Nao tem maracanazo…
Escribe Atilio Garrido / Fotografías Fernando González
MARACANAZO: “Em Pernambuco nao tem maracanazo”, el enorme cartel que portaron dos hinchas brasileños. El “fantasma” de 1950 más vivo que nunca, sobrevuela el espectacular estadio mundialista. Las distintas tribunas comienzan a teñirse de amarillo.
SEGURIDAD: Sería conveniente que las autoridades del Ministerio del Interior se den una vuelta por estos espectáculos que se organizan en escenario en serio, estadios FIFA, con certificado de aprobación por el organismo. No hay una sola reja. Ninguna. Como lo vimos en Tokio allá por 1981 cuando fuimos con Nacional, las tribunas bajas tienen escaleras que dan a la cancha. Es decir, se bajan y se llega al campo de juego sin problemas. Pero, nada ocurrirá. ¿Por qué? Porque 45 agentes de seguridad, mirando hacia las tribunas –no a la cancha- están instalados de pie, en sus puestos, observando todo lo que ocurre en las actuales localidades desiertas porque aún no se habilitó el estado. Esta es la seguridad que se necesita, para no tener rejas, ni alambrados, ni esos adefesios que hoy tenemos en nuestros escenarios.
A PROPÓSITO DE PEÑAROL: El estadio Campeón del Siglo está construido con estos requisitos. ¿Saben lo que ocurrió? Las tribunas no tenían tejidos, ni rejas, ni alambrados. Todas las que rodean la cancha –como acá en Recife- daban hacia el terreno de juego, con viste perfecta, bien cercana. Inclusive, a diferencia de lo que tenemos acá, no existían escaleras que conectaran las tribunas con el césped. Todo perfecto, Peñarol iba a colocar seguridad de este tipo. ¿Y? Llegaron las autoridades del Ministerio del Interior y le exigieron colocar un enorme tejido de tres metros para separar las tribunas cabeceras de la cancha. Y Peñarol cedió. Y tuvo que gastar 50.000 dólares para dar cumplimiento a ese absurdo pedido. Con esa suma, se pagaba todo el año de este tipo de seguridad humana, que en todo el mundo está probado que funciona, pero que para nuestro Ministerio del Interior parece que no. ¿Vd. lo entiende?
PUBLICO: A las 19.00 horas abrieron las puertas del estadio. En su interior ya estaba todo pronto. Los puestos de venta de vituallas, como los de Disneylandia, en perfecto estados, limpios, prolijos. Los acomodadores, vestidos con buzos amarillos, en las tribunas numeradas para llevar a sus asientos a aquellos que compraron su localidad de este tipo.
PANELES SOLARES: La imagen aérea del estadio Itaipava Arena Pernambuco –tal su nombre correcto- muestra una escenario casi totalmente techado, ya que sólo el campo de juego no posee cubierta. Justamente, el resto de toda la zona con techo está formada por paneles solares. Un sistema de 1 MW de potencia permite abastecer mediante energía solar fotovoltaica el 30% de la demanda de electricidad de todo el estadio. Con esa generación logra anualmente más de 1.500 MWH de electricidad, equivalente al consumo anual de casi 6.000 personas. Cuando el estadio no está en uso –que es la mayor parte del tiempo- la energía generada se inyecta a la red eléctrica local para consumo en la pequeña ciudad de 11.000 habitantes que es la que se encuentra más cercana.
SONIDO: Es realmente impresionante el sonido de los altoparlantes. Nos parece excesivo. Aturde. Rompe los oídos. Llevamos dos horas y media sentados escribiendo en nuestra posición en la tribuna de prensa, escuchando una música infernal, nordestina, que nos tiene locos. Es la única cosa negativa que advertimos en este escenario maravilloso. ¡Paren la música muchachos!
La pelota oficial del clásico mundial.
