Nacional se llovió
Cerrito le ganó 2:0 Nacional en el Estadio Charrúa, por la decimotercera fecha del Torneo Apertura.
Felipe Carballo, bajo la lluvia, es la imagen de la desazón. La gigantografía de fondo de los rugbiers le pone el telón a la negra noche del tricolor.
Cerrito dio un batacazo, y se cayó la estantería en el Apertura, que quedó servido y a pedir de boca para Plaza Colonia. ¿Será este el adiós tricolor? Aún no hay certezas, pero hoy Nacional fue una sombra y resultó superado abiertamente. Y dejó por el camino tres unidades que lo pusieron directamente en jaque, ya que su chance de título pasó a ser mínima y, así, depende exclusivamente de terceros.
Los contrastes del fútbol: histórico triunfo auriverde y dolorosa derrota de Nacional.
Primera parte de neto tono auriverde. Mandó en todos los aspectos del juego ante un tricolor que se mostró sorprendido, desorientado, por demás frágil en defensa y completamente nulo en ataque. Con recordar que no pateó al arco, está todo dicho. El equipo de Marcenaro presionó en toda la cancha, aplicó su juego colectivo de buen manejo de balón y sacó ventaja, producto de un tiro penal muy bien ejecutado por Maxi Silvera.
Cappuccio movió las piezas en el entretiempo y mandó al campo a Gabriel Neves. Su equipo mostró su mejor cara en el arranque del complemento. Mejoró en actitud y pasó al ataque. Pero resultó una simple ilusión óptica, de apenas diez minutos. Porque en un rápido contragolpe comandado por el interminable Juan Manuel Ortiz, el goleador Maximiliano Silvera no perdonó. Gritó el segundo gol, que fue un auténtico baldazo de agua fría para los albos, que se desmoronaron anímicamente en la cancha. Un golpe de nocaut directo al mentón. No se pudo reponer y deambuló por el campo, siendo abiertamente superado en todos los rubros por el muy buen conjunto de Marcenaro.
Nacional se llovió por completo.
