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Borges no pudo en 1957 escapar a la mala fase de Peñarol y Uruguay quedando eliminado de Suecia 1958




"El Diario" con toda la información de uno de los últimos triunfos de Peñarol frente a Nacional en el "clásico", antes de la llegada de Ondino Viera. Cuando aún lo dirigía Juan López en 1955. En la delantera figura Borges como puntero derecho. Ya no están Ghiggia, ni Schiaffino.


20 febrero, 2014
Pelota al medio

Después de consagrarse Campeón Sudamericano en 1956, Carlos Borges comenzó a vivir la inestabilidad en la que se sumieron los aurinegros a partir de la llegada de Ondino Viera a la conducción de Nacional. En 1957, además de sufrir el “Tri campeonato” Uruguayo logrado por Nacional, Borges participó con la selección uruguaya en los partidos ante Colombia y Paraguay que determinaron la eliminación de Uruguay de la Copa del Mundo de Suecia 1958.

"El Diario" con toda la información de uno de los últimos triunfos de Peñarol frente a Nacional en el "clásico", antes de la llegada de Ondino Viera. Cuando aún lo dirigía Juan López en 1955. En la delantera figura Borges como puntero derecho. Ya no están Ghiggia, ni Schiaffino.

“El Diario” con toda la información de uno de los últimos triunfos de Peñarol frente a Nacional en el “clásico”, antes de la llegada de Ondino Viera. Cuando aún lo dirigía Juan López en 1955. En la delantera figura Borges como puntero derecho. Ya no están Ghiggia, ni Schiaffino.

Escribe: Atilio Garrido

Ondino Viera causó furor en la conducción de Nacional. No sólo por el éxito que logró al ganar el título de Campeón Uruguayo de 1955 cortando los dos años (1953 y 1954) de éxitos aurinegros, sino también por la forma novedosa como se movían los jugadores en la cancha. Ante esta situación y buscando volver a los éxitos, para la temporada de 1956, Peñarol realizó un esfuerzo extremo por impedir una nueva consagración de los albos en la temporada que los llevaría al bicampeonato.

Los aurinegros pensaron  que el problema del fracaso de 1955, no radicaba en los jugadores del ataque. Al fin y al cabo sólo faltaba Ghiggia si se toma en cuenta el equipo que ganó los torneos de 1951 y 1953. Hay que recordar también, que sin “el veloz puntero uruguayo” -al decir de Carlos Solé-, a cuya ausencia se sumó la  de Juan Alberto Schiaffino, los aurinegros se consagraron campeones en el certamen de 1954 que se inició en agosto después del retorno de Uruguay del mundial de Suiza y la partida del “Pepe” Schiaffino. En cambio, en la defensa el problema adquirió importancia en 1955, porque a fines de 1954 se concretaron los retiros del fútbol del golero Máspoli y del centre half Obdulio Varela, pudiéndose encontrar allí –en las pérdidas de los dos valores defensivos-, la razón del éxito del “Nacional de Ondino” en los años 1955 y 1956.

En busca de aquella solución mágica de comienzos de 1949, cuando Nacional también amenazaba con otro quinquenio, los aurinegros contrataron nuevamente al húngaro Emmerico Hirschl para dirigir a Peñarol en 1956. El afamado técnico de importante trayectoria en el fútbol argentino desde 1932 a 1942 y luego hacer de “La Máquina de 1949”, llegó como el gran salvador para el Torneo Competencia y Campeonato Uruguayo. Desde el comienzo encaró una tarea similar en su forma a la de los años de su gran suceso, a partir de la adquisición de algunos jugadores (el argentino Elio Montaño, el brasileño Milton Alves da Silva), la presencia de algunos puntos altos del plantel (Luis Maidana, William Martínez, Vanoli, Rodríguez Andrade, Hohberg, Míguez y por supuesto Carlos Borges) y una gran cantidad de jóvenes que subió de las divisiones inferiores (Julio Toja, Osvaldo Balseiro, Milán, Oscar Leicht, Roberto Gonzalvo, Fernández Carranza y otros). Pese a todos los esfuerzo el equipo no anduvo y el húngaro retornó a Buenos Aires donde se encontraba radicado, sin el éxito rotundo de su anterior presencia en Peñarol.

