El enredo de la pollera
Siempre nos hemos jactado de nuestras historias, donde los héroes han sido siempre los futbolistas o entrenadores y hasta masajistas, doctores, preparadores físicos, utileros y o dirigentes.
En cada década que transcurría cientos de anécdotas eran trasmitidas “boca a boca” y donde los protagonistas eran uruguayos que de “vivo” ganaban donde “nadie” veía la estrategia de la “viveza criolla” que se empleaba “para ganar” y las mismas eran festejadas en infinidad de lugares públicos (audiciones radiales, diarios, bares, panaderías, etc) y/o privados (entornos de familia).
Nadie de los que están dentro del futbol, sea en la canchas o en las tribunas, ignora episodios donde los uruguayos que han sido “abanderados” en cuanto a “sacar de las casillas” a rivales o con la manera “charrúa” de imponernos dentro de un campo, en busca de un triunfo y muchísimos de ellos “arrastran” anécdotas imperdibles de la mejor historia nuestra (tierrita en los ojos rivales, “limonazo” a una pelota, e infinidad de anécdotas).
Lo de Suarez nos caló hondo, y la imagen que recorrió el mundo (hecho este de la TV donde nadie puede escapar), cosa que si hubiera sido en los 60` pasaría desapercibido (además el “Gallego” Gonzalez no estaba con la máquina de fotos). Nos molestó y nos indignó la dimensión de la sanción, en un exabrupto de quienes hoy están siendo juzgados por justicia y también “por condena social” por el mundo entero.
El parámetro de medida nuestro hoy, es “la misma moneda” en cuanto a sanciones al que la merece.
Para mí, los 2 temas principales de lo ocurrido es que Chile jugó mejor que Uruguay y el otro es que Edison Cavani no estaba en condiciones de jugar, por eso su reacción. De haber estado en un estado normal, me imagino que muchas de estas cosas le deben de haber ocurrido, no hubiera reaccionado y esperaría “algún acontecimiento” dentro del propio partido para “recordarle” al agresor que no paso desapercibida “la agresión” recibida. En cambio por lo triste de su situación particular, donde envolvía no solo a su padre sino que se había perdido una vida, ya que esa referencia como que se perdió un poco y solo nos importó el partido por encima de situaciones que viven los seres humanos.
Y Cavani es un ser humano y la vida que se perdió también.
Al tener el corazón “prendido” a la celeste decidió jugar, asumiendo el riesgo. Y en una suposición, creo que todos sabíamos el riesgo de jugar en ese estado, donde lo que irrita es una reacción inmediata indefectiblemente, diferente a cuando la concentración es solo al partido.
Igualmente la reacción de Cavani no tiene nada que ver con lo aparatoso y desmedido de Jara, que se debe de haber enredado “en la pollera o falda que llevaba”, que lo llevó al piso.
Si se prendió la “luz roja” cuando nuestro delantero estrella, “atropello” al juez de línea, donde lo vimos todos.
Mirándonos al “espejo” o apoyados y dialogando con la almohada, tendremos que reflexionar que si el cuarto lugar en el mundial 2010 y la Copa América en 2011 que nos consagró campeones y como líderes de la justa continental, fue un “techo” con una generación maravillosa, donde veníamos solo con la Copa América de 1995 en muchos años y hoy estamos en “el taller” haciendo “chapa y puntura” para salir renovando ese espíritu que siempre fue de no quejarnos y jugarnos al todo o nada en cada pelota en el campo de juego que tiene dos arcos; uno para defender y otro para atacar.