En Florida explotó la fiesta bohemia con caravana y final feliz en la sede
La hinchada de Wanderers mantuvo el aliento hasta el final, porque estuvo difícil el partido. Pero cuando soltó el festejo se hizo incontenible. En una tribuna lograron abrir un portón para ingresar a la cancha y compartir con los jugadores la fiesta que se hizo larga y merecida, al punto que la copa quedó torcida tras tanto manoseo.
BRONCA: El malestar que se hizo escuchar, aunque tibiamente, fue por parte de la hinchada de Wanderers, que vio enlentecida el ingreso al estadio Campeones Olímpicos por la revisación policial.
PIZZAS: “Esta vez no se hicieron pizzas”, dijo antes de comenzar el encuentro el volante Diego Riolfo, refriéndose a que el técnico Alfredo Arias las preparaba la noche anterior a los encuentros como parte de una cábala. Duró hasta el encuentro ante Fénix, donde el resultado no fue favorable.
PRECAUCION: Es la que tuvo la partida de Wanderers hacia Florida. Se procuró no dar detalles del movimiento, porque, al parecer, en alguna de las redes sociales, se anunciaba amenazas de agresión para el ómnibus que iba a trasladar al plantel. No pasó nada.
CARAVANA: Fue la que armó parte del a parcialidad bohemia, que puso puntos de encuentro entre Montevideo y Florida, para arribar mayoritariamente al estadio floridense.
LLENO: Las tribunas estuvieron repletas. “Se vendieron 4.000 entradas” señalaron directivos de El Tanque Sisley, que de paso sacaban números de lo que les pudo dejar la recaudación en el cierre de la temporada 2013/2014.
CELULAR: La conexión entre los árbitros a nivel de celular fue constante, para comenzar los encuentros y los segundos tiempos. Actividad que llevaron adelante los cuartos árbitros.
CHAPITA: Sergio Blanco hizo el esfuerzo y estuvo presente. Dolorido, con la herida sin cicatrizar, pero no podía renunciar a su presencia en el último partido, el que cerraba la campaña en este Clausura que lo tiene como Campeón.
ABRAZO: Una postal del festejo bohemio fue el abrazo apretado, profundo en el sentimiento de Alfredo Arias con su hija, lo que dejó empañado los ojos del entrenador de Wanderers, que tuvo recuerdos para figuras como “Pepe” Etchegoyen y Mateo Giri, cuando llegó el momento de los recuerdos.
RETORNO: Sobre las 18.30 el ómnibus con el plantel encaró el retorno a Montevideo. Una extensa caravana de automóviles se instaló en la ruta para hacer bullanguera la tarde-noche bohemia. Un recorrido que, seguramente, se hizo corto en el tiempo, porque la intención era hacer larga la fiesta.