Lo adelanté una semana antes, no con el diario del lunes
Julio César Gard
Cuando una semana antes de comenzar el Campeonato Apertura di mi opinión, respecto a quien era el favorito, muchas voces se levantaron en mi contra. Recuerdo que en aquella oportunidad señalé que Peñarol, con las contrataciones realizadas y la vuelta de Pacheco, tenía más plantel que Nacional, pese a ser el último Campeón.
La formación del Campeón, tras la victoria ante Juventud
Transcurrido el tiempo, los hechos me dieron la razón. Hoy son cuatro puntos de diferencia, que bien pueden ser siete, o quizás uno solo tras la disputa de la última fecha. Y mi opinión no se basó en ningún tipo de partidarismo, ni la tan mentada mala leche profesional, como tantos enfermos piensan cuando de interesas se trata.
Mis cuarenta años en el periodismo, no de “periodista”, porque no soy recibido, ni tampoco lo pretendo a esta altura de mi vida, me permiten poder decir lo que siento -no todas las veces- pero decirlo al fin en algunas oportunidades, tal cual me lo dicta el alma y mis convicciones.
Puede ser lo que muchos quieren escuchar o leer, o no. Pero siempre dentro del respecto que cada uno se merece en todos los casos.
Los enfermos de partidarismos tradicionales, los que sienten más por su club que por su madre, cuando se emite una opinión que afecta la sensibilidad, enseguida salen a cortar con estupideces innecesarias, fundamentalmente los de, como yo les llamo la generación o degeneración del 90.
Pero, ya está, Peñarol es el legítimos Campeón del Apertura, porque como lo dije una semana antes de comenzar el Torneo, tiene el mejor plantel del medio en la actualidad. Y lo demostró con hechos, con resultados, los únicos que quedan cuando de títulos se habla. Porque pocos o ninguno recuerdan a los segundos, terceros y demás. Solo al mejor.
La semana previa al comienzo, Da Silva había encontrado al equipo, que venía arrasando en los amistosos. A poco de comenzar el Uruguayo 2012-13, se lesionó Fabián Estoyanoff. Arrancó el Apertura ganando muy bien a Fénix 3 a 1, con una vuelta inolvidable de Antonio Pacheco, quien se quebró en desafortunada jugada y el aurinegro perdió 4 a 3. Diríamos, fue una derrota psicológica.
Fue a jugar con River Plate y le expulsaron a Damián Macaluso, y Marcelo Zalayeta. Vayan sumando. De seis puntos, había ganando solo uno.
Quedó lejos de los que mandaban. Igual se recuperó y sobre la marcha, alcanzó a constituir nuevamente, el equipo que el “Polilla” consideraba el titular. Y a partir de allí, se hizo fuerte hasta el final.
Hoy tiene asegurado al menos la final del Uruguayo, pasar un fin de año feliz, después de tantos remordimientos y hace preocupar a su rival de todas las horas, que es el bicampeón, que va por el tri, pero que para ello deberá ajustar muchas cosas.
Por ejemplo la de reponer jugadores que se fueron, con otros de características similares. Claro, no tiene muchas posibilidades, salvo las que el reglamento le permite.
No tenemos la bola de cristal, ni la frotamos como Aladin. Opinamos, brindamos nuestros conceptos, sin camiseta en la punta de nuestro bolígrafo. Claro, lo hacemos cuando podemos, porque para muchos “no soy un tipo de opinión”.
Gracias a Tenfiel.com que piensa lo contrario, y me abrió esta veta tan linda de la vida. Hasta la próxima.
