Cerrito es cada vez más líder del Campeonato Uruguayo de Segunda División. Le ganó 2:1 a Villa Española, escolta, en el Estadio Charrúa, y le sacó cuatro puntos de distancia. El delantero Raúl Tarragona abrió y definió el partido, “caliente” por los puntos en juego, con un golazo en la volea para decidir en el área  luego del centro de Facundo Vega. Y luego, con la astucia del goleador para aprovechar la indecisión de Jonathan Ríos. La gran jugada nació en el arquero Alberto Eiraldi a Maximiliano Viera por derecha, para que el volante enviara la  pelota al área.

El equipo de Roland Marcenaro se sobrepuso a ausencias importantes –también a lesiones en el encuentro- en su desafío después de la derrota anterior. Todo en un primer tiempo donde sorprendió sobre el cierre. Después, controló y sufrió cuando estaban 2:1, en un rebote increíble del arquero Eiraldi, en que éste intentó sacar del arco y la pelota, en el contacto con Santiago López, pasó por encima del  horizontal. El cabezazo de Albín en el palo en los  minutos adicionales acarició el empate.

La dimensión del juego se reflejó desde el comienzo. El trámite se hizo cortado, sin espacios, y con los dos sin poder romper la zona defensiva del rival. El auriverde, esta vez de camiseta alternativa, conectó a Tarragona y se distinguió. Más tarde, controló y manejó la ventaja. Insistió y dio el salto de distinción en el golazo.

Villa Española cayó y se ilusionó con remontar. El cambio táctico en el desarrollo le permitió reorganizarse. Se ilusionó en el penal –falta afuera del área de Perujo a Coitiño y error del árbitro-, que Maicol Ferreira ejecutó al ángulo superior derecho. Las variantes y la apuesta al ataque lo revitalizaron. Empujó y tuvo un par de posibilidades para igualar que dejó pasar. Lamentó la pelota de Albín en el palo y una chance de Acevedo. Cerrito obtuvo una victoria decisiva para afianzar la punta.