Aquí está el muro que mandó construir Tabárez para que el periodismo no vea las prácticas
Escribe: Atilio Garrido / Fotografías: Fernando González (enviados especiales)
El Estadio Arena de Yacaré impresiona si lo comparamos con la realidad diaria que tenemos en Uruguay. Su nombre real es el de Joaquim Henrique Nogueira, en reconocimiento a un agricultor calificado de la zona, que perteneció a una de las familias más tradicionales de la región. Justamente, fue quien donó el terreno donde luego se construyó el moderno escenario. Su ubicación es particular porque está eregido sobre una sierra, lo que le otorga si se le observa desde la enorme playa de estacionamiento, un aspecto importante.
Durante las reformas que se practicaron en el famoso Mineirao de la ciudad de Belo Horizonte, en 2010 para adecuarlo para la Copa de las Confederaciones y el mundial, en la capital del Estado de Minas Gerais, no hubo actividad de fútbol local. Fue entonces que la Arena de Yacaré comenzó a recibir partidos de los grandes equipos de la región (Cruzeiro y Atlético), lo que acrecentó su importancia. Con iluminación de primera línea permite actividad nocturna. Hoy, martes, al finalizar la práctica que realizó Uruguay, como había oscurecido, se encendieron las torres.
Observando esta realidad, en una ciudad que no tiene equipos de primera categoría, es inevitable pensar en lo que tenemos de infraestructura futbolística en el Uruguay. La última adecuación se realizó para la Copa América de 1995. Luego no se llevaron a cabo obras de ese tipo. Por otra parte, las instituciones -salvo excepciones- no poseen capacidad económica para adecuarlas a la modernidad actual. El estadio de Cerro, surgido en 1964, que fue realmente excepcional para su tiempo, se quedó allí, detenido en el tiempo. El de Danubio que nació en 1958 fue otro intento de colocar a nuestro país a la vanguardia. Y ahí quedó. El Parque Central, en cambio, es el único que busca adecuarse al futuro, con un grave problema. La carencia de estacionamiento. En la actualidad, lo primordial de un escenario deportivo es el… estacionamiento. Así se puede apreciar perfectamente aquí, en la Arena do Yacaré.
Volviendo a este estadio, es interesante destacar una cosa que a nosotros no nos llama la atención, pero es una realidad de la forma en que se conduce a la selección uruguaya. Cuando estuvieron aquí los enviados del cuerpo técnico para observar y elegir lugares de entrenamientos, se inclinaron por la Arena do Yacaré. Pero impusieron una condición. Que se construyera detrás de una tribuna cabecera, un alto muro para impedir que los periodistas o algún curioso pudiera observar desde allí, los entrenamientos de Uruguay a puertas cerrada. Y cumplieron. Y allí está, erguido, sobre una estructura de hierro. Se han colocado chapas que -dicen- impiden la visibilidad total desde el exterior.