Dolor aurinegro
Danubio sacudió a Peñarol en Jardines, 1:0 con gol de Guillermo May en el segundo tiempo. El árbitro Christian Ferreyra le anuló dos goles a Abel Hernández, en la primera parte, a través del VAR.
Abel Henández refleja la imagen del dolor aurinegro y el consuelo del danubiano Lucas Ferreira.
La euforia de Danubio exhibió la imagen contrapuesta de Peñarol, cargado de bronca. La Franja festejó en casa y ganó 1:0 un partido resonante en el Estadio Jardines María Mincheff de Lazaroff para levantar vuelo a la punta de la serie A del Intermedio. El aurinegro no disimuló la bronca de una derrota que le puede costar la punta de la tabla anual en una tarde donde los goles anulados a Abel Hernández, ambos de cabeza en el primer tiempo, dejaron la huella de la polémica. El árbitro Christian Ferreyra, convocado por Esteban Ostojich y Richard Trinidad en ambas instancias- en la cabina del VAR-, anuló los dos. El primero lo desestimó por la interferencia de Hernán Menosse en una decisión que dejó dudas y en el segundo-en el final de de los primeros 45- se equivocó. No hubo fuera de juego.
Danubio no dio lugar a la controversia en el segundo tiempo donde creció. No se había acercado al arco de Thiago Cardozo y mostró otra cara. Presionó y se ilusionó. La notable intuición de Franco González en la ejecución del córner sorprendió a Peñarol “dormido” en el pase a Sebastián Fernández y la arremetida de Guillermo May, los tres jugadores más influyentes del equipo, se asociaron para gritar a lo grande.
El carbonero no repitió los buenos momentos de la primera parte. Abel Hernández ganó siempre de cabeza. El equipo de Darío Rodríguez fue directo y el juego no pasó por Sebastián Rodríguez. Los cambios con Nicolás Rossi, Carlos Sánchez y Máximo Alonso le aportaron claridad para pensar en el empate. Sn embargo, pese a la búsqueda y los méritos para igualar, no pudo culminar. Y terminó con las manos vacías, dejó tres puntos que lo dejaron cargado de dolor.
