¡Arriba el cuadro!
Siempre viene bien una voz de aliento. Siempre.
En cualquier deporte, saber que hay gente que espera con esperanza y con alegría la actuación de los celestes, fortifica al protagonista.
Eso es lo que aguarda el pueblo deportivo uruguayo de los jóvenes Sub 20.
Sabemos que hace 34 años que se ganó por última vez este tipo de torneo.
Eran tiempos del Enzo, goleador del campeonato, de Jorge Villazán, Adolfo Barán, del Vasco Ostolaza, del Tano Gutiérrez, de Jorge Da Silva, Batista, Berrueta, Calero, Linaris, López Báez, Melián, Alexis Noble, Pedrucci, Carlos Vázquez, Javier Zeoli, Gustavo Ancheta y Jorge Ananía, con la dirección técnica del Profe Aníbal Gutiérrez Ponce.
Pasó en Ecuador en 1981, ganaron 5 de 7, se perdió sólo con Paraguay 2-1, empate con Bolivia 1-1 y se le ganó a Ecuador 2-1, Colombia 4-1, Bolivia 2-1 a Brasil 2 a 1 (Da Silva y Enzo) y a Argentina 5 a 1 ( Da Silva 2, Francéscoli, Barán y Villazán.
Y no vivimos de recuerdos … simple y felizmente los tenemos, que es distinto.
Luego el Sub 20 fue dominio de Brasil, Colombia y Argentina.
Con buenos elementos, nos fuimos alejando y ya pasaron tres décadas.
Mucho tiempo para la calidad de nuestros jugadores, que son figuras en el mundo, cosa que vemos todos los años, en cada uno de los pases internacionales, por lo que importa sobremanera es, que, en casa, se pueda conseguir una destacada actuación.
¿Qué esperamos con este deseo?
Claro que el campeonato, como piensan todos los actores, el cuerpo técnico y nuestra gente.
Igualmente sabemos que, para los uruguayos, si no somos campeones, “está todo mal”.
El exitismo siempre ha sido el estigma de la celeste y de nosotros (nos incluímos).
Además, si ganan bien , “no le ganaron a nadie” … otro indeleble lugar común.
Pero nuestro pensar va directo a la juventud, ésa que no vivió lo del 1981, que por supuesto no había nacido, ni los jugadores de ahora, ni los jóvenes hinchas que ya están prontos para vivir intensamente el Campeonato, para que sepan que estamos con ellos.
Que más allá del recuerdo, grato por cierto, está la realidad y que hay confianza en quienes vivimos aquellos momentos de gloria que retornen, que regresen …
¿Y saben porqué ?
Porque siempre creemos y creeremos en el jugador uruguayo.
De lo contrario no existirían los Suárez, ni los Cavani, ni los Godín, o Forlán (el mejor del mundial 2010), por ejemplo, hoy embajadores formidables del glorioso fútbol celeste.
Lo del comienzo, amigos, es simplemente una voz de aliento a los jóvenes.
Nunca está demás una sonrisa y una palabra de afecto para el fútbol uruguayo, el mismo que nos hizo conocer en el mundo, cuando nadie, siquiera, nos ubicaba en el mapa.
¡Arriba el cuadro!