El Centenario luce impecable; Pekerman felicitó por su buen estado
Cuando ingresamos por la Tribuna Olímpica para observar cómo venía amaneciendo el viejo Estadio Centenario, nos encontramos con una visión de la cancha realmente estupenda. “El calor de estos días, la lluvia y la humedad ayudaron mucho”, se nos explicó cuando asentimos con la cabeza ante el esplendor del césped cortado a franjas.
Gente trabajando en los alrededores. Los bancos de los taludes ya instalados. Las redes que estaban siendo colgadas. Los aprontes finales para un escenario con una historia majestuosa.
Hay que retrotraerse en el tiempo, hasta instalarte en aquel lejano 18 de julio de 1930, cuando fue inaugurado con el partido entre Uruguay y Perú por la Copa del Mundo, donde el “Manco” Castro dio la victoria 1:0.
La idea del arquitecto Juan Scasso, proyectista y ejecutor de la obra, que se hizo en tiempo record, ya que estuvo pronto en apenas nueve meses, donde las manos inmigrantes tuvieron mucho que ver en el esfuerzo, sigue siendo hoy un ejemplo de estadio, más allá del modernismo y la alta tecnología que la ampulosidad del poder económico pone en escena otras obras que resultan impactantes.
El Estadio Centenario está pronto para el encuentro de esta noche. El “Monumento histórico del fútbol mundial”, declarado por la FIFA el 18 de julio de 1983, espera el choque entre Uruguay y Colombia.
Y un simple pero dato valedero: el lunes por la noche, cuando la Selección Colombia hizo el reconocimiento de la cancha y red lumínica, el entrenador José Néstor Pekerman felicitó a quienes lo recibieron por el estado del campo de juego. Cosas que hay que resaltar, como cuando se hace en ocasiones que el panorama se pinta con adversidad.
Esta vez, todo diez puntos…