NACIONAL CONQUISTA EL “TRI” CON UNA DELANTERA JUVENIL EXCEPCIONAL

Para peor de males, en las últimas semanas de ese 1956, cuando Nacional festejaba el título de Campeón Uruguayo, apareció frente a Independiente una delantera juvenil que se las traía en la 3ª. y Reserva, sin haber participado en el plantel principal titulado: Héctor Núñez, Raúl Nuñez, Julio Acosta, Héctor Rodríguez y Guillermo Escalada. Este último era el único jugador con actividad anterior en el primer equipo de Nacional.

Para colmo de males aurinegros en el Campeonato Uruguayo de 1957, el rival de siempre, Nacional, con el plantel del año anterior más los elementos de esa delantera juvenil que Ondino fue mezclando de a poco, un día sí y otro también, los albos conquistaron el “Tricampeonato” sumando a los de 1955 y 1956 el de esta temporada. De esta forma con un plantel de enorme calidad al que se agregaban todos estos juveniles en el ataque, Ondino Viera logró el “Tri” al ganar el Campeonato Uruguayo de 1957. En este año los albos realizaron excepcionales performances en los partidos ante Peñarol. Uno de ellos, un famoso 3:0 con tres goles de Héctor “Ciengramos” Rodríguez, ingresó en la historia por el “baile” que el endemoniado jugador sanducero de Nacional le dio al brasileño Salvador en la mitad de la cancha. Justicia es decirlo, sin pegar una patada, el moreno aurinegro se bancó aquella jornada.Todo parecía indicar que Nacional, colocado en el umbral de un nuevo Quinquenio, avanzaría en 1958 hacia el cuarto escalón con la conducción de Ondino Viera que iniciaba la cuarta temporada al frente del plantel.

URUGUAY ELIMINADO DEL MUNDIAL DE SUECIA CON UN HUMILLANTE 5:0 ANTE PARAGUAY

Al margen de lo mencionado precedentemente, en 1957 el club Peñarol como institución volvió a enfrentar a las autoridades de la Asociación Uruguaya de Fútbol. Al llegar la hora del Campeonato Sudamericano de Lima donde se ponía en juego la Copa América, los aurinegros negaron el concurso de los jugadores convocados por Juan López, puesto ahora al frente del plantel celeste. Poco importó que Hugo Bagnulo llevara de su mano y con su criterio a los celestes a la conquista del torneo del año anterior en Montevideo. Las fichas volvieron a caer en Juan López por una razón muy especial. Después del Sudamericano se disputaban las eliminatorias para la Copa Mundial de Suecia 1958. Por este motivo la AUF consideró que la conducción del seleccionado pertenecía al técnico de 1950 y 1954.

Ausente del torneo de selecciones de Lima por los motivos señalados, Carlos Borges junto con otros dos jugadores de Peñarol (William Martínez Néstor Goncalvez), vistieron de celeste en empate ante Colombia en Bogotá. Esa unidad perdida traería aparejada la eliminación prematura de Uruguay, ya que al ganar la revancha en Montevideo con un gol de penal en la hora de Míguez, los celestes viajaron a Asunción para enfrentar a Paraguay en el primero de los dos partidos que cerraban el grupo. Ganadores dos veces de los colombianos, los paraguayos apabullaron a Uruguay con un categórico 5:0 dejando fuera de Suecia 1958 a los celestes. El multi laureado Uruguay queda marginado de la máxima competencia. “Lucho” Borges se perdía su segunda presencia a este gran nivel.

Los capítulos anteriores léalos en nuestra sección: “Pelota al medio”

 

 

 

 


Etiquetas: Carlos Borges Peñarol