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Carrasco: “En el contexto de hoy, Morena es mejor que Suárez y Cavani”

Juan Ramón Carrasco, entrenador de Fénix, repasó su carrera, desde el talentoso ex futbolista hasta el DT. Y dio su visión sobre el juego: "El proceso de selección no es exitoso en lo futbolístico".




Juan Ramón Carrasco, en su debut como entrenador de la Selección en 2003 por las Eliminatorias, cuando Uruguay goleó 5:0 a Bolivia en el Estadio Centenario.


4 junio, 2020
Fénix Fútbol Uruguayo

Juan Ramón Carrasco mantuvo una extensa charla a puro fútbol en el programa “100% Deporte”, de Sport 890. Habló de su carrera. desde el talento del ex jugador, el estilo, River Plate, Fénix, Morena, Suárez, Cavani y el proceso de la selección.

 

“Soy respetuoso, no políticamente correcto. Digo mi verdad, que no es la única. Me expreso sin querer molestar. Si supiera que estoy hiriendo a alguien, no lo haría. No me gusta. A veces me equivoco y mucha gente así lo entiende. Dicen ‘yo sé cómo es Juan, sano y derecho”’.

 

“La gente te hace notar el reconocimiento de diferentes generaciones, sea de tal equipo o de otro, niños, jóvenes o veteranos. Mantenés esa vigencia, sos carismático. Me ha pasado de que me pidieran un autógrafo a mí, cuando el que estaba al lado había ganado muchísimo más, porque yo no he ganado mucho. Ahí pensás cómo te tienen presente”.

 

“Por mi forma de ser, otros tuvieron logros  y están reconocidos, siendo yo más jugador. No tuve la suerte de estar en esa elección o en el equipo campeón por aquello de que Carrasco era difícil. El padre del “Rusito” Olivera, en Bella Vista, la rompía. Estaban Mulethaler, el “Chango” Laclau… Y “Tito” Caillava era más que yo. No le  gustaba entrenar. Con los otros éramos más parecidos. A Caillava lo ponías de 8, 9 o 10 y la rompía en todos los puestos. Era completo. No sé como hacía, pero siempre estaba desmarcado. Era un jugador actualizado”.

 

“Yo era mejor que Alonso en el momento que estuve en River, no en toda mi carrera. Humildad es decir la verdad. Lo bueno mío era el dribling, el pase de gol y la pegada. Siempre se resaltó la potencia. Hoy podría jugar un Carrasco en Uruguay. Los que dicen que no, no cuentan toda  la verdad. El fútbol completo son los que defienden y los que atacan, ese es el fútbol total. Es marca, transición y ataque. Cada uno en su rol. Se puede marcar y está el mixto, que recupera y juega. Después está el distinto. Aparece la impronta, la  magia. En treinta partidos de la temporada, fui el mejor en veintiocho. Tenía buen puntaje. Si el equipo gana, te lo levanta y si pierde, no. Lo aplicamos en Fénix. El intercambio con los jugadores está buenísimo, y por eso seguimos haciendo lo de dar el puntaje. El futbolista sabe cuándo jugó cuatro puntos y cuándo ocho”.

 

“Ruben Paz era puntero izquierdo. Después se hizo 10. Tenía una zurda  mágica. Julio Jiménez era dribleador nato. En ese momento, el 10 jugaba con el 8. Era casi imposible sacársela. El número no tiene nada que ver.  Yo jugaba libre. Antes te daban el 8, después el 10. Ildo Maneiro fue el mejor, mi ídolo. Jugamos juntos. Antes, al Parque Central me llevaban el “Mudo” Montero Castillo, el “Chueco” Masnik, el “Palo” Mamelli, cuando llegué de Sarandí del Yí me llevaban ellos. Los conocí”.

 

 

“De repente, todavía no ha explotado el juego como en los equipos anteriores que me tocó dirigir, donde se cotizaron los futbolistas. No sé si es un tema generacional, pero todavía no he podido lograr esa automatización con esa camada de River Plate y de Fénix. He convivido con eso y quiero encontrarle la vuelta. La vigencia está. Agarramos a Fénix peleando el descenso, y se salvó. Le dijimos al club que no vendieran en ese momento Leo Férnandez, porque se iba a potenciar. Teníamos un poderío ofensivo muy bueno, y después te desarticulan el equipo. Nos sacaron a Abascal cuando estábamos en pretemporada, y era clave en la defensa. También a Leo, goleador y mejor jugador. Son dos figuras de extrema importancia. Vos mirás un partido de Fénix y es distinto”.

 

 

“Sigo siendo candidato para el  hincha de Nacional. El hijo de Tucci (Willie), presidente de River, me  hizo una nota porque le pidieron una tarea, y me preguntó qué selección ponía como ejemplo de fútbol. Dije la de Brasil 1982. Luego, quiso saber qué selección diferente vi. Le respondí que Holanda de 1974. También me preguntó sobre Messi, Maradona y Pelé. Dije ‘Messi’. Y agregué: “Te voy a explicar. Me gustó  Brasil, que lamentablemente no  salió campeón y era el que mejor jugaba. Holanda, que tampoco salió campeón y a Messi”. Le explico que a veces el fútbol es ingrato. Con Fénix ganamos una Liguilla y salimos terceros de la Copa Sudamericana en River Plate. Si festejamos el cuarto puesto de Uruguay como si hubiera salido campeón del mundo en 2010, imaginate River, que salió tercero en la Sudamericana. Messi ha sido el mejor, más allá de los genios de Pelé y Maradona. Brilla y está despegado con todos los sistemas habidos para controlarlo”.

 

“El mejor 9 con el que jugué fue Ramón Díaz. Tuve muy buenos: el “Pato” Aguilera era otro que ponías y jugaba bien. A nivel local me encantaba Daniel Fonseca. Morena era un definidor insoportable. Tenía todo. Pasaba que le dábamos tremendo paseo a Peñarol. De los veinte partidos que me tocó jugar, ponele que en catorce empatamos. En trece íbamos ganando 1:0, venia un descuidito o alguna cosita, aparecía Morena y gol. En el mismo contexto de hoy, Morena es mejor que Suárez y Cavani”.

 

 

“El proceso de selección no es exitoso en lo futbolístico. El ranking FIFA, todo ese glamour, no compro eso. Vuelvo  a decir ‘no estoy en contra’. Si trabajo cinco años en Nacional, no salgo Campeón Uruguayo y no gano la Copa Libertadores, ¿sabés lo que pasa? En el orden, me saco el sombrero. Este proceso salió Campeón de América, está bien, pero cuando Uruguay fue cuarto en el mundial de 1970, volvió y no fueron ni los familiares. Aquella selección puso la vara alta, como me la pusieron a mí”.