Egidio: “Contra Paraguay nos faltó cerrar el partido; ante Chile hay que ganar o empatar”
En diálogo abierto y franco el “Cacha” habla de todo. De sus difíciles momentos actuales en el Palermo; de las complicaciones que acarrea Uruguay con cinco partidos seguidos sin ganar en las eliminatorias y, también, sobre su futuro. ¡Y nos cuenta del desconocimiento total que existe en el Palermo por la figura de Walter Gómez, que allí jugó desde 1956 a 1958.
Escribe: Atilio Garrido / Fotos: Fernando González (enviados especiales a Santiago)
El destino quizo que Egidio Arévalo Ríos, este sanducero fortachón, con más pinta de fornido boxeador de peso mosca que volante central heredero de la camiseta No. 5 del “Gallego” Lorenzo Fernández, de Obdulio y “Tito” Goncalvez -sin puntos de contacto físico con ellos, claro-, anclara sus ilusiones en Palermo. Corazón y capital de la región de Sicilia. Allá abajo de la vota, emparentada con la mucha leyenda y también la mucha história verídica de la maffia, el Padrino, Al Capone y tantos otros mitos…
LOS DIFÍCILES MOMENTOS EN EL PALERMO
Así, con sus ilusiones a cuestas, sus dos apellidos y ese nombre que le viene como anillo al dedo, un buen día ancló sus ilusiones en el Palermo para demostrar que el mensaje que contiene la novela “Egidio, el granjero de Ham”, podía hacerse realidad en esa dura tierra siciliana. El texto de John Ronald Reuel Tolkien narra como el ascenso de un hombre común y sin ambiciones llega a Rey por los azares de una aventura, sobreponiéndose a la insensatez y la vanidad de los poderosos. Y así, aunque parezca mentira, hoy vive Egidio este momento en el Palermo…
-“Pasamos momentos complicados, donde no jugaba, con muchos cambios de entrenadores y de Director Deportivo -cuenta Egidio sobre esta experiencia en Sicilia-. Cada técnico nuevo cambiaba la filosofía del juego y elegía los jugadores. Eso llevó a que yo estuviera separado del vestuario principal por cosas del Director Deportivo, pero, bueno, pese a todo eso seguí entrenando y preparándome para llegar bien a la selección y, por suerte, lo hice en buena forma, demostrando que lo que quiero es jugar tanto en el Palermo, como en la selección. El momento malo del equipo se nota en la calle, en la gente. No estamos pasando un buen momento. Es una instancia difícil para la ciudad que, de pronto, no se encontraron antes en esta situación. Es un una instancia complicada que se genera en el trato diario con la gente. De todos modos con mi señora tratamos de disfrutar al máximo lo que estamos viviendo -más allá de los problemas deportivos-, a través del conocimiento de lugares nuevos, procurar entender el idioma. Cuando nos hablan despacio se nos hace fácil la comprensión y el diálogo. Con la experiencia que uno ya acumuló la receta es estar tranquilos, seguir peleando porque tenemos todavía chances de salvarnos, aunque el momento es muy complicado”.
LA EXPERIENCIA EN BRASIL Y MÉXICO COMPARADA CON ITALIA
Lejos, muy lejos de aquel Egidio, que fue un general romano conquistador de la Galia, a su modo y con su fútbol de lucha y sacrificio, este Egidio sanducero necesitó descubrir otros reinos futbolísticos para progresar en busca de su bienestar.
-“Me ha tocado vivir muchas cosas por los países donde pasé jugando. Brasil, México y ahora Italia. Quizás en los otros países encontré mayor apoyo de la hinchada, de nuestra gente, la de club. Quizás aquí en Palermo no tenemos ese calor popular a pesar de los contratiempos. La gente no nos apoya, no va al estadio con esa alegría que la gente lleva consigo en otros estadios. Aquí sólo van a criticar y a hundir más al equipo. Quizás eso es lo que falta al Palermo. Que la gente nos apoye, que la ciudad nos apoye, que vaya al estadio para que, todos juntos, podamos sacar esto adelante. Pero ya nos dimos cuenta que si nos salvamos del descenso será solo por nosotros y nuestras familias”.
El futuro, esa incógnita permanente para quienes, como Egidio, son obreros del fútbol, pende como una espada de Damócles sobre su cabeza. ¿Qué ocurrirá después de julio?
-“Todo depende. No me pude juntar con Pablo (Bentancor) a hablar un poco porque no tuvimos el tiempo necesario. Estamos esperando ver lo que va a pasar. Ver si sigo en el Palermo más allá de que el equipo descienda o se salve. Yo creo que va a ser un momento complicado para el club, pero tenemos que aprovechar estas nueve fechas que nos quedan del Campeonato, tratar de sumar puntos y luego veremos si sigo en el equipo o busco otro para continuar mi carrera deportiva”.
EL PENOSO OLVIDO DE WALTER GÓMEZ
Estando con Egidio, afable y proclive al diálogo, me atrevo a preguntarle si hoy en el Palermo -tanto en la ciudad como en el club de fútbol-, alguien le recordó a Walter Gómez, el notable jugador uruguayo que como Egidio, también ancló sus ilusiones en Sicilia conociendo la dureza y la dificultad de ese medio.
-“No, allá en Palermo ni se le menciona -me dice Egidio mientras mi mira con esos dos ojos grandotes renegridos que me hacen acordar a aquellos bochones del tiempo cuando jugábamos con las bolitas, y que parecen indicar que no tiene la más minima idea de quién era Walter-. Cuando llegué nadie hizo mención a él. Se acuerdan mucho de Cavani, eso sí. También de los que pasaron actualmente. De Abel que está ahora; de Lorens que todavía tiene contrato, pero está a préstamo jugando en Bulgaria; de Sebastián Sosa que volvió nuevamente a Uruguay pero tiene contrato con Palermo. De estos muchachos uruguayos se habla, pero de los de antes no se menciona a nadie”.
