Segundo tiempo: ¿Un penal cambiaba algo?
Luis Suárez, Nicolás Lodeiro y Alvaro González en el reclamo airado al árbitro Pitana que dejó sin sancionar dos claros penales en favor de Uruguay.
Luis Suárez, Nicolás Lodeiro y Alvaro González en el reclamo airado al árbitro Pitana que dejó sin sancionar dos claros penales en favor de Uruguay.
Uruguay manejó el partido construyendo méritos para la igualdad, los trasandinos, sin merecerlo encontraron un segundo gol que fue lapidario. ¡Otro penal! ¡Clarísimo! Que no fue sancionado por el árbitro argentino Pitana.
Escribe: Atilio Garrido / Fotos: Fernando González (enviados especiales a Santiago)
Con el debut absoluto en la selección de Alejandro Silva por Matías Aguirregaray, salió Uruguay a jugar el segundo tiempo. No solo se produjo ese cambio de jugadores. También, el arranque de la complementaria pareció mostrar otra disposición del equipo. En los primeros minutos exhibió alguna intención de asegurar la pelota y progresar con ella jugando. Una buena intervención de Suárez por la derecha con centro pasado para Cavani que llegaba por la izquierda, anunciaron otra disposición para jugar.
Así, con Uruguay lanzado al ataque llegó otro centro al área de Chile. Lugano se elevó, ganó la posición y… la mano en alto del zaguero chileno despejó la pelota. ¡Otro penal! ¡Clarísimo!
En medio de las protestas de todo el equipo oriental al juez, y cuando Chile realizaba un cambio (ingresó Matías Fernández), el árbitro le sacó la tarjeta amarilla a Luis Suárez por protestar.
Con los nervios crispados los celestes continuaron avanzando. Generaron una incidencia donde la pelota derivó para Alejandro Silva que se metió por el centro del campo y se despachó con un remate seco de derecha, al medio del arco. La pelota se estrelló en el horizontal y salió afuera.
La variante en Chile comenzó a darle resultados. La habilidad de Matías Fernández le permitió a la roja recuperar la pelota y aplacar los intentos uruguayos. El juego pasó, nuevamente, a situarse en la mitad de la cancha.
Ante esta situación, advirtiendo que el equipo necesitaba otro golpe de efecto, Tabárez mandó a la cancha a Forlán por Gastón Ramírez. En la primera incidencia de Forlán, capturó una pelota, la dominó y remató desde fuera del área. Bravo conjuró el peligro.
El ingreso de Forlán pareció revitalizar en algo al equipo. Levantó su juego Cavani que dispuso de algunas acciones positivas aumentando su rendimiento. En una de ellas maniobrando con la pelota de derecha a izquierda sacó un gran remate que salió desviado.
Al llegar la media hora de la segunda etapa daba la impresión que el empate podía llegar. Sin embargo, una jugada rápida de ataque acaudillada por Matías Fernández derivó con un pase al corazón del área. Recibió sólo Mauricio Isla, remató y tapó a medias Muslera. La pelota bollando en el área la encontró Vargas y tocó corto para señalar el segundo gol. En la única acción de ataque de Chile en el segundo tiempo, cuando Uruguay manejaba el partido construyendo méritos para la igualdad, los trasandinos cerraban el partido.
Quedaba un cuarto de hora de sufrimiento. Tabárez mandó a la cancha a Cristian Rodríguez por Lodeiro. Pero Uruguay ya no tenía ni fuerza, ni intenciones para procurar aunque más no fuera un gol que, por lo menos, acortara diferencias que aunque más no fuera pueden servir para la diferencia de goles. A esa altura el equipo ya no tenía planes, ni orden, ni rumbo.
Chile tuvo el tercero. Lugano ya jugando en posición de delantero ganó en el área y cabeceó afuera. El golero Bravo se hizo el lesionado para dejar pasar el tiempo. Lo mismo que debió hacer Muslera u otros jugadores el viernes ante Paraguay, para enfriar el partido, para dejar transcurrir los minutos y asegurar el triunfo.
El partido concluyó con Chile en el ataque, con otra intervención de Muslera evitando otro gol y las protestas masivas de los jugadores ante el juez argentinos, cuando Pittana marcó el final de la brega.
