Meritorio empate rescató Cerrito, jugando con un hombre de menos desde el primer minuto de juego. Un Cerro Largo, totalmente inexpresivo y que bien se puede afirmar ganó un punto.

La primera parte fue de trámite discreto, sin ritmo. El auriverde con diez jugadores por la expulsión de arranque de Carlos Pimienta (planchazo a los quince segundos), se las ingenió para no ser menos que un arachán sin circuitos de juego y con apariciones esporádicas en ataque (cabezazo de Gianoli que provocó una gran intervención de Gentilio, la única acción de peligro).

En el complemento, el equipo de Pandiani, ordenado y con buen manejo de balón, mandó en la cancha. Controló el trámite y superó en juego a un apático arachán que por demás molesto y fastidioso en los minutos finales sufrió las infantiles expulsiones de Adolfo Lima y del argentino Augusto Max.