“CORRÍ MÁS RÁPIDO EN EL FESTEJO QUE EN LA JUGADA, FUE UN LOGRO PARA MUCHOS JUGADORES DE PEÑAROL QUE NO TENÍAMOS ESE TÍTULO”
“Si bien hay competencia que todos quieran ganar va a haber un ganador. Ser mal deportista es no aceptar un resultado. Debo admitir que trabajé siempre más con la pierna derecha. La realidad es que cuando desbordo a Junior, a quien había estudiado, en la final de la Copa América del ’83, si tengo a Wilmar (Cabrera) por el centro voy a tratar de tirarle la pelota pero siempre que desbordé el primero que llega un central sale en cobertura, pensé si tiro por encima del horizontal, va a anticipar. Lo hacíamos también con Fernando (Morena). El Pato (Aguilera) anticipó muy bien. Con Victorino (Waldemar) también nos entendíamos bien. Fue un jugador muy inteligente, era goleador y tenía buen doble ritmo para cabecear. Para ubicar a la gente lo que son las hazañas. En la final de la Copa Libertadores del ’82, en ese momento se pensaba en terminar el partido. El Indio (Olivera) la sacó de atrás. Tengo un amigo, político, que había llamado a la agencia de viaje reservando el pasaje para la tercera final. El Indio se la da a Bossio, presionado por Siviero, después a Saralegui, yo que había bajado a mi lateral, pico y recibo el pase de Mario. Nos conocíamos de Artigas. En la imagen, Fernando (Morena) está diez metros atrás mío. Tenía una visión periférica mirando el balón y al rival, a ocho, diez metros. No me gusta hablar de mí. En ese contraataque teníamos el pase preciso. Fernando cayéndose hace la definición maravillosa y el gol más importante de su carrera. Corrí más rápido en el festejo que en la jugada. Fue un logro para muchos jugadores de Peñarol que no teníamos ese título importante”. (Venancio Ramos, a 36 años de la Copa Libertadores 1982 que conquistó Peñarol en el 1:0 a Cobreloa en el Estadio Nacional de Santiago de Chile).
