Bahía, de Vinicius al Pelourinho
La Plaza Vinicuis, lugar que es recuerdo perenne para el gran músico brasileño.
Bahía es una ciudad en la que el visitante puede regocijarse con diferentes paseos. Cada pocas cuadras encontrará, más allá de la maravilla de la rambla y sus playas paradisíacas, con plaza, iglesias, monumentos históricos, que despertarán la necesidad de parar para recorrer, para dejar que cada una de esas obras entre en las retinas.
La Plaza Vinicuis, lugar que es recuerdo perenne para el gran músico brasileño.
Desde la plaza de Vinicius, que rememora al cantautor más grande de Brasil. A aquel bohemio que con su música, con su forma de decir, cautivó a más de una generación y que a pesar del tiempo siguen enhiestas sus composiciones.
En el recorrido, que indefectiblemente habrá de terminar en el Pelourinho, que es el centro histórico de la ciudad, con sus calles empedradas, con los recuerdos intactos de la época en que se vendían los esclavos, con la Iglesia San Francisco –una de las máximas expresiones del estilo barroco- centro religioso de una sociedad que se movía entre la bendición y la esclavitud, pero que el tiempo lo transformó en patrimonio de la humanidad declarado por la Unesco.
Una mezcla rara de centro de poder y de dolor, que el tiempo no ha cubierto con ningún manto, porque se pueden ver aún las gruesas cadenas en las que eran atados los esclavos, asi como las paredes revestidas en oro de la iglesia de San Francisco.
Se afirma que en San Salvador de Bahía hay tantas iglesias como días tiene el año. Pero Bahía es un abanico de posibilidades para el turista. Se hace necesario un buen tiempo para poder decir con certeza que se conoció una de las ciudades de mayor magia de Brasil.
Un himno… Garota de Ipanema.