Tras la respuesta de Egidio cruza por mi mente como una rayo la crueldad de la existencia, del devenir del tiempo que devora ídolos, que borra imágenes que parecían imborrables. ¡Yo ví jugar a Walter Gómez cuando retornó a Nacional en 1959! ¡Justamente, venía de sus tres años que se desarrollaron en el Palermo, a partir de 1956, cuando dejó River Plate argentino. Cuando se encontraba en la cima de la popularidad y lejos de extingurise la tribuna continuaba gritando a aquel coro que adornaba sus jugadas desde la época de oro: “la gente ya no come por ver a Walter Gómez”.
Niño prodigio del fútbol, Walter Gómez surgió en Central y debutó con la camiseta celeste ante Argentina con 17 años en la cancha de San Lorenzo. Uruguay pedió feo. Pero fue tan grande lo que hizo el niño Walter esa ocasión, que no sólo lo aplaudió toda la gente en las tribunas, cuando lo sacaron de la cancha. El golero argentino Ovando salió corriendo desde su arco, lo interceptó cuando llegaba a la línea del largo y le dio un abrazo, como tributo y agradecimiento por las filigranas que Walter dibujó esa tarde en el césped. Pasó a Nacional. Fue Campeón Uruguayo de 1946 y 1947 y en 1950, cuando todo indicaba que sería uno de los hombres de Maracaná, pasó a River Plate de Argentina porque estaba suspendido por un año en el fútbol uruguayo. ¿Qué hizo? Cosas de Walter. En el clásico del 9 de octubre de 1949, le pegó una patada en el culo al juez… En los “Millonarios” hizo época. Formó una delantera que aún hoy se repite de memoria: Vernazza, Prado, Walter Gómez, Labruna y Loustau. Campeón Argentino en 1952, 1953 y 1955, todavia en el pináculo de la fama en 1956 lo compró el Palermo cuando el club retornó a la Serie A. Tenía 29 años. Hoy ya ni se lo recuerda en aquella tierra que también conoció su magia. ¡Que triste!
Y AHORA LA CELESTE, EL PARTIDO DE MAÑANA ANTE CHILE…
Volviendo a lo nuestro, a la celeste que tanto nos apasiona y conmueve, ¿Qué ocurrirá mañana aquí en Santiago?
-“Momento difícil. No ganamos hace cinco fechas y se nos escapó una linda oportunidad el viernes ante Paraguay para ganar y estar más arriba en la tabla. Pero, bueno, tenemos que tratar de retomar el rumbo que marcamos, tratar de revertir esta situación y sumar de a tres puntos acá en Santiago, aunque sea de visitante porque cuando queden menos fechas si no conseguimos puntos eso nos puede jugar una mala pasada sobre el final de las Eliminatorias”.
Contra Paraguay se perdieron dos puntos increíbles. En otros tiempos la “viveza criolla” impedía que faltando tan solo seis minutos, el rival igualara el cotejo en el Estadio Centenario. ¡Se apelaba a cualquier recurso para aferrar la victoria! “Hacer tiempo”, tirarse al suelo, de punta y para arriba, todos atrás colgados del travesaño de Muslera, protestarle al juez por el desastrozo arbitraje que realizaba…
-“Creo que nos faltó cerrar el partido. Pero si te ponés a mirar el equipo que en ese momento teníamos en el campo, había cinco jugadores netamente ofensivos. Era imposible que nos tiráramos atrás y no se disponía de otros cambios. Era imposible. Seguimos buscando otro gol más allá de que quedaran pocos minutos, porque la clase de jugadores que tenemos son para que ataquemos y busquemos más goles. Pero, bueno, tuvimos un descuido, una desatención, una mala fortuna, y llega el empate como nos pasó en Asunción cuando arrancamos las elimiantorias”.
Estabas cerca de la jugada…
-“Fue un pelotazo largo. Me pasó a mí totalmente por arriba, creo que sale Diego a cortar esa jugada o lo chocan en el aire y la peina sin querer. Bueno, son descuídos que tenés en ese instante de partido que nosotros no los podemos tener. Debemos estar más concentrados en esos últimos minutos”.
-Y ahora Chile…
-“Es un partido complicado, muy duro. Siempre Chile de local se hace más fuerte, trata de hacer pesar esa condición de dueño de casa, pero bueno, está igual que nosotro o peor, necesitando los puntos y por eso creo que va a ser un partido muy bueno porque van a quedar muchos espacios y tenemos que aprovecharlos para que sean a favor nuestro y tratar de ser contundentes a la hora de llegar al arco de ellos”.
-¿Uruguay saldrá al ataque, a cambiar golpe por golpe como en el boxeo?
-“Tenemos que ganar. Vamos a buscar los tres puntos. Si a medida que pase el partido no se nos da, yo creo que el empate también nos sirve porque ellos quedan un poco atrás en la tabla. Pero tenemos que tener en cuenta que después tenemos fecha libre y se nos va a complicar un poco. Tenemos que tratar de sumar de a tres puntos y alejarnos un poco más para que después no estemos en situación difícil”
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Egidio Arévalo Ríos, sinónimo de lucha, de esfuerzo, de entrega total, de primer soldado de la causa. ¡Allí estará! Tal vez más desprotegido que en otros partidos de la celeste. Pero con la misma fibra y entereza, poniéndole el pecho a las balas en ese inmenso mundo que es la mitad de la cancha…