El inventor ausente
Han culminado los juegos Olímpicos, que son la mayor expresión deportiva multidisciplinaria del planeta.
Comienza otra olimpiada, o sea el periodo que transcurre entre un Juego Olímpico y otro.
Destacamos y mucho que se consiguió un Diploma olímpico (el atleta Emiliano Lasa por salto largo), con todo lo que implica de sacrificio de los deportistas que están luchando siempre por reivindicar los demás deportes y son dignos de felicitación, ya que marcó historia con el mejor registro dentro del atletismo uruguayo en los Juegos.
Estuvo ausente lo más representativo del deporte uruguayo en dicho evento máximo; el futbol.
Es muy bien sabido que es el deporte que nos trajo 2 medallas de oro (1924 y 1928) a nuestro país y que equivalieron a esas 2 estrellas que reflejan campeonatos del mundo, en nuestra camiseta celeste.
Poco se recuerda, o nada, que Uruguay en 1976 (entre enero y el 1 de febrero de ese año) clasificó a los juegos Olímpicos de Montreal siendo segundo de Brasil, y por ende ganando el derecho a concurrir y participar de esa máxima expresión deportiva. Fueron disputados en la ciudad de Recife-Brasil y el entrenador que clasificó a nuestro representativo fue el olvidado Walter Brienza.
Razones de organización interna (se logro la clasificación con jugadores de primera división y de común acuerdo la A.U.F y el C.O.U decidieron no viajar al evento). Dentro de nuestro convulsionado país de la época se impidió que la celeste concurriera, causando mucho daño a nuestra ilusión, de que siempre el futbol es el deporte que puede o tiene las posibilidades de conseguir ese oro que todo deportista anhela en un Juego de tal magnitud. Pero nosotros despreciamos esa concurrencia a pesar de tener el merito de la clasificación lograda por los comandados por Brienza.
Hay eventos en los cuales, quizás, la valoración no está a la altura, de nuestra aspiraciones y no nos satisfacen, no entrando dentro de la memoria asociada al éxito; como ese hecho negativo de no haber concurrido a pesar de la clasificación lograda en 1976 a un juego Olímpico.
De haber concurrido se era Olímpico en futbol, después de casi medio siglo.
Otro evento que se logro; de repercusión mundial, en su momento, ha sido el campeonato de selecciones mayores campeonas del mundo disputado en nuestro país entre 1980 (30 de diciembre) y 1981 (10 de enero).
Concurrieron todas la selecciones campeonas hasta ese momento a excepción de Inglaterra (la reemplazó Holanda por ser la vice más cercana en el tiempo; en 1978); es decir que además de la invitada Holanda concurrieron con todo su potencial Alemania Occidental, Italia, Brasil, y la vigente campeona del mundo, Argentina (ya apareciendo Maradona en el equipo de Menotti que no había estado en el 78).
Se gano en buena ley logrando la serie ganando a Holanda (2-0) e Italia (2-0), y pasando a la recordada final con Brasil ganándole 2-1 (Jorge “Chifle” Barrios-Waldemar Victorino) siendo el conductor técnico Roque Gastón Máspoli.
Se era campeón de campeones del mundo en futbol.
Los juegos Panamericanos, que son la unión de las 3 Américas, fueron ganados en 2 oportunidades (1983 y 2015), y tienen una dimensión que aparentemente no le damos. En la primera oportunidad Washington Tabárez era su conductor y ahora; Fabián Coito.
Actualmente somos el campeón vigente Panamericano en futbol.
Además de los mundiales y sudamericanos en futbol , hay otros torneos internacionales de este deporte, estando en las vitrinas de la Asociación Uruguaya de futbol que enorgullecen a nuestro país, como los relatados en esta nota y también aquel pre-olímpico (1976) que quedó en la oscuridad de no concurrir a pesar de haber ganado el derecho legítimamente.
El futbol uruguayo no pudo estar representado en algo tan importante como en aquellas muy lejanas capitaneadas por el Mariscal José Nasazzi; y donde el mundo conoció a un país pequeño que llenó de gloria a su tierra e invento muchas cosas dentro del futbol mundial, como aquella primera vuelta olímpica (1924), que sirvió para que nunca más se borrara y estuviera asociada a cualquier campeón en el planeta y para siempre.
Y donde esos inventores ven por TV a otros dar la “vuelta” sin estar presentes.