Empate con dos sabores. Amargo para Liverpool, que lo tenía ganado y no lo pudo cerrar. Dulce para Danubio que con un cabezazo agónico rescató un punto.

El negriazul, pegó de entrada en la primera parte. Gol de los denominados de vestuario de Alan Medina, cuando apenas transcurría el minuto 3. El local, en desventaja, adelantó líneas, manejó el balón, pero careció de profundidad. La visita, ordenado en defensa y con rápidas transiciones se tornó en peligroso, sin definición.

El equipo de Bava, tuvo todo para alargar la diferencia, en una palabra tuvo el triunfo entre sus manos y lo dejó escapar. Falló en el puntillazo final, no estuvo certero, totalmente falto de puntería. El franjeado, a pura enjundia y corazón, nunca dejó de ir al frente y encontró su premio con el golpe de cabeza de Martín Rea, que le dio la igualdad en el tramo final del encuentro.  

Tarde calurosa y sin ganadores en Jardines.