¿Como en 1966, ahora un “rodillazo criminal”; Inglaterra quiere sacar a Suárez del mundial?
Lo ocurrido en el último partido del Liverpool por la Liga Inglesa, donde el jugador Dummet ingresó para pegarle alevosamente y lesionar a Luis Suárez a los 82′ de juego, ocasionándole la lesión que ahora requirió intervención quirúrgica, dan vida a los fantasmas del pasado. ¿Existen conexiones entre aquel “robo” inglés de 1966 y esta nueva desleal y antirreglamentaria acción de un jugador británico para sacar a Luis Suárez de Brasil 2014?
El último partido de la Liga inglesa transcurría con enorme dolor para el Liverpool y su estrella, Luis Suárez. La derrota ante el Chelsea a tres partidos antes del final y el posterior sorpresivo empate después de estar en ganancia 3:0, liquidaron la chance de que los rojos volvieran después de muchos años a conquistar el título de campeones.
Faltando apenas ocho minutos para terminar el juego ante el Newcastle, el entrenador del equipo realizó un cambio. Ingresó Paul Dummet quién en la primer acción en participó fue a golpear decididamente a Luis Suárez. Le pegó en su rodilla izquierda. Ingresó claramente con la intención y el cometido premeditado de lesionar al goleador uruguayo. ¿El motivo? Es difícil determinarlo. Pero ese tremendo golpe recibido por Suárez en la rodilla izquierda, trajo aparejada la ingrata noticia que hoy conmueve al mundo deportivo. Suárez operado de menisco, con 20 días de resposo, es muy difícil que puede llegar a jugar algún partido en la primera fase del mundial Brasil 2014. Y si lo hace -no se necesita ser un lince-, su potencial futbolístico estará notoriamente disminuido por la falta de entrenamiento y la pérdida consecuente de su estado atlético.
Este mediodía en la “Oral deportiva”, nuestro colega Alberto Kesman se puso en contacto con el calificado colega radicado en Londres, Alvaro Levrero, quién afirmó que el rodillazo fue “criminal”. Posteriormente, Kesman le preguntó ¿cómo estaban los ingleses? y Alvaro Levrero sostuvo que su hija le comentó que “en la oficina sus compañeros estaban contentos con la posible ausencia de Suárez en el partido ante Inglaterra”. Luego, cuando Alberto Kesman le preguntó si era intencional y si pudo haber sido mandado, el entrevistado señaló que “sí, que fue a su juicio intencional y que pudo haber sido mandado”. Y justificó sus palabras agregando: “El jugador que le pegó a Suárez lo hizo cuando ya todo estaba terminado, el partido decidido, no había nada para jugar. ¿Qué otro justificativo puede tener este hombre para pegarle así a Suárez, como si fuera un asesinato? Pero, además, existe otro hecho que es inequívoco. El juez expulsó al jugador inmediatamente. Le mostró la tarjeta roja. Y entonces viene el otro episodio que muestra que esto fue intencional. Dos días después de la expulsión, el Newcastle solicitó a la FA (Asociación inglesa) que se levantara la tarjeta roja y que el jugador no fuera suspendido. Inmediatamente la FA -continuó expresando Levrero- tomó la resolución favorable. Le sacó la tarjeta roja. Este procedimiento de pedir una decisión como esta, no es habitual en la Liga Inglesa y mucho menos adoptarla cuando ya no queda nada por jugar, cuando ya está todo definido, como lo estaba cuando el jugador le pego, insisto, ese rodillazo criminal a Suárez. Y sostengo que fue intencional y mandado, con argumentos concretos”.
El tema y las dudas sobre la actitud malintencionada de Dummet se agrandan, cuando se piensa que Inglaterra está en el mismo grupo de Uruguay. Y que los ingleses, con un equipo disminuido por varias lesiones y la inclusión de muchos juveniles, ve menguadas sus posibilidades de clasificación para la ronda siguiente.
En este caso la historia también aporta sus datos negativos. Nadie olvida las maniobras realizadas por los ingleses en la Copa del Mundo de 1966, que ellos organizaron, para “sacar” del mundial a los países rioplatenses (Uruguay y Argentina) que amenazaban las posibilidades de Inglaterra para ganar la Copa. Aquello fue calificado literalmente de “un robo”. No sólo por la injusta expulsión de Rattín en Argentina ante Inglaterra en Wembley, y la desastrosa actuación del árbitro del partido entre Uruguay y Alemania en Sheffiel, donde no cobró un claro penal a favor de Uruguay por mano de Schenllinger, ni tampoco por las posteriores expulsiones de Horacio Trocha y Héctor Silva. No fue ese el “robo”. El “robo” fue adoptar una medida totalmente antireglamentaria, impedida por las normas que regían la competición, según la cual se establecía que los árbitros de los países que clasificaban para octavos de final, quedaban imposibilitados de actuar en los cotejos siguientes. El Presidente de la FIFA de entonces, Stanley Rous, dejó de lado el reglamento y mantuvo en actividad a un juez inglés (que arbitró Uruguay-Alemania) y a otro alemán (que condujo Argentina-Inglaterra) en Wembley. Los partidos se jugaron a la misma hora y el “robo” fue doble. El cruzamiento de jueces, como se conoció a esta maniobra de los ingleses, permitió que británicos y teutones siguieran adelante. Se encontraron en la final. En esa instancia el que pagó los platos rotos y al que los ingleses le robaron el partido fue a los alemanes. Cuando estaban 2:2 en el alargue, el juez otorgó el tercer gol de Inglaterra en una acción donde la pelota pegó en el horizontal, bajó y picó dentro del campo sin trasponer la línea de meta. El línea soviético nada dijo. De ésta forma, Inglaterra salió Campeón del Mundo. Ahora como se las ven feas ante el Uruguay de Luis Suárez, amenazados del papelón de no pasar a la segunda ronda, sacar a Suárez del mundial les otorga más chance de seguir adelante.