre guardamos la esperanza ante cualquier trámite irregular de una selección o de los grandes internacionalmente, y ahora sumándose los demás equipos que compiten con más asiduidad que antes con el resto de América, de que SIEMPRE como marca en el orillo de nosotros “el milagro” esta sobrevolando el estadio que sea.
No nos gusta jugar de “banca” pero no nos gusta ser “punto”, si hay mucho frio, no nos gusta……”pahh, hay un frio que no se aguanta”, si hay calor; “este calor me mata”. Conformarnos a nosotros nos es fácil; si se gana por 3 a 0……”era la oportunidad para hacer 10”. El equilibrio no está presente ni tampoco un balance.
Nunca estamos conformes, y eso es quizás un punto que nos hace luchar contra cualquier adversidad sin tener “las armas” suficientes, o sin que el desarrollo nos sea favorable.
Ahora vienen las Clasificatorias. Se dicen Eliminatorias, y es cierto que eliminan a un mundial al que no llega; pero en realidad clasifican a un mundial, entonces para mí son Clasificatorias.
Históricamente no han sido fáciles, y desde que comenzó el régimen actual, mas difíciles por muchas cosas. De pasar aquel en donde era por zonas y se jugaba entre 3 o 4 países y en poco tiempo donde se tenía a todo el plantel junto durante ese tiempo a este actual donde de Entrenador pasó a ser Seleccionador y se le ha quitado al “cabeza” de grupo el “asedio deportivo” permanente al o los jugadores o el tenerlo cerca un tiempo prolongado, a este que es de “¡habla rápido porque no hay tiempo!”. Y donde los jugadores viene de realidades diferentes y por más que nosotros somos de fácil adaptación; es venir de un lugar diferente, estás, y te vas, y no podes disfrutar mucho si ganas, ni “caerte” porque perdiste ya que la realidad te llama a que tienes un partido del equipo de donde venís con diferentes (aunque los conozcas) compañeros, y lo mejor de vos tienes que dar porque así es el futbol y el futbolista de hoy, pero lo que no cambio es la idiosincrasia nuestra.
Todo es rápido y cambiante, haciéndome recordar para ejemplarizar a una frase en la parodia “Calígula” de los Gaby´s 1986 donde Mario Fossati (que hacia el personaje) decía para demostrar que era rápido: “si seré rápido que apago la luz y me meto en la cama antes de que oscurezca”.
Estamos todos enfocados en la falta de Suarez y Cavani.
De la posición o “raza en extinción” que es el armador, enganche o enlace, no reparamos. Ese futbolista genera su futbol desde el medio de la cancha y no desde las bandas porque es el “titiritero”. Aquí en Uruguay se ha recurrido a los de “más de 30 largos” como Recoba, Pacheco, Olivera, Canobbio (hasta que se lastimó), Richard Nuñez, en fin y muchos más porque, porque es la “pieza” que falta en cualquier estrategia, y en la selección no solo faltarán los 2 goleadores “top” de la celeste sino que también no estará Forlán que tuvo que asumir un rol no propio cuando estuvo sobre todo en el “pico alto” de la selección cuando el mundial de Sudáfrica 2010 y la Copa América 2011.
Cuando el paso lógico del tiempo hizo mella esos 2 fenómenos (Suarez y Cavani) se quedaron sin abastecimiento. Ellos están y en plenitud. Veremos si los de la nueva generación (Lozano, De Arrascaeta) que tiene muchos “alambrados” para llevarse por delante pueden surtirlos o el propio Lodeiro, pero desde el medio, suelto, si las circunstancias lo ameritan, son capaces de “explotar” a esos 2 verdaderos goleadores.
Como no tenemos punto medio, haciendo alusión al principio de esta nota, los generadores de juego son recién salidos de los 20 y no de 30 “largos”.
Haciendo alusión a un gran entrenador argentino, Juan Carlos Lorenzo, en referencia a cómo hacer para neutralizar a un gran delantero, el decía en 1966:
“¿Como ganarle a un equipo que tiene un gran delantero? Muy simple: cuando uno quiere que alguien no coma, lo que hay que impedir es que la comida salga de la cocina y, por eso, yo no debo mandar a marcar al mozo, tengo que preocuparme por el cocinero”.