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El hermano de Romario




Héctor Romario Acuña hizo dos fechas atrás el gol más tempranero del Apertura, antes del minuto, y hoy cerró este magnífico Torneo suyo y de El Tanque, con un gol a los noventa y extraordinaria actuación.


9 diciembre, 2012
Sin Categoría

In memorian Fontanarrosa

–¿El fútbol de ahora es mejor que el antes? –le preguntaron a Obdulio Varela en una de las últimas entrevistas que le hicieron.

–Era mucho mejor el de antes –dijo, con tanta categoría y contundencia que al periodista apenas le quedó aire para preguntar.

–¿Por qué?

Héctor Romario Acuña hizo dos fechas atrás el gol más tempranero del Apertura, antes del minuto, y hoy cerró este magnífico Torneo suyo y de El Tanque, con un gol a los noventa y extraordinaria actuación.

–Porque yo era más joven –contestó Obdulio.

En la comparación con quienes lo antecedieron, la desventaja del jugador actual es que solo una generación no era más joven cuando jugaban aquellos. Pero si este jugador tiene además el mismo apellido de un crack reciente, la desventaja en la comparación es aún mayor, carga un mármol en las espaldas. Hay camisetas que pesan, dicen, y tanto es así que en la AFA se había planteado en un momento eliminar el número 10 de la camiseta argentina. Hay nombres que también.

Pero para que la comparación exista los hermanos tienen que jugar juntos o al menos al mismo nivel. Si esto no ocurre se reproduce el famoso mito del hermano que jugaba mejor que el crack pero se lesionó, se dio a la bebida, prefería los libros o desdeñaba la fama.

El mito empieza en pleno auge del crack. Por ejemplo: cuando Fabián Oneil hizo explosión en Nacional del Chino Salvá, por 1992, escuché a un isabelino decir que Fabián tenía un hermano que iba a ser todavía mejor jugador que él.

Lo mismo pasó con los hermanos de Maradona. Por eso Diego quiso terminar su carrera de futbolista jugando en Boca Juniors, compartiendo la delantera con su hermano Lalo. ¿Porque es hincha de Boca? Sí. ¿Porque prefería vivir en Argentina? También. Pero además porque uno de los mitos más fuertes en esta parte del mundo es precisamente el del hermano mejor que no pudo llegar. Preguntale a cualquier veterano y te va a decir que Schiaffino tenía un hermano que jugaba mejor que él, pero no pudo llegar por un problema de lesión. Y esto debe ser lo más cercano a la verdad de todo el mito.

–Raúl, el Toto, jugaba mejor que el Pepe. Te lo digo yo que jugaba en la calle con ellos. ¡Si vivían a la vuelta de mi casa!

Es incuestionable que ambos Schiaffino fueron verdaderos fenómenos, muy distintos en su juego. Pero existe el regodeo en el mito. Y hay otros casos en que mejor no dar nombres porque las razones de la quedada son oscuras. “¿Fulano? Era crack. Pero mucho más crack era el hermano. ¿Me vas a decir a mí, que nos criamos juntos? Lo que pasa que el Quique se tomaba todo y le gustaba la noche”. Eso cuando no hay de por medio una enfermedad venérea o un crimen.

Pero el mito superó sus marcas la noche que escuchamos a Pelé, “O Rei”, confesar que tiene un hermano que jugaba mejor que él, pero… se dedicó a la medicina.

El que se salva es Gardel, porque según unos era huérfano y según otros, hijo único.

Maradona quería volver a jugar en Boca y que los xeneises contratasen a su hermano Lalo, para que jugasen los Maradona juntos. ¿por amor fraternal? ¡Macanas! No quería que después, cualquier nacido en Villa Fiorito anduviera diciendo por ahí que el que la gastaba era el Lalo, que a Diego se la pasaba por el jopo.

Hace cinco años, Marcelo Saralegui trajo al hermano de Fabián Oneil a Cerrito desde los torneos de OFI donde estaba jugando (no sé si porque Fabián se lo pidió con la mala intención de ponerlo en evidencia y destruir el mito). Lo que sé es que vi a Rider Oneil, el hermano de Fabián, jugar contra Nacional un fin de semana y descubrí que se parecía tanto al hermano, jugaba tan parecido, hasta en los gestos, como si Oneil no fuese un apellido sino una marca. Con todo el peso encima de ser hermano de un crack reciente (¡Y qué crack! El que andaba mejor para Alemania 2002 y si no se nos lesionaba seguíamos de largo), en aquel partido hizo lo mejor que pudo hacer en su caso. Nos hizo recordar al hermano sin extrañarlo.

Ahora, el caso de nuestro Romario es aún más meritorio, porque él ni siquiera es hermano del crack brasileño. Le zamparon el nombre y para estar a la altura de las exigencias, Héctor Acuña tenía que hacer lo que hizo en este apertura, ser “la sensación” de “la gran sorpresa”, el que “con menos logró más” en este Torneo, El Tanque Sisley.

Podemos decir, tranquilamente, que Romario tiene un hermano en Montevideo que está jugando a la par de él y, para desmitificar, tendrán que llevarlo a la liga carioca.

Vos dirás que le di muchas vueltas al asunto. ¡Porque no sabés las que le da mi hermano!