¡Jugadores Clase A!
Los tres entrevistados con la alegría a flor de piel de haber logrado el ansiado ascenso a primera división. Matías Rigoleto, que juega desde los 7 años en Rampla, fue una de las figuras que logró al rápido retorno y título incluído con el elenco “picapiedra”. Ignacio Avilés, de los que más minutos jugó en Villa Española y siendo uno de los baluartes del equipo en el ascenso del equipo luego de varios años a la máxima categoría. Y William Klingender que con su gol selló el histórico ascenso de Boston River, que por primera vez jugará en el circulo de privilegio.
Matías Rigoleto tiene 21 años y es una de las grandes promesas del campeón Rampla Juniors. Es el máximo goleador del picapiedra con 9 goles en la temporada que pasó. Desde los 7 años juega en el rojiverde. Debutó en la primera de Rampla con 17 años ante Deportivo Maldonado cuando el “Ronco” López lo mandó a la cancha. El año pasado estuvo 20 días en el Inter de Porto Alegre entrenando, pero al final no se hizo el pase y debió volver al club picapiedra. Fue de las figuras de Rampla y la festejó con el nacimiento de su hijo a pocos días de dar la vuelta olímpica.
“No tengo palabras, solo disfrutar, dedicárselo a la familia, en especial a mi hijo, ya que fui padre por primera vez. El martes a las 2 de la mañana fue una felicidad ser padre, fue algo muy emotivo. Este campeonato, este triunfo es para todos. Y en especial a mi querido Fernando Barboza que me ayudó mucho. Nunca hay que olvidarse de la gente que siempre te dio para adelante”, destacaba el mismo día que daba la vuelta olìmpica con Rampla en VTV.
En la nota con Tenfield.com recordó: “Fue un año que no sabíamos si íbamos a arrancar a jugar, con mucha incertidumbre. La hinchada colaboró con rifas, se pudo pagar las deudas y pudimos presentarnos. Hinchas de Cerro incluso iban y colaboraban. A medida que iban pasando los partidos nos afirmábamos más y crecía la chance del ascenso. Ahora tranquilo disfrutando del momento. Me quedan 2 años más de contrato”.
“¿Diferencias en jugar en la A y la B? En la B te marcan más. En la A te dejan más espacios, eso lo notamos cuando fuimos a jugar un amistoso ante Peñarol. Podríamos jugar más sueltos”.
“No tengo en especial un espejo o un jugador que me identifique por su forma de juego. Trato de superarme y mejorar en mi juego. ¿Un sueño? me gustaría jugar en Boca Juniors”.
—o0o—
Ignacio Avilés tiene 24 años. Comenzó jugando al baby fútbol en Estrella del Norte y desde los 11 años pasó a Danubio. Es de la generación de los Polenta, Sebastiàn Rodríguez, Mathías Callero, Barreto, Ichazo. Integró la selección uruguaya Sub 17 que disputó el Sudamericano y Mundial en Nigeria. Con el “Pecho” Sánchez debutó en la primera franjeada en 2011. En el regreso a la competición de Villa Española, es de los jugadores que más minutos ha jugado.
“Es cierto que hay un sentido de pertenencia en el club. Eso te lo inculcan cuando llegas el “Bigote” López, Cañarte. Yo no soy hincha, pero te encariñas. Se han hecho movidas lindas por el club, como pintadas. Varios jugadores nos hicimos socios del club”.
“¿Cuándo nos dimos cuenta que el ascenso podría darse? A medida que iban pasando los partidos íbamos ganando y nos hacíamos fuertes de local, con todo el apoyo de la gente. El partido que marcó creo fue el que le ganamos a Tacuarembó en la hora”.
“En lo personal vuelvo a jugar en primera luego de dos años y eso siempre genera mucha expectativa. La última vez había sido con Miramar en primera cuando estuve a préstamo por seis meses (en 2014). Lo principal con Villa Española es salvarnos, son 6 meses y apuntamos a hacer un buen campeonato. Al ser un torneo corto si se puede asegurar la permanencia lo antes posible, mejor, y si se llega a pelear la Sudamericana, es algo lindo y que motiva mucho. Más ahora que se habla de la posibilidad de que los 4 primeros (del torneo de Transición) clasifiquen a la Sudamericana (2017)”.
“¿Cómo tomamos el ejemplo de Plaza? El primer año que estuve en el Villa, estaban a punto de descender, fueron un desastre. Y después hicieron un campañón, manteniendo un base del equipo. Y mas que venían muchos jugadores de la B demostraron en la A se puede jugar”.
—o0o—
William Klingender tiene 27 años. Se da un caso particular, ya que comenzó a jugar al fútbol en forma profesional en la Cuarta División de River Plate con el visto bueno de Leo Rumbo. Se probó en la pre séptima de Peñarol y cuando ya le habían dicho que quedaban, se cambió el entrenador y no pudo arrancar. Tampoco tuvo suerte cuando se fue a probar a Wanderers y Defensor Sporting. De la cuarta de River saltó a la primera y debutó de la mano de JR Carrasco. Estuvo en Wanderers, Cerro, Central Español y luego Huracán del Paso de la Arena. Ahora en Boston River su nombre quedó marcado a fuego en la historia del club al anotar el histórico gol con que lograron el ascenso a primera.
“Estoy muy contento por el gol que me tocó hacer (ante Cerro Largo). No había anotado muchos goles, pero anoté ese que sirvió para lograr el ascenso. Empecé en Boston River el año pasado y había mucha ansiedad por lograr el ascenso, porque se había estado cerca años anteriores pero se había escapado por poco. Fuimos de atrás en la tabla, pero en le tramo final cuando perdió Cerro Largo lo pasamos en la tabla y ahí creció la chance del ascenso. Yo le contaba a mi señora que no podía dormir de la ansiedad”.
“Siempre jugué de enganche, cuando se lesionó Bruno (Montelongo) en River Plate, lo hice de lateral volante. Jugué en esa época con Gonzalo Porras en el mediocampo”
“Hace 2 o 3 años que uno viene jugando en el ascenso y tener la chance ahora de volver a jugar en primera división es sin duda algo que reconforta. En Boston River se ha armado un muy buen plantel, con jugadores experientes que ya han jugado en primera y por suerte todo se pudo premiar con el ascenso”.
Matías Rigoleto, Ignacio Aviles y William Klingender con la satisfacción de haber logrado el ascenso con Rampla Juniors, Villa Española y Boston River. El fútbol grande le vuelve a abrir las puertas. El sueño de volver a ser de primera cumplido con creces.