Peñarol, bien arriba. Un gol le alcanzó y sobró para superar a Boston River. Lidera en solitario, con puntaje perfecto y le sacó cinco unidades de ventaja a su tradicional adversario.  

Primera parte a puro penal. Tres cobrados, los tres atajados. Santiago Silva (contuvo dos) y Thiago Cardozo (detuvo uno). De rebote el aurinegro se puso en ventaja, con el gol de Abel Hernández, aprovechando el rechazo del golero en la pena máxima que el propio goleador había fallado. Lo cierto, es que resultó intenso en ataque, gracias a la dosis de fútbol que le otorgó Sebastián Rodríguez, jugando simple y de primera. Volvió mostrar falencias en defensa, no pudieron nunca con la velocidad de Cristian Olivera, que por sí solo generó acciones de peligro.

Complemento, entrecortado e impreciso. El local, manejó balón y trámite, pero falló en el puntillazo final. No estuvo fino en la definición. Lo que le permitió a la visita, con más empuje que juego, a puro centro, intentar en ataque, pero realmente fue muy tibio, careció de profundidad.

Peñarol, carnaval de alegría.