Festejo clásico aurinegro
El aurinegro ganó el clásico 3:2 a Nacional en el Estadio Campeón del Siglo. El argentino Ariel Nahuelpán, en su debut, le dio el triunfo luego del penal atajado por Sergio Rochet. Hubo polémica.
El clásico caliente terminó con festejo y desahogo aurinegro 3:2 a Nacional en el Estadio Campeón del Siglo. El argentino Ariel Nahuelpán, en su debut, conquistó el gol del triunfo luego del penal que Sergio Rochet le atajó a Agustín Alvarez Martínez. Los tricolores reclamaron la invasión del delantero, en la ejecución de Martínez, y antes una mano de Fabricio Formiliano en el área que existió. El árbitro Pablo Giménez desestimó. El final con empujones entre algunos jugadores en la mitad de la cancha y luego en el camino de Nacional al vestuario, dejó un episodio lamentable.
La sonrisa de Mario Saralegui, en días de cambio de conducción del club, evidenció el desahogo de Peñarol. El carbonero construyó el triunfo a partir del juvenil Facundo Torres, decisivo en ataque. Fue influyente en el mejor momento del carbonero con velocidad para la ventaja de dos goles y en la remontada del rival, otra vez se transformó en el protagonista de la ofensiva. Le hicieron el penal. La tormenta que parecía inquietar se despejó con la alegría del éxito.
Peñarol hizo la diferencia en un tiempo donde llegó más con Facundo Torres en gran desempeño. Fabricio Formiliano, de cabeza, abrió el partido, y luego, David Terans, aumentó en una pelota que surgió desde un lateral de Joaquín Piquerez y Cristian Rodríguez le ganó la posición a Rafael García en el área.
Nacional resurgió con el gol de Gabriel Neves que acortó a 2:1 –rebote en Formiliano- para transformar el desencanto. El sello de Gonzalo Castro impulsó una vez más al equipo en el partido excluyente. Fue el artífice del empate de Santiago Rodríguez después del gran pase de Neves. Luego el volante fue expulsado por una falta a Torres cuando se iba camino al arco. Castro rondó el tercero y exigió a Dawson en un remate. En ese arranque de lluvia, el equipo de Jorge Giordano era una ráfaga. El entrenador recompuso el fondo en el entretiempo cuando volvió con Alfonso Trezza por derecha y reubicó a Matías Laborda, de lateral a zaguero. A pesar del rigor físico del partido de Copa Libertadores, -finalista anticipado del Intermedio- se jugó la ropa hasta el cierre.
El desarrollo se hizo de ida y vuelta. Nacional pidió un penal por mano de Piquerez. Hubo espacios para los dos. Terans se perdió el tercero y asistió a Nahuelpán, el argentino en su primera presentación, que llegó desacomodado. Torres aceleró una vez más, Rochet le atajó el penal a Agustín Alvarez Martínez y Nahuelpán, de rebote descargó el grito de gol.
La emoción siguió hasta los minutos adicionales. Kevin Dawson salvó el arco en un cabezazo de Sebastián Fernández con sensación de empate. Peñarol festejó a pura alegría por primera vez en su Estadio. Ganó una sonrisa en el año de turbulencia.