Los top: Cavani, Torreira, Suárez, Godín
La segunda doble jornada de los octavos de final de la Copa del Mundo de la FIFA 2018 arrojó otra sorpresa del torneo. La eliminación de España a manos de la modesta, aunque tesonera y empeñosa selección de Rusia, se suma a la del último campeón, Alemania. Los defensores del modernismo que ingresó al fútbol de la mano de la tecnología –como si el fútbol fuera una materia fácilmente predecible de antemano-, se las ven negras para explicar el adiós español. Aunque con Iniesta, el cerebro de una década de triunfos en el banquillo de suplentes, España tuvo la pelota en sus pies durante el 75% del partido. Los rusos corriendo en conjunto diez quilómetros más, se las ingeniaron para llegar a ese juego macabro que es la definición por penales. Y allí, en ese momento clave donde la mente juega un papel decisivo, ni la presencia del Rey en el palco oficial salvó al equipo de la Madre Patria, como en mis tiempos de niño escolar nos enseñaba la maestra que eso eran los españoles descubridores de América. Los rusos exhibieron una llamativa serenidad en la hora de convertir los cuatro penales seguidos, así como también, una exaltada ferocidad a la hora de festejarlos.
Los remates desde los once pasos también se transformaron en una pesada carga para croatas y daneses en el otro partido de la jornada. Liderados por la debilidad síquica de su estrella Luka Modric -también hombre de alta gama en el Real Madrid-, Croacia se llevó el triunfo en una serie donde el estrés que produce este tipo de definiciones quedó de manifiesto en las ejecuciones contenidas por los goleros. Danijel Subasica vistió el traje de héroe en Croacia con tres atajadas, superando por una al portero danés Kasper Schemeichel, quién también paró similar cantidad de remates si se suma la contención antes de finalizar el tiempo complementario.
Transcurridas más de 24 horas de la memorable noche vivida en el estadio de la balnearia estación de Sochi en el parque olímpico, consecuencia directa del gran triunfo conseguido por Uruguay ante Portugal, la reflexión sazona los conceptos referidos al juicio de la actuación de los catorce jugadores que defendieron la gloriosa camiseta celeste.
Fernando Muslera (6). El excelente trabajo defensivo del equipo impidió que a lo largo de todo el partido Portugal lograra destapar a uno de sus jugadores, poniéndolo cara a cara con el golero uruguayo en situación de gol. Los constantes ataques portugueses generalmente culminaron con centros al área oriental. Varios de ellos fueron resueltos muy bien por Muslera saliendo a cortarlos. En la salida del córner que desemboca en el gol del empate de Pepe, el portero oriental optó por quedarse en la raya del arco pese a que la pelota cabeceada por el autor del gol cayó en la puerta del área chica. En otra salida perdió dos veces la pelota creándose un amontonamiento peligroso.
Martín Cáceres (8). Cumplió excelente performance tanto en la marcación como en los intentos ofensivos escalando por el lateral derecho.
José María Giménez (8). Sin un solo error. Aunque desde la tribuna quedó la sensación de que actuaba controlándose al extremo para que no recrudeciera la lesión que lo tuvo al margen frente a Rusia, su labor resultó impecable.
Diego Godín (9). Una de las cuatro figuras notables del equipo uruguayo en el partido. Lideró con una concentración resaltable la telaraña que se armó para controlar a Cristiano Ronaldo, marcándolo férreamente al hombre por el sector en el que desarrollaba la acción. Siempre que superó a sus compañeros apareció como último escalón un Godín exuberante e impasable. Además, con el tanteador igualado, ensayó un par de escaladas ofensivas de mérito.
Diego Laxalt (8). Nuevo trabajo de enjundia redondeó el jugador del Génova. A pesar de no dominar los secretos del puesto de half se las ingenió para clausurar el lateral, zona por la que nunca fue superado. Ni siquiera por el accionar de Cristiano Ronaldo cuando intentó arrancar por ese lugar las maniobras. Contribuyó lanzándose al ataque especialmente en el segundo tiempo, rompiendo así el asedio portugués.
Nahitan Nández (8). Actuación de enorme mérito. Cumplió aplicadamente con la contención por la banda derecha del campo. Se le observó siempre muy concentrado, sin exagerar con la fuerza en el marcaje que a veces genera violencia desmedida. Al temperamento que expuso le sumó apreciable capacidad técnica.
Lucas Torreira (9). Se plantó en la zona central con decisión, fortaleza anímica, potencia en el accionar y técnica elevada para entregar la pelota una vez recuperada. Tomó la referencia de marcación de Cristiano Ronaldo en las ocasiones en que invadió por el callejón central, superándolo siempre. Generó un trancazo fuerte con la estrella de Portugal, acción que quedó como un símbolo de su excelente labor.
Matías Vecino (7). Aplicado a su tarea en la mitad de la cancha procuró en todo momento que el sector no quedara desbalanceado cuando el equipo uruguayo atacó mediante el contragolpe. Aseguró la pelota en los pases, generalmente con acierto.
Rodrigo Bentancur (8). Cuarto volante del equipo recayó sobre sus hombros la mochila de “enganchar” la salida de la pelota desde la zona defensiva y de los medios, hacia el ataque. Además debió aplicarse a la marcación en el intento de cortar el hilo del toque de pelota de los portugueses. Ambas exigencias las cumplió con acierto al extremo que de sus pies partieron las dos asistencias de gol. La primera en largo para que Cavani comenzara la majestuosa acción que luego definió notablemente con golpe de cabeza. La segunda cuando habilitó nuevamente a Cavani dejándolo cara a cara con el portero de Portugal.
Edinson Cavani (9,5). Resultó para el salteño la noche soñada con la celeste. Jugó el partido que desde su aparición con la camiseta de Uruguay le faltaba en su palmarés. Un despliegue notable desde el primer minuto colaborando atinadamente como primer hombre destinado a marcar en el armado del andamiaje defensivo oriental. En el ataque se mostró siempre para recibir la pelota y partir hacia delante. La jugada del primer gol donde generó el protagonismo para iniciarla y definirla, quedará grabada en la historia como uno de los mejores goles de la celeste. El enorme pique por la banda izquierda exhibiéndose como opción de pase para que Bentancur lo habilitara con precisión, culminó con un gesto técnico magistral para pegarle a la pelota con la derecha y colocar el esférico en rosca superando la estirada de Rui Patricio. En esa acción –a mi juicio- arqueó de manera tan perfecta como aguda el cuerpo depositando todo el peso sobre la pierna derecha, que el músculo gemelo no aguantó, obligándolo a abandonar la cancha. Notable partido.
Luis Suárez (9). Otra labor excepcional defendiendo la camiseta celeste. Agregando a su capacidad goleadora intacta –estuvo a punto de convertir nuevamente de tiro libre-, pizcas de talento recogidas en su contacto permanente con Iniesta en el Barcelona. Merced a esta superación técnica puesta en escena, Suárez armó la gran maniobra luego de recibir el extenso pase de Cavani desde la derecha y, desde la posición de wing izquierdo de donde partió en diagonal hacia el área, enviar el perfecto centro-shot buscando la penetración de Cavani por el segundo palo del arco portugués. Antes y después combatió sin tregua. Exageró lesiones buscando que el reloj caminara para quitarle ritmo al partido y, fruto de otra de sus constantes peleas por la pelota, surgió el rebote que capturó Bentancur para el arranque del segundo golazo de Uruguay.
Cristian Rodríguez (8). Ingresó a los 63’ por Bentacur en la banda izquierda del equipo. Aportó mayor capacidad para la marca actuando como cuarto volante neto. Tuvo la virtud de entenderse en varias acciones con Laxalt generando avances ofensivos. Cumplió feliz gestión. Estuvo a punto de convertir el tercer gol de Uruguay al lanzarse en profundidad a toda velocidad en un contragolpe que llevó adelante Suárez por la derecha. No pudo conectar el centro rasante que envió el goleador perdiéndose la posibilidad de cerrar el partido.
Cristhian Stuani (-). Doce minutos después de canotar el segundo gol Cavani abandonó la cancha encontrándose en la zona izquierda en posición defensiva sobre el arco uruguayo. Ingresó Stuani aportando lucha en el sector central sumándose como un quinto elemento en la primera línea de contención.
Carlos Sánchez (-).Tabárez habló con el jugador antes de su ingreso por Nández faltando nueve minutos para terminar la contienda. Seguramente el técnico solicitó que pusiera en práctica su habilidad para retener la pelota y asegurar su destino hacia el ataque oriental. Le costó cumplir ese cometido